Insurgentes lanzaron hoy ataques coordinados en distintos lugares de Irak que provocaron la muerte de por lo menos 32 personas y dejaron heridas a más de 200, informaron funcionarios.
BAGDAD Agencia AP
Los ataques, muchos de ellos mediante vehículos cargados de explosivos, ocurrieron a menos de una semana de las primeras elecciones desde la retirada de las fuerzas estadounidenses en el 2011, lo que pondrá a prueba la capacidad de los cuerpos de seguridad para evitar el derramamiento de sangre.
No hubo reivindicación alguna de responsabilidad, pero los ataques coordinados son la táctica favorita de la rama de al-Qaida en Irak.
Las autoridades iraquíes creen que el grupo insurgente cobra cada vez más fuerza y coordina los ataques con sus aliados que luchan al otro lado de la frontera para derrocar al presidente sirio Bashar Assad. Sostienen que aumentó la anarquía en la frontera entre Siria e Irak y la cooperación transfronteriza con el grupo sirio, el Frente Nusra, que ha mejorado el suministro de armas y combatientes extranjeros entre los insurgentes.
Casi todos los ataques mortíferos anunciados por la policía fueron atentados con bomba.
Los atentados tuvieron una alcance inusualmente amplio, al sacudir no solamente Bagdad sino también la ciudad oriental suní de Fallujah, la ciudad petrolera curda de Kirkuk y las aldeas en el sur del país, donde predomina la minoría chií. Otros ataques tuvieron lugar en el norte de la capital, incluyendo el antiguo bastión de al-Qaida en Baqouba y la aldea natal de Saddam Hussein, Tikrit.
El ataque más mortífero ocurrió en Bagdad, donde 15 personas murieron.
En el suburbio oriental de Kamaliya, un automóvil cargado de explosivos, detonado en una estación de autobuses, mató a cuatro e hirió a 13. El profesor de lengua arábiga Qassim Saad, asignado a una escuela elemental cercana, dijo que sus alumnos comenzaron a gritar cuando la detonación destrozó las ventanas.
Agregó que las fuerzas de seguridad dispararon al aire a su llegada para dispersar a los congregados. Por doquier había carros de hortalizas y otros bienes volcados, manchados de sangre, mientras que varios comercios y edificios cercanos resultaron dañados por la explosión.
Al igual que muchos iraquíes tras los atentados, criticó al gobierno por no hacer lo suficiente para evitar los mortíferos ataques.
«Culpo a los que dicen ser políticos en el gobierno y a las fuerzas de seguridad … por la mala situación de orden público. Nada hacen para ayudar a la gente y sólo están interesados en sus beneficios», indicó.
Otros dos vehículos cargados de explosivos fueron detonados en una playa de estacionamiento en la carretera que conduce al aeropuerto internacional de Bagdad, donde murieron tres personas.