Según el movimiento sindical, esta medida se da a consecuencia del cierre paulatino de los espacios de comunicación entre trabajadores y autoridades de la institución,
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Inestabilidad laboral, malas condiciones físicas, falta de insumos, descalificación, irrespeto a la dignidad y violaciones a los derechos humanos de los trabajadores, falta de transporte para práctica de diligencias, abuso de autoridad, privilegios, falta de claridad en los procedimientos administrativos, excesiva burocratización, entre otros, en detrimento de la atención a la población.
Sylvia Shaw Arrivillaga, quien era la coordinadora del Programa Permanente de Cultura de Paz en la PDH, indica que el cierre de este programa no ocasionó esta situación, sino que existen diversos problemas y malos manejos a nivel administrativo.
“El nuevo edificio donde se trasladaron todas las defensorías no cuentan actualmente con servicio de teléfono, y no es por falta de presupuesto, pues estos gastos se contemplan en el renglón presupuestario. Se está limitando el trabajo de las auxiliaturas, para recibir denuncias y realizar su trabajo de manera eficiente”, manifestó Shaw.
“Existe mucha burocracia y trabas, así como falta de criterios, lo cual en vez de agilizar los procesos, impiden poder trabajar en la institución”, indicó.
Al respecto, Jorge de León Duque manifiesta que la institución no se opondrá al derecho que tienen los trabajadores de asociarse libremente y ve con buenos ojos la conformación del sindicato, para que contribuya a iniciativas y acciones para el bienestar de los trabajadores de la entidad.
“La molestia y señalamientos de la mayoría se debe a que ahora se registra la entrada y la salida de los trabajadores, pero nos debemos al pueblo de Guatemala, y como tal les exijo que demos respuesta a las demandas de la población”, culminó de León Duque.