El martes por la tarde arrestaron en nuestro vecino país del norte a la que probablemente sea la figura sindical más poderosa de Latinoamérica. Alba Esther Gordillo fue detenida después de acusársele de malversar unos US$156 millones de fondos del sindicato de maestros que representa.
El Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación en México es el equivalente al grupo sindical que Joviel Acevedo dirige en Guatemala pero en esteroides ya que los reportes de prensa indican que el grupo bajo el mando de la señora Gordillo está compuesto por más de 1.4 millones de miembros.
Es muy importante que los sindicalistas rasos de Guatemala tomen nota de lo que tiende a pasar cuando un grupo le paga a sus dirigentes para que “defienda sus derechos” ante el patrono. Desconozco cuál es el porcentaje del salario que los maestros sindicalizados le trasladan a Joviel pero me atrevería a decir que seguramente junta buenos millones de quetzales que invariablemente se convierten en la billetera personal del sinvergüenza ese.
De la neneca mexicana se sabe ahora y desde hace muchísimos años, que ella solo viste ropa de diseñador, viaja en jet privado y tiene una cartera inmobiliaria que cualquier magnate envidia. Además la neneca no nació muy agraciada por lo que le fue absolutamente necesario pagar varias cirugías plásticas para mejorar su apariencia. Supongo que don Joviel debiera de tener cuidado con este tipo de tentaciones porque de acuerdo al reiterado comentario de varias mujeres de mi círculo, el muchacho también es necesario candidato al quirófano de un plástico estilista.
Lo que llora sangre es que este tipo de personajes se pasan la vida al servicio del chantaje y la zozobra con el disfraz de defensores de los trabajadores quienes ingenuamente les financian un nivel de vida que nunca hubieran alcanzado trabajando como Dios manda. Siempre que alguien me pregunta si es buena idea o no unirse a un sindicato les contesto que sopesen lo que pueden alcanzar con trabajo y esfuerzo versus el tirar a la basura parte de sus ingresos para que este tipo de personajes lleven vidas de nuevos ricos. Pero como de todo hay en este mundo, todavía hay gente que se derrite a los pies de los líderes sindicales y que según ellos en el afán de salir de la “esclavitud laboral” caen en manos peores y más inmorales que el más cruel de los patronos.
Sería bueno que el ejemplo de lo que sucede actualmente en México haga reaccionar a los trabajadores sindicalizados guatemaltecos para que evalúen si no les sale más caro el caldo que los frijoles. La historia de este tipo de líderes se repite una y otra vez alrededor del mundo en todos los oficios, comercios e industrias, siempre hay un vivo que logra engañar a un grupo de trabajadores consiguiendo prebendas a cambio de vivir como rey. Se ha visto muchas veces que las empresas privadas terminan por cerrar operaciones ante las incumplibles demandas sindicales, pero en el caso de las empresas estatales la situación se complica mucho más porque estas instituciones son financiadas por el erario público y como lo que es de todos no es de nadie, no existe límite para los frutos del chantaje y la amenaza del paro de estos personajes.
Los líderes sindicales son para los trabajadores lo que los políticos son para la sociedad, entre más les permitimos avanzar, mas pierden la vergüenza del despilfarro y la indecencia. Ojalá que todos los trabajadores sindicalizados de Guatemala lean la noticia de la señora Gordillo y comprendan, algún día, que les están tomando el pelo. Ojalá Joviel, se asuste un poco con la noticia y ponga sus barbas a remojar.