Comida para PNC comprada en secreto y en Q3 millones, genera quejas


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Los agentes de la Policía Nacional Civil (PNC) reciben para su alimentación raciones frías de espagueti, tamales de chipilín, piña y plátano en almíbar, en latas con el logotipo de la Industria Militar (IM), y un par de refrescos azucarados, que además de tener un aspecto desagradable, tienen un gusto nauseabundo y son de mala calidad.

INFOGRAFIA


Según denuncia de policías, alimentos son de mala calidad,  poco nutritivos y nauseabundos.

Compra a Industria Militar no consta en Guatecompras; Mingob no dio el NOG del contrato y es imposible su verificación

 Los policías entrevistados coinciden que empiezan a padecer diarrea y náusea por causa de la comida, y una experta en nutrición advierte sobre los riesgos de otras enfermedades graves y del bajo nivel nutricional de los productos enlatados.

Los fuertes e implacables rayos del sol de abril dejan una marca imborrable sobre el rostro del policía; su piel quemada y maltratada es la evidencia de una intensa jornada de trabajo en San Rafael Las Flores, la conflictiva zona donde la instalación de una minera ha dividido a la población y eso provoca alertas constantes para las fuerzas de seguridad.

De regreso en la comisaría llega el momento de comer, pero el agente lleva su mano al estómago y, aunque se esfuerza, no puede evitar expresar un gesto de dolor en su cara. Posiblemente por vergüenza intenta ocular su malestar, pero no se puede contener.

Así inicia una conversación con el agente, que culmina con una declaración clara: “Tengo diarrea y me duele el estómago”; el policía atribuye su malestar a las raciones frías que ingirió por varios días mientras estuvo en una comisión especial.

 El agente, quien pide mantener su identidad en el anonimato, cree que los alimentos destinados a la Policía no solo tienen mal gusto y apariencia, sino que además son dañinos para su salud.

La información proporcionada es similar a las quejas de otros agentes, que coincidieron en padecer estos malestares. Varios dicen que el tamal de chipilín y los espaguetis son los que provocan peores efectos.

“Por necesidad me lo como, pero la verdad es que esa comida es muy fea. Pruebe el espagueti; no le miento, saben a tóxico”, advierte otro policía asignado a una comisaría de la capital.

Otros, en cambio, afirman que aunque la alimentación no tiene buena apariencia y sabor, creen que causa efectos negativos en algunos PNC derivado del deterioro en su salud, como gastritis, pues muchos de ellos no pueden alimentarse en un horario establecido cuando se encuentran en una comisión especial.

La Hora obtuvo una de esas raciones frías de las que se quejan los policías; productos como el espagueti y el plátano preservan el sabor a metálico de las latas y su consistencia es irregular, mientras que otros como el tamal de chipilín podrían acumular más grasa y la piña parece fermentarse.

Los refrescos, principalmente durante el verano, no satisfacen las necesidades básicas para aliviar la sed y tienen una alta cantidad de azúcares.

“MALNUTRICIÓN”
Kimberly Mata, especialista en nutrición del Patronato Guatemalteco contra la Obesidad, fue consultada para que evaluara cada producto de la ración fría. La profesional consideró que no se trata de una propuesta de alimentación adecuada y por el contrario, constituye un programa de malnutrición con efectos negativos en la salud de los policías.

“Primero va a causar malnutrición porque los azucares –que constituyen en su mayoría la ración– se vuelven grasas.  Los problemas estomacales que está causando son porque demasiada azúcar puede causar diarrea o viéndolo del otro lado de la moneda, el exceso de carbohidratos puede provocar estreñimiento, porque no hay una fuente de fibra”, señala.

La profesional indica que la ración únicamente contiene carbohidratos y no proteínas como debería tener una dieta balanceada. “Esto es puro carbohidrato, pero no tiene proteína, y en este tipo de oficios lo esencial sería que contara con eso, para que su cuerpo esté en mejores condiciones, incluso no tiendan a subir de peso”, refiere.

La nutricionista explica que esta alimentación podría sustituirse por un sándwich –de pollo para evitar las grasas– bien preparado, suficiente agua pura, manzanas y granola, que incluso podría tener un costo más bajo de lo que se invierte en las latas. 
Recomienda a las autoridades socializar el menú con los policías.

Mata agrega que la preservación de los productos debe regirse por normas estrictas, pues si no se realiza de esta forma tiene efectos negativos que repercuten en la salud de la Policía y por eso se cuestiona las conservas.

“Todo producto envasado debe tener estrictas normas de higiene, de preparación. El tamal de chipilín está elaborado con productos que pueden ser perecederos y si la forma de conservación no es la adecuada puede ser que esa sea la causa de las diarreas en los policías, otra cosa que puede ser es la grasa.  La comida caliente cae más suave al organismo y ayuda a digerirla, en cambio, en esta ración la digestión va a ser más difícil  y puede provocar náuseas”, dice Mata.

La declaración de la entrevistada coincide con lo emitido por el subdirector de Apoyo y Logística de la PNC, Héctor Rodríguez, quien dice que recientemente se registró una queja en el interior del país, derivado de “una sola ración” en mal estado.

“Para Semana Santa sacaron un bote, una ración; un ingrato sacó una publicación diciendo que la PNC consumía raciones en mal estado, nosotros hicimos una investigación y es una bolsa nada más, una bolsa la que salió descompuesta, que me imagino que en la manipulación rompieron un bote y ese fue el que salió en mal estado, de ahí todas las raciones tienen su tiempo de caducidad y están vigentes”, argumenta Rodríguez.

¿Estaba descompuesta? Se consulta al funcionario, responde: “Me imagino que le cayó otra ración fría encima y perforó el bote, lógico, cualquier producto que usted destapa y lo deja a la intemperie le entra aire, entra a su descomposición aeróbica”, dice.

A LARGO PLAZO
La representante del Patronato Guatemalteco contra la Obesidad dice que la alimentación que hoy consume la PNC puede repercutir a largo plazo en otras enfermedades más graves, que también están vinculadas a padecimientos comunes de este sector, como gastritis.

“En este caso, por el tipo de alimento, a largo plazo y dependiendo del tipo de alimentación que también tengan en su casa, provocaría problemas de hipertensión resultado de un sobrepeso u obesidad, de diabetes, o problemas al corazón”, explica.

La situación se agudiza porque los extenuantes turnos policiales no permiten que las fuerzas de seguridad se ejerciten; además no hay espacios accesibles para que esto pueda propiciarse.

Los policías admiten, incluso, sentirse mal por la falta de respeto con que la población se refiere a ellos.

“La gente se ríe de nosotros porque estamos gordos y a nosotros tampoco nos gusta vernos así. ¿Qué podemos hacer? No tenemos tiempo para salir a correr, mucho menos espacio. Ni siquiera hacemos prácticas de tiro, con eso le digo todo”,  indica un policía.

Mata, por aparte, considera preocupante que la PNC no pueda hacer ejercicio, pues esto también deteriora su salud, entre otros factores.

“El ser policía requiere de mucha acción, la mala alimentación y el poco ejercicio va a hacer que la persona no vaya a rendir lo que debería rendir, aparte, en algunos casos su horario no está establecido, todo esto desgasta el cuerpo y cuando necesitan dar más de sí no lo van a lograr.  La mala alimentación que tienen y la falta de ejercicio por carencias o tiempo, definitivamente hacen que el cuerpo se deteriore y cambie su edad metabólica que determina cómo está nuestro cuerpo a pesar de la edad cronológica”, manifiesta.

Q3 MILLONES EN ALIMENTACIÓN
Rodríguez fue consultado para conocer el monto de inversión en las raciones frías de la institución policial. Según el entrevistado, la información se encuentra disponible en el portal Guatecompras.gob.gt –aunque no es posible localizarla– y asegura que 200 mil raciones de comida tuvieron un costo de aproximadamente Q3 millones. La adquisición se hizo en diciembre pasado y próximamente se acaban, pero las autoridades aún no deciden si continuarán comprando a la IM.

“Hemos comprado, hemos montado eventos de las raciones, en esta oportunidad en el contrato que se hizo con la Industria Militar el año pasado pudimos satisfacer la demanda y requerimientos de la PNC, a través de este contrato, porque se adquirieron casi 200 mil raciones y se gastaron aproximadamente Q3 millones”, dice el entrevistado

El subdirector explicó que cada bolsa de comida tiene un precio que oscila entre los Q68 y Q72, en cambio sí compraran a otra empresa gastarían hasta Q120.

Este vespertino buscó la información en Guatecompras.gob.gt pero no se localizó documentación, por eso se solicitó a la Subdirección el Número de Operación de Guatecompras (NOG) del contrato de compra, pero no lo proporcionó.

Asimismo, se hizo el requerimiento al Ministerio de Gobernación (Mingob), sin embargo, tampoco respondió a la solicitud.

Eleonora Muralles, directora de Familiares y Amigos contra la Delincuencia y el Secuestro (FADS), opina que el Estado siempre ha beneficiado a la IM como pago de favores.

“Es una manera de beneficiar a la IM, como pago de favores el Estado le da aumentos desmedidos al Ministerio de Defensa y la población decimos ¿para qué se necesita un gasto tan grande? Y a esto se suma que se les beneficia con contratos donde prácticamente son intermediarios, ellos le compran a alguien con un precio barato y se lo venden al Estado caro”, apunta.

Muralles señala que la triangulación de fondos debería considerarse un delito, pues en este caso, la IM le compra a la empresa Lozano.

“Esa triangulación creo que debería ser un delito.  Es una barbaridad, si se ve que la alimentación no es la adecuada debe suspenderse inmediatamente  y buscar otras opciones, hay cientos de lugares donde hacen comida casera con buena calidad e higiene, es solo de preocuparse, tomarse el tiempo y decidirse.  Aquí lo que nos daña mucho es la corrupción que permite que se beneficien a algunas instituciones”, argumenta la directora de FADS.

EN ANÁLISIS
Hace dos semanas fue publicado el Acuerdo Gubernativo 184-2013, que restringe el uso de la IM para la distribución de artículos, bienes, equipos y suministros que requiera el Ejército; el Mingob ya no podrá emplear a esta empresa para sus adquisiciones.

Mauricio López Bonilla, titular de la Cartera del Interior fue consultado y dijo que no podrían adquirir equipo y tecnología, pero en el caso de la alimentación aún tenían que analizarlo.

En el transcurso de la semana se intentó obtener la versión del Ministro sobre la decisión que tomó, pero no respondió a las reiteradas llamadas a su teléfono celular.

“La gente se ríe de nosotros porque estamos gordos y a nosotros tampoco nos gusta vernos así. ¿Qué podemos hacer? No tenemos tiempo para salir a correr, mucho menos espacio. Ni siquiera hacemos prácticas de tiro, con eso le digo todo”.
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