Cientos de personas en la ciudad oriental paquistaní de Lahore atacaron hoy un barrio cristiano e incendiaron casas después de escuchar que un miembro de esa religión había blasfemado contra el profeta del islam, dijo la Policía.
La blasfemia es un crimen grave en Pakistán que puede acarrear la pena de muerte, aunque a veces residentes airados se cobran venganza por propia mano ante lo que consideran son insultos contra el profeta Mahoma. La gran mayoría de la población de Pakistán es suní y las personas de otras religiones, como las de la pequeña comunidad cristiana, a menudo son vistas con suspicacia.
El incidente comenzó el viernes cuando un musulmán joven acusó a un cristiano de cometer blasfemia al hacer declaraciones ofensivas sobre el profeta, según Multan Khan, oficial de alto rango de la policía en Lahore.
Una multitud procedente de una mezquita cercana se dirigió el viernes en la noche a la casa del cristiano y la policía se lo llevó detenido en un intento por apaciguar a la muchedumbre, dijo Khan. Por temor a ver afectada su seguridad, cientos de familias cristianas huyeron de la zona durante la noche.
Khan indicó que la turba regresó el sábado y comenzó a saquear las casas de los cristianos y a prenderles fuego. Dijo que nadie resultó herido entre la comunidad cristiana, pero varios policías quedaron lesionados por pedradas mientras intentaban impedir el ingreso de la muchedumbre.
La escena en el lugar era de caos. Un fotógrafo de The Associated Press dijo que fueron incendiadas aproximadamente 50 casas y una pequeña iglesia. Un hombre sacó cargando un perro y algunos cachorros de una vivienda en llamas. Refrigeradores, lavadoras y máquinas de coser, así como cacerolas, camas y otros enseres del hogar fueron sacados de las casas, destrozados e incendiados en las calles.
Una pareja cristiana del vecindario dijo que el viernes se habían ido a la casa de unos vecinos musulmanes después que la multitud vino a buscar al cristiano acusado de blasfemia.
Ishaq Masih dijo que los vecinos musulmanes albergaron a la pareja durante la noche y después les dieron dinero para que se fueran de la zona en la mañana.
Las acusaciones de blasfemia en Pakistán pueden propiciar que multitudes se hagan justicia por su propia mano. Una vez hecha la acusación es extremadamente difícil revertirla, en parte porque las autoridades no desean que se les considere benignas con los blasfemos.
El mismo sábado, cuatro personas murieron y 25 resultaron heridas cuando una bomba estalló dentro de una mezquita de la secta suní barelvi en la ciudad noroccidental de Peshawar. La bomba fue colocada en un librero dentro del edificio y fue detonada a control remoto cuando comenzaron las oraciones de la tarde, dijo el policía Imtiaz Khan.