El hombre que impulsó el sistema del tren bala en China —un proyecto modelo en el país— fue acusado de abuso de poder y de recibir sobornos, dos años después de que lo despidieron como ministro de Ferrocarriles.
BEIJING Agencia AP
Los fiscales presentaron el miércoles en la mañana la demanda contra Liu Zhijun, dijo un encargado de prensa en la Corte Intermedia Popular número 2 de Beijing.
«La fecha para el juicio será difundida a su debido tiempo», afirmó la fuente, que se rehusó a facilitar su nombre, una práctica común entre los funcionarios chinos.
Liu, de 60 años, al que se nombró en 2003 ministro de Ferrocarriles, fue despedido en febrero de 2011 por infracciones disciplinarias que no fueron especificadas. También fue separado de su cargo como jefe del Partido Comunista en el ministerio.
En la denuncia se acusa a Liu de aprovechar su categoría de funcionario estatal para beneficiar a terceras partes y de aceptar grandes incentivos financieros, de acuerdo con un despacho de la estatal Agencia de Noticias Xinhua.
En la denuncia se afirma que la negligencia y abuso de poder en que incurrió Liu causó enormes pérdidas financieras al estado.
El caso se inscribe en una investigación más amplia sobre sobornos en China y pone de relieve la corrupción que permea en el sistema de trenes, del que dependen para transportarse un gran número de chinos.
Sin embargo, este caso es menos delicado para las autoridades chinas que el de Bo Xilai, un político de alto rango que cayó en desgracia de manera espectacular en 2012 tras la implicación de su esposa en el homicidio de un empresario británico.
El ex miembro del poderoso Politburó del Partido Comunista salió de la escena política hace un año y los cargos contra él no han sido anunciados.
Steve Tsang, director del Instituto de Política China en la Universidad de Nottingham, dijo que el nuevo presidente chino Xi Jinping podría aprovechar el caso de Liu para dar realce a su campaña contra la corrupción.
Xi ha prometido erradicar la corrupción en el gobierno, irregularidad que ha suscitado la furia de los chinos de a pie. Xi fue nombrado en noviembre dirigente del Partido Comunista y en marzo se convirtió en presidente dentro del cambio de mando que se efectúa cada década en China.