Siete presos fueron decapitados hoy en Arabia Saudí, donde se les había declarado culpables de robo, saqueo y asalto a mano armada, según la agencia noticiosa oficial del país.
RIAD Agencia AP
Una semana antes, las familias de los ejecutados y grupos de derechos humanos habían solicitado al rey clemencia para los condenados a muerte.
Las ejecuciones se efectuaron en Abha, ciudad en la región sureña de Asir, de acuerdo con la Agencia Saudi Press.
La región sur se caracteriza por la marginación y padece la discriminación de la poderosa región central, donde se ubican la capital, Riad, y los templos sagrados de La Meca y Medina.
Los siete individuos, arrestados en 2006, fueron sentenciados a muerte en 2009, de acuerdo con informaciones de periódicos de esas fechas.
El caso volvió a la atención cuando el grupo de derechos humanos Human Rights Watch solicitó a principios de marzo la conmutación de las penas de muerte porque los implicados eran menores en el momento de su detención.
Uno de ellos, Nasser al-Qahtani, dijo a The Associated Press a principios de marzo que tenía 15 años cuando lo detuvieron como parte de un grupo que robó joyerías en 2004 y 2005. Afirmó que lo torturaron para que confesara y no tuvo acceso a abogados.
Al-Qahtani dijo que durante el juicio, que duró varios años, sólo vio al juez en tres ocasiones y que a los procesados no se les hizo caso cuando intentaron quejarse ante el juez sobre las torturas o mostrarle las huellas de las heridas que tenían en el cuerpo.
De acuerdo con la sentencia original, los condenados debían ser ejecutados por fusilamiento y crucifixión. Sin embargo, los siete fueron decapitados, dijo el miércoles la SPA.
Tres verdugos llevaron a cabo las ejecuciones con espadas, dijo un funcionario de seguridad que solicitó el anonimato porque no estaba autorizado a hacer declaraciones a la prensa.
Arabia Saudí, un reino rico en petróleo, observa el estricto cumplimiento de la ley islámica, la sharia, conforme a la cual pueden ser ejecutadas mediante espada las personas culpables de homicidio, violación o robo a mano armada.
En lo que va del año, las ejecuciones en Arabia Saudí ascienden a 23, incluidas las siete del miércoles. En 2012 se aplicó la pena de muerte a 76 personas y en 2011, a 79.
En 2012, siete personas fueron crucificadas en Arabia Saudita, según versiones de prensa. Grupos de derechos humanos condenaron las crucifixiones, que incluyeron casos en los que las personas fueron decapitadas primero y crucificadas después.
En 2009, Amnistía Internacional condenó este tipo de ejecuciones y las describió como «la forma máxima de castigo cruel, inhumano y degradante».