Cardenales realizaron primera reunión antes del cónclave


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Cardenales de todo el mundo comenzaron hoy la primera de varias reuniones en el Vaticano previas al cónclave en el que elegirán al nuevo papa, en medio de escándalos dentro y fuera de la Iglesia, y mientras aún reverbera la renuncia de Benedicto XVI.

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Por NICOLE WINFIELD
CIUDAD DEL VATICANO Agencia AP

Los prelados, con sus característicos capelos rojos, entraron en el Vaticano hoy por la mañana. Los periodistas y camarógrafos pululaban alrededor de los clérigos mientras sus asistentes les abrían paso entre la multitud.

«Un papa latinoamericano es posible ¡Todo es posible!» dijo el cardenal portugués José Saraiva Martins al entrar.

El tema central es fijar la fecha para el cónclave y fijar los procedimientos previos, como cerrar la Capilla Sixtina a los visitantes y despejar el hotel Vaticano de huéspedes. También deberán verificar que no haya micrófonos ocultos, para que nadie trate de escuchar las conversaciones secretas de los cardenales.

Sin embargo, es posible que los cardenales no logren acordar una fecha hoy. El decano del Colegio Cardenalicio, el cardenal Angelo Sodano, ha dicho que la fecha no se decidirá hasta que todos los cardenales hayan llegado a Roma.

El primer día de análisis estuvo afectado por nuevas revelaciones escandalosas: el cardenal escocés Keith O’Brien admitió que incurrió en conducta sexual indebida que no corresponde a un sacerdote.

O’Brien renunció la semana pasada como arzobispo de St. Andrews y Edimburgo. Dijo que no participaría en el cónclave después que cuatro hombres denunciaron que él actuó de manera inapropiada con ellos. Se trató de la primera vez que un cardenal se coloca al margen de un cónclave a causa de un escándalo personal.

Otro tema que ha captado la atención general es una reunión de los tres cardenales que realizaron la investigación sobre la filtración de documentos confidenciales de la oficina del Sumo Pontífice.

Los medios noticiosos italianos han difundido versiones con fuentes anónimas del presunto contenido del documento preparado por los cardenales, las cuales el Vaticano ha calificado como «falsas».

Aunque los reportes no sean ciertos, la filtración de datos por parte del mayordomo de Benedicto XVI confirmó un gran nivel de disfunción dentro de la burocracia del Vaticano, con intrigas, disputas de poder y acusaciones de corrupción, nepotismo y favoritismo al más alto nivel de la jerarquía eclesiástica.

En una de sus últimas audiencias antes de su renuncia, Benedicto XVI se reunió con los tres cardenales que prepararon el informe, quienes decidieron que su documento se mantendría en secreto. Sin embargo les autorizó a que respondieran preguntas de los cardenales sobre su contenido.

Otro tema que deben abordar los cardenales es la razón por la que están aquí: la renuncia de Benedicto XVI y sus implicaciones. Su decisión de poner fin a una tradición de 600 años y jubilarse en vez de continuar en el cargo hasta la muerte podría alterar el concepto del papado y a los cardenales no les asusta sopesar las implicancias que esto tiene para el próximo pontífice.

VATICANO
Llegan 103 cardenales

Cardenales procedentes de todo el mundo se reunieron hoy en el Vaticano para su primera serie de reuniones previas al cónclave que elegirá el nuevo Papa, en medio de escándalos dentro y fuera de la Santa Sede y las repercusiones por la decisión de Benedicto XVI de retirarse.

El Vaticano informó que 103 de los 115 electores han llegado, mientras la otra docena está en camino. El decano del Colegio de Cardenales ha dicho que no se fijará fecha para el comienzo del cónclave hasta la llegada del último cardenal.

Entre las primeras órdenes del día figuraba el juramento que formula cada cardenal, comprometiéndose a mantener «un secreto riguroso en relación a todo lo que esté relacionado de algún modo con la elección del pontífice romano».

El Colegio de Cardenales también accedió a enviar a Benedicto XVI un mensaje en nombre del grupo, «cuyo texto se está elaborando».

La agenda incluye determinar la fecha del cónclave y los preparativos para llevarlo a cabo, incluso el cierre de la Capilla Sixtina a los visitantes y el desalojo e inspección del hotel del Vaticano para asegurarse de que no haya micrófonos escondidos.

En el primer día de discusión el cardenal escocés Keith O’Brien admitió que había incurrido en inconducta sexual indigna de un religioso.

O’Brien renunció la semana pasada como arzobispo de San Andrés y Edimburgo y dijo que no participaría en el cónclave después que cuatro hombres denunciaron que había actuado de manera inapropiada con ellos. Es la primera vez que un cardenal se abstiene de participar en un cónclave debido a un escándalo personal.

Simultáneamente, el Vaticano sigue sintiendo el golpe del escándalo por el robo de documentos papales y la investigación que llevan a cabo tres cardenales para determinar los responsables.

La prensa italiana ha publicado versiones sin atribución sobre el contenido del informe de los cardenales. Aunque las versiones sean falsas, como asegura el Vaticano, las infidencias confirmaron una disfunción en la burocracia vaticana, con intrigas, luchas por el poder, denuncias de corrupción, nepotismo y amiguismo al más alto nivel.

En una de las últimas audiencias antes de renunciar, Benedicto se reunió con los tres cardenales que prepararon el informe y decidió que éste permaneciera secreto. Pero los autorizó a responder preguntas de los cardenales sobre su contenido.

Otra cuestión que enfrentan los cardenales es el motivo por el que están aquí: la renuncia de Benedicto y sus consecuencias. Su decisión de poner fin a 600 años de tradición y retirarse, en vez que seguir hasta la muerte, ha alterado completamente el concepto del papado.

«Un Papa latinoamericano es posible ¡Todo es posible!» José Saraiva Martins, cardenal portugués