Kant para todos


La presente es una transcripción de un programa radial, en donde el autor fue entrevistado; el tema de ese programa era el filósofo alemán Enmanuel Kant. (Nota del editor)

Romeo Muñoz Cruz

Enmanuel Kant fue un hombre solitario que impactó no sólo a la gente del siglo XVIII, a los grandes pensadores, sino que se constituyó en un orgullo primero para Alemania, que presentó a Kant como un sí­mbolo de la gran profundidad del pensamiento germánico, tal y como presentó a Ricardo Wagner y Ludwig Van Beethoven, como la expresión más excelsa de la música, en una expresión netamente pangermanista -el orgullo teutónico por excelencia. Pero Enmanuel Kant rebasó lo germánico y se convirtió en un sí­mbolo de toda la filosofí­a europea. Quizá el mundo entero del siglo XIX, y primera mitad del siglo XX, consideró que penetrar en la filosofí­a de Kant era por sí­ mismo una gran oportunidad de situarse en una especie de «clase aparte», dentro de la filosofí­a del mundo académico.

Existen cí­rculos de interpretes de la filosofí­a de Kant, es decir, pensadores que están dedicados totalmente a conocer el sistema filosófico kantiano, y no han llegado a sentirse totalmente satisfechos de su conocimiento… sienten que por ahí­ todaví­a se les escapa «algo» de tan profundo pensador. Por ejemplo, el Diccionario sobre la Filosofí­a de Kant lleva dos siglos de estarse elaborando (Allgemeiner Kantindex); la palabra ’psiquismo’ que para nosotros, en castellano en su más común acepción, la entendemos como la manera sicológica de comportarse con las caracterí­sticas individuales o generales del humano, en Kant tiene varias significaciones: mente, alma, espí­ritu, y otras acepciones. Hay vocablos en el idioma alemán que simplemente no tienen traducción al castellano, esto por sí­ solo es ya un gran obstáculo para comprender totalmente la exposición original de Kant. Por supuesto que nosotros no hablamos ni leemos alemán, hemos hecho un esfuerzo, no para entrar en detalles, si no para exponer, lo que es el «ABC» de la Filosofí­a de Kant, no sólo lo básico sino lo más comprensible. Que conste también, que esto tampoco significa que vamos a exponer ideas que no correspondan a Kant, nos sentimos tan orgullosos, no de haberlo leí­do sino estudiado, que vamos a exponer a un auténtico Kant.

Algunos datos someros de su vida. Enmanuel Kant nació el 22 de abril de 1724 en Kí¶nigsberg, una ciudad pequeña en aquella época, al occidente de Alemania. Un ’pueblito’ al que Kant amó tanto, que nunca salió de él. Se cuenta que en una de sus disertaciones describió el curso del rí­o Támesis de Londres, un inglés que estaba entre la audiencia le preguntó que ¿cuándo habí­a estado en Londres? Y se quedó maravillado al saber que Kant nunca habí­a estado en Londres.

Enmanuel Kant nació en un hogar de clase media, de 11 hijos, él fue el cuarto. Cuando tení­a 14 años murió su madre y cuando tení­a 22 años murió su padre, ello nos indica que Enmanuel Kant no fue un joven rebosante de felicidad y comodidades, más bien, fue un joven que atravesó por situaciones económicas precarias. Conforme vayamos entrando en su filosofí­a iremos dando datos biográficos interesantes de Kant.

Empezaremos diciendo que los oyentes sepan distinguir dos términos: REALIDAD y EXISTENCIA. Diremos que realidad será la descripción de lo externo, lo que está afuera de lo que consideramos YO, ese mundo material que está afuera y que nos rodea, lo colectivo y principalmente lo objetivo. Y existencia será la descripción de lo interno, lo que está dentro de lo que consideramos YO, de ese mundo í­ntimo que es nuestra vida mental, lo individual y principalmente subjetivo.

El Universo para cada uno de nosotros será esa mezcla que cada uno de nosotros hacemos de realidad y existencia. Nuestra vida será esa fórmula tan privada en que hacemos mezcla de realidad y existencia. La cultura por ejemplo, nos da mayor conocimiento de la realidad. La versión de la vida, del mundo, del universo, en una persona que lee, que cultiva su intelecto, será más amplia y acertada que la versión de una persona que vive concentrada en su monotoní­a diaria y lo que practica en forma rutinaria.