A seguir manipulando la opinión pública


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La historia se repite. Debemos estar preparados para seguir leyendo y escuchando con más ahí­nco de la UNE y de la Gana sus repetitivas mentiras, con el afán de convertir en verdades el mismo concepto. ¿Quién ignora que desde el primer año en que se instauró el gobierno de ílvaro Colom con su esposa, Sandra Torres Casanova, manipularon gran parte del presupuesto gubernamental para desarrollar un plan propagandí­stico a su favor, siguiendo los lineamientos de Joseph Goebbels, ministro de propaganda nazi, lo mismo que a lo largo de la historia se ha puesto en práctica por partidos polí­ticos de diferentes corrientes ideológicas, en multitud de paí­ses del mundo?

Francisco Cáceres Barrios
fracaceres@lahora.com.gt

 


Para nadie es un secreto que la señora Torres tiene una clara y evidente prohibición constitucional que le impide optar al cargo que ahora ocupa quien fuera su esposo, llegando hasta el colmo de divorciarse, pretendiendo con ello engañar a la población, como jugarle la vuelta a las instituciones del Estado, lo que a la postre solo le ha servido para ganarse mayor antipatí­a del electorado, lo que se ha venido demostrando con los diversos resultados de las encuestas para que finalmente, se haya encontrado de frente a la denegatoria de la inscripción de su candidatura por el Tribunal Supremo Electoral, apegada a las leyes que lo determinan.

    No obstante lo anterior, el sexto principio de orquestación goebbeliano de la propaganda seguirá empleándose empecinadamente  por sus serviles seguidores, por lo que vale la pena recordarlo: “La propaganda debe limitarse a un número pequeño de ideas y repetirlas incansablemente, presentadas una y otra vez desde diferentes perspectivas, pero siempre convergiendo sobre el mismo concepto. Sin fisuras ni dudas”. De aquí­ viene la famosa frase: “Si una mentira se repite suficientemente, acaba por convertirse en verdad”.

    No será extraño entonces que desde los voceros oficiales de los partidos, el servil candidato a diputado que pretende seguirse reeligiendo y hasta el humilde trabajador que se dedica a cuidar los carros estacionados al frente del partido oficial, vayan a seguir repitiendo incansablemente frases como estas: –“Ella puede participar–”, “Ella tiene derecho a ser candidata presidencial, como ciudadana, como mujer, como guatemalteca” o bien hacerlo más extensamente: –“No se le puede negar el derecho a ser candidata, como tampoco a cualquier ciudadano el poder elegir y ser electo”. Seguramente, prepararán más variantes que repetitiva e insistentemente tratarán de fijar en la mente de los electores a pesar de las mentiras que encierren sus conceptos.
 
    Estamos advertidos entonces, de aquí­ al 12 de julio, fecha en que se cierra el plazo para la inscripción de candidatos a cargos de elección popular (Según Artí­culo 215 de la Ley Electoral y de Partidos Polí­ticos) seguirá inalterable el principio goebbeliano. ¿Habrá alguien que lo ponga en duda?, ¿hasta cuándo lo seguirán haciendo tantos politiqueros alrededor del mundo y a través de los tiempos?