Una de las principales conclusiones que el Tribunal Primero A de Mayor Riesgo tomó en cuenta para condenar a Efraín Ríos Montt a 80 años de prisión por los delitos de genocidio y contra deberes de humanidad, fueron los peritajes sobre violaciones sexuales contra las mujeres ixiles, que eran consideradas un botín para los soldados.
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Yassmin Barrios, presidenta del tribunal que dictó la sentencia histórica, leyó las conclusiones que fueron tomadas en cuenta para emitir su fallo. De estas resaltó el peritaje realizado por la perito Elizabeth Oglesby, que subrayó que el Ejército consideró a la población ixil como base de apoyo a la guerrilla.
Según ese peritaje, en el Plan Firmeza 83 el Ejército veía a las poblaciones como subversivas y enemigas, por lo que no hizo diferencias entre población civil y gente armada, iniciando estrategias de persecución. El objetivo era el control físico y psicológico.
En el Plan Sofía se utilizó el hambre como estrategia del Ejército. Se criminalizó a las culturas ixiles, se les obligó a dejar de usar su traje típico, produciendo el repoblamiento remilitarizado, como las aldeas modelo.
Por otro lado, también fue tomado en cuenta un informe de Héctor Rosada Granados, que explicó que se utilizó contra los ixiles la estrategia de matarlos de hambre. Además, a través de su peritaje se comprobó que en Guatemala, en la región quiché, entre los años 1982 y 1983, se cometió sistemáticamente el delito de genocidio.
Los informes antropológicos y arqueológicos presentados ante la instancia, le demostraron al Tribunal la existencia de cementerios clandestinos, evidenciando la existencia de grupos de personas enterradas, tanto en fosas individuales como colectivas.
La mayoría de las osamentas encontradas tenían disparos de armas de fuego en la cabeza y el tórax, lo que demuestra que primero les dispararon y luego los enterraron. La mayor cantidad de fosas fue encontrada a inmediaciones del río Chel, al norte del municipio de Chajul.
VIOLENCIA SEXUAL
Al escuchar a los testigos, el Tribunal indicó que constató el dolor de las víctimas de las masacres cometidas contra los pobladores de Santa María Nebaj, San Juan Cotzal y San Gaspar Chajul.
En ese sentido, dieron a conocer que las declaraciones rendidas por las mujeres ixiles demuestran que fueron violadas continuamente por miembros del Ejército y que aun 30 años después era evidente el dolor que experimentaron al recordar los hechos.
“Según manifestó una de ellas (víctima), fue violada aproximadamente por 20 soldados durante el tiempo en el que estuvo en el calabozo”, indicó Barrios al hacer la lectura de la parte conclusiva de la sentencia.
Para el Tribunal los testimonios determinaron que sí existió violación contra las mujeres por parte del Ejército de Guatemala y que fue utilizada de forma sistemática como parte de una estrategia para destruir a los ixiles.
De acuerdo con la sentencia, los ataques contra esta población contribuyeron a la destrucción del tejido social, destrucción física y cultural, teniendo como objetivo eliminar a dicha etnia.