Hablar del obispo Marroquín es referirse a una de las épocas más importantes para el catolicismo en Guatemala, en primer lugar –como apunta el maestro Celso Lara– la iglesia Católica se encontraba aún en la fase de conquista espiritual de los pobladores originarios del Nuevo Mundo, pero que con la llegada de este prelado su condiciones cambiarían su amor por los indígenas y su dedicación por las personas más necesitadas.

Universidad de San Carlos de Guatemala
Emprendió el viaje que le trajo a nuestra tierra junto con los primeros sacerdotes que comenzaron la evangelización, en un lugar donde el abuso por parte de los conquistadores era palpable, pero no solo aquí sino en toda la América “española”, situación que llevó a la creación de las leyes de Barcelona para normar el trato para con los indígenas por parte de la corona Española.
Hablar de este varón dedicado a su ministerio pastoral y generador de la educación en la Colonia no solo le valió ser elevado a la dignidad episcopal convirtiéndose en el primer obispo de Guatemala sino también en un referente de la historia de Jesús Nazareno de Candelaria.
En recientes investigaciones del doctor en Historia del Arte, Fernando Urquizu, se ha logrado encontrar en los archivos de la curia un libro de cofradías del año de 1558 firmado y autorizado por el mismo Obispo Marroquín, que habla sobre la Cofradía de Jesús Nazareno; este dato viene a generar un nuevo aporte en cuanto a las acciones durante el gobierno de la diócesis por parte del Obispo Marroquín.
Esto genera un aporte digno de citar pues bien la fecha de consagración episcopal del prelado es 1537 ya tenemos referencias de que para el año de 1550 se funda la entonces capilla de la Candelaria bajo la custodia de los padres dominicos, teniendo un relativo crecimiento poblacional dentro de la jurisdicción de los dominicos hasta el establecimiento como parroquia de nuestra señora de la Candelaria en el año de 1750.
El obispo Marroquín, al edificar la iglesia de la Candelaria a finales del siglo XVI y en medio de la labor evangelizadora, resulta con el análisis estilístico hecho a Jesús de Candelaria, primero por el padre Antonio Gallo en los años 70 luego el realizado por este servidor y el maestro Celso Lara encontramos una imagen manierista del siglo XVI que es cuando lo cita don Víctor Miguel Díaz siendo creíblemente no solo en estos análisis sino en la documentación de archivo encontrada ser un referente de la primitiva escultura guatemalteca de esta época.
Otro dato para citar es la solicitud de religiosos que hace el obispo Marroquín tanto de mercedarios como jesuitas siendo los primeros en ser citados los que llegan a Guatemala para 1537 estableciendo un convento para el año de 1561 en la actual antigua Guatemala.
Por lo que es lógico comprender la fundación de la cofradía de Jesús de la Merced para el año de 1580 en el convento mercedario y ya tener activa la cofradía de indígenas de Jesús de Candelaria desde tiempo inmemorial como lo dice el breve pontificio de 1677.
Ahora bien tenemos que tomar en cuenta tres datos para consolidar la relación historia entre Jesús de Candelaria y el obispo Marroquín, el primero el libro de cofradía firmado por el mismo prelado para el año de 1558, segundo la antigüedad de la procesión citada en el breve pontificio del papa Inocencio XI y tercero los detalles estilísticos de Jesús de Candelaria únicos del siglo XVI y que en una metrópoli tan pequeña toda talla de culto religiosa era conocido por su pastor siendo el mismo Marroquín el pastor para la época.
Estos datos vienen a enriquecer lo poco estudiado entorno al obispo Marroquín y sus años de gobierno eclesiástico pero que tuvieron un justo homenaje en este año 2013 cuando fue representado en parte del adorno de Jesús de Candelaria en la primera parte del adorno en una actitud reverente como la que tomo en un ya lejano 1563.
Citan las crónicas que un grupo de nativos subió a la capilla de Jesús de Candelaria en rogativa por la vida del obispo Marroquín y que en respuesta a que los días de este varón estaban contados Jesús de Candelaria derramó dos lágrimas siendo el Viernes Santo 9 de abril de 1563 el fin de la vida terrenal de uno de los hombres más importantes en la historia colonial del país.
Se le recuerda porque dejó tres grandes legados. El primero, la conformación de los primeros bloques de enseñanza en el país; segundo, la consolidación de la evangelización en Guatemala y tercero, la devoción a Jesús de Candelaria quien por pedido suyo fue realizado por Juan de Aguirre en el año de 1563 para ser venerado por los indígenas en el valle de Panchoy.
No obstante, aún no es posible establecer quien tallo tan hermosa imagen. Algún día podrá afirmarse con documentación en mano de archivos más amplios como el archivo de Indias o el del Vaticano.