El Senado dio ayer otro paso hacia la aprobación de una iniciativa para gravar las compras por internet. Pero la votación final de la medida fue aplazada hasta que los senadores regresen de una semana de vacaciones.
Aunque los detractores de la propuesta esperan que los senadores escuchen la próxima semana los puntos de vista de electores inconformes, tienen frente a ellos un camino cuesta arriba para evitar la aprobación del proyecto.
El Senado aprobó el jueves por votación de 63-30 concluir el debate sobre la iniciativa, lo que alista la votación final para el 6 de mayo. Se requeriría de una mayoría simple para aprobar la propuesta, así que 14 partidarios de ésta tendrían que recular para impedirlo.
El presidente Barack Obama apoya la medida, que enfrenta un destino incierto en la Cámara de Representantes, donde algunos republicanos la consideran un aumento de impuestos.
La iniciativa facultaría a los estados para exigir que los comercios al por menor recauden impuestos estatales y locales por compras hechas en internet. De acuerdo con la iniciativa, los impuestos irían a los estados donde vive el comprador.
Conforme a la ley actual, los estados sólo pueden exigir a los comercios que cobren impuestos sobre la venta si tienen presencia física en el estado. Como resultado, muchas tiendas en internet esencialmente son libres de impuestos, lo que les da una ventaja sobre las tiendas tradicionales. Los comercios que han apoyado la iniciativa celebraron la votación del jueves.
«El trato especial dado a las grandes empresas en línea a expensas de los distritos comerciales pronto será cosa del pasado», dijo Bill Hughes, de la Asociación de Líderes de la Industria del Comercio al Menudeo.
«El abrumador apoyo bipartidista para nivelar las condiciones de competencia es raro en el ambiente político actual y allana el camino para tener condiciones parejas de una vez por todas». Un puñado de senadores de estado sin impuestos sobre la venta se opuso a la iniciativa.
«Es coercitiva», dijo el senador Ron Wyden, de Oregon, en una entrevista. «Exige a varios estados recaudar impuestos de otros estados a miles de kilómetros (millas) de distancia contra su voluntad». «Es discriminatoria porque obliga a algunas personas en internet a asumir responsabilidades que los comercios tradicionales no tienen que hacer», agregó.
Muchos gobernadores —republicanos y demócratas— han presionado al gobierno federal durante años para tener la facultad de cobrar impuestos por las compras en internet. El tema ha ido cobrando relevancia con el aumento de las ventas en línea. El año pasado, las ventas por internet en Estados Unidos sumaron 226.000 millones de dólares, casi 16% más que el año previo, de acuerdo con el Departamento de Comercio.
La Conferencia Nacional de Legislaturas Estatales calcula que los estados perdieron 23.000 millones en ingresos el año pasado debido a que no pudieron cobrar impuestos sobre ventas fuera de sus fronteras.