Una oleada de atentados con autos bomba dejó 16 muertos hoy en vecindarios chiíes de la capital iraquí y una ciudad norteña, al tiempo que en Bagdad mataron a tiros al hermano de un legislador suní, informaron las autoridades.
BAGDAD Agencia AP
Los ataques ocurrieron luego de una serie de explosiones el miércoles también dirigidas principalmente contra vecindarios chiíes, las cuales provocaron 33 muertes e incrementaron las preocupaciones de que Irak se vea azotado de nuevo por un derramamiento de sangre con móviles sectarios.
El primero de los atentados del jueves tuvo como blanco un autobús y una parada de taxis durante la hora de mayor tránsito matutino en el vecindario llamado Ciudad Sadr, en el oriente de la ciudad, indicó la policía de Bagdad. Nueve personas murieron, entre ellas un niño de 7 años, y 16 resultaron heridas en el ataque, señalaron dos agentes.
Otro coche bomba estalló junto a un pequeño mercado y una parada de taxis en Kamaliya, un suburbio al este de Bagdad, donde provocó la muerte de tres civiles y dejó 14 heridos, agregaron.
Y en el distrito Chikok, en el norte de la capital, dos civiles murieron y 10 resultaron heridos cuando un coche bomba no logró alcanzar a una patrulla policial que pasaba por el lugar, dijeron otros dos policías.
En la ciudad norteña de Mosul, un atacante suicida estrelló su automóvil contra un retén del ejército, lo que derivó en la muerte de dos soldados y que otros tres quedaran heridos, señaló otro policía. El ataque se produjo justo después de que un atentado con coche bomba en otra área de Mosul le provocó heridas a dos civiles, señaló. Mosul se ubica a 360 kilómetros (225 millas) al noroeste de Bagdad.
En el vecindario de Baiyaa, en el suroeste de la capital iraquí, unos pistoleros que se desplazaban en un automóvil mataron al hermano de un legislador suní e hirieron a dos de sus guardias, indicaron dos policías.
Cuatro funcionarios médicos en un hospital cercano confirmaron las cifras de muertos. Todos los que declararon lo hicieron a condición de guardar el anonimato porque no están autorizados a hablar con los medios de comunicación.
El repunte en la violencia se produce en medio de crecientes tensiones entre el gobierno encabezado por chiíes y la minoría suní de Irak en torno a lo que ésta considera es un trato de segunda clase. Una sangrienta represión gubernamental sobre extremistas el mes pasado en un campamento de manifestantes en el norte del país azuzó las tensiones más recientes.
El primer ministro iraquí Nuri al-Maliki culpó el jueves a dichas tensiones por los últimos ataques.
«Tenemos que saber que el derramamiento de sangre de hoy es resultado del odio sectario y también resultado de una agitación de estas tensiones sectarias», afirmó al-Maliki durante una conferencia organizada por el gobierno en torno a las atrocidades cometidas en el gobierno del dictador Saddam Hussein.
Las tensiones podrían estar siendo promovidas desde el exterior o desde el interior del país, agregó al-Maliki.
Nadie se ha adjudicado la responsabilidad por los ataques del miércoles y del jueves, pero la rama de al-Qaida en Irak suele actuar de esta forma.