Fuerzas del gobierno se enfrentaron hoy lunes, en el este del Congo a rebeldes que al parecer reciben apoyo de la vecina Ruanda, en el primer choque entre ambas partes desde que el movimiento insurgente M23 capturó y después de retiró de Goma, una capital provincial.
El teniente coronel Mamadou Ndala, comandante de las fuerzas militares congoleñas, dijo que los rebeldes abrieron fuego contra los efectivos del gobierno cerca de la localidad de Muja, al norte de Goma, ésta última una de las ciudades más importantes en el este del Congo.
«Ellos atacaron esta mañana nuestras posiciones cerca de Muja. Los rechazamos y estamos tomando medidas para evitar cualquier infiltración hacia Goma. Decidimos llevar 600 comandos a Goma para proteger la ciudad», afirmó.
El movimiento rebelde M23 está conformado por soldados del grupo étnico tutsi que desertaron del ejército congoleño. En noviembre, el M23 ocupó Goma sin dificultades, a pesar de la presencia de cascos azules de Naciones Unidas destacados en la zona, que no dispararon porque no están autorizados a sostener un enfrentamiento militar.
Fue necesaria una amplia presión internacional para frenar el avance insurgente. Diez días después, el grupo rebelde se retiró de la ciudad, hacia el norte, de donde había venido. Los combatientes del M23 han permanecido desde entonces destacados al norte de Goma.
Los temores de que los rebeldes intentarán recuperar Goma se han incrementado desde que el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas creó una brigada de intervención con la misión de atacar al grupo armado. El M23 describió la creación de la brigada como «una declaración de guerra».
El M23 negó el lunes que hubiera atacado a los efectivos militares y dijo que el ejército del Congo había abierto fuego. Bertrand Bisimwa, presidente del grupo rebelde, dijo que efectivos del M23 habían ido a tomar agua de un pozo en Mukawa, fuera del camino que conduce a Goma, cuando se encontraron con combatientes de otro grupo insurgente, que también está destacado en el este del Congo y es aliado de las fuerzas militares congoleñas.
«Los repelimos alrededor de las seis de la mañana, pero poco después, el ejército congoleño comenzó a bombardearnos desde sus posiciones cerca de Munigi. A la fecha no hemos respondido a su ataque», dijo Bisimwa vía telefónica. «Es una provocación. Si continúan tendremos que silenciar sus armas», apuntó.