Unos días antes de que parta a Roma para participar en el cónclave que elegirá al próximo Papa, el cardenal neoyorquino Timothy Dolan declaró bajo juramento en torno a las acusaciones de abuso sexual del clero en la arquidiócesis de Milwaukee que él supervisaba.
Dolan, que encabezó a los católicos de Milwaukee de 2002 a 2009, respondió ayer preguntas acerca de su decisión de dar a conocer los nombres de los clérigos acusados de abusar de niños en casos que, en su mayoría, ocurrieron hace décadas, dijo Frank LoCoco, abogado de la Iglesia.
La Red de Sobrevivientes de Abuso Sexual por Sacerdotes, un organismo independiente de víctimas de abusos y sus partidarios, dijo que presionará para hacer que la transcripción del testimonio de Dolan llegue al público.
La declaración bajo juramento forma parte de un caso de bancarrota interpuesto en 2011 por el sucesor de Dolan en Wisconsin, el arzobispo Jerome Listecki, en torno a acusaciones de abusos sexuales presentadas por casi 500 personas. Muchos funcionarios eclesiásticos de Milwaukee, incluido otro exarzobispo, Rembert Weakland, han sido interrogados formalmente.
Desde hace tiempo, Dolan aguardaba la oportunidad de responder las preguntas de los abogados, dijo Joseph Zwilling, portavoz de la arquidiócesis de Nueva York.
«Durante los últimos dos años ha indicado que estaba muy dispuesto a cooperar en cualquier forma que le fuera posible», afirmó Zwilling en un comunicado.
Dolan, presidente de la Conferencia Estadounidense de Obispos Católicos, ha sido mencionado en las listas elaboradas por algunos analistas sobre los cardenales con posibilidades de ser elegidos Papa en el próximo cónclave, aunque se considera poco probable que él sea escogido.
Es uno de dos cardenales que declaran bajo juramento esta semana en casos vinculados con el escándalo de abusos sexuales, que estalló en 2002 en la arquidiócesis de Boston y luego se extendió a lo largo de Estados Unidos, así como a Europa y México.
El cardenal Roger Mahony, arzobispo retirado de Los Ángeles, será interrogado el sábado con relación a una demanda sobre un sacerdote mexicano visitante que la Policía cree abusó sexualmente de 26 niños en 1987. El padre Nicolás Aguilar Rivera huyó a México en 1988 después de que algunos padres de familia se quejaron. Ha sido expulsado del sacerdocio pero continúa prófugo.
En Italia ha aumentado la presión para que Mahony se retire del cónclave. Hace unas semanas, la arquidiócesis de Los Ángeles se vio obligada por una orden judicial a dar a conocer miles de páginas de archivos confidenciales de más de 120 miembros del clero que enfrentan cargos. Los documentos muestran que Mahony y otros funcionarios de la arquidiócesis protegieron a los sacerdotes acusados y no alertaron a los fieles de los posibles riesgos que enfrentaban sus hijos.
A través de un portavoz, Mahony rechazó comentar al respecto ayer, pero ha indicado en su blog y en Twitter que sí acudirá al cónclave en Roma.
Los demandantes en Wisconsin enfrentan dificultades para que les hagan válida su reclamación debido a que hay un plazo límite de vigencia de los casos en el estado. Las declaraciones bajo juramento se llevan a cabo en parte para determinar cuándo se enteraron las autoridades eclesiásticas de los casos por primera vez.
LoCoco dijo que el abuso sexual que sufrieron los niños fue horrible y que Dolan reconoció esto y tomó medidas amplias para ayudar a las víctimas, entre ellas el dar a conocer los nombres de los miembros del clero acusados de forma que la gente tuviera confianza para acercarse a las autoridades eclesiásticas y comenzara un proceso de sanación.
Peter Isely, director de la Red de Sobrevivientes para la región centro-norte, argumentó que Dolan «maniobró con mucha creatividad a los sacerdotes que cometieron abusos sexuales y también manejó con creatividad la contabilidad del dinero de la Iglesia» sin hacer que rindieran cuentas los funcionarios de la arquidiócesis que no detuvieron a los que cometían abusos.
Controversia
La presión popular está creciendo en Italia y Estados Unidos con el objetivo de mantener al cardenal de California, Roger Mahony, alejado del cónclave para elegir al siguiente Papa por su papel en el encubrimiento de abusos sexuales cometidos por sacerdotes.
El movimiento busca frenar la participación de uno de los más destacados cardenales que prevén asistir al cónclave de marzo.
En medio de la polémica, Mahony ha puesto en claro que asistirá y que nadie puede obligarlo a recusarse. Un historiador del Vaticano también dijo ayer que no hay antecedente de un cardenal que haya tenido que quedarse en casa por un escándalo personal. Pero la campaña es un indicio de que los católicos ordinarios exigen cada vez más voz sobre quién es adecuado para elegir al Papa. La situación ensombrecería la próxima elección papal.
Los cónclaves suelen derivar en que se muestre la ropa más sucia de los cardenales, cuyos pecados y transgresiones anteriores se han ventilado antes, en los lentos días que anteceden a la votación. Esta vez no es diferente, excepto que las revelaciones de los pecados de Mahony son demasiado recientes.
Esta semana, la influyente revista italiana de temas católicos Famiglia Cristiana preguntó en una encuesta a sus lectores si Mahony, que vive en Los Ángeles, debía participar en el cónclave dadas las revelaciones. «Tu opinión: Mahony en el cónclave, ¿sí o no?», decía la encuesta por Internet de una de las revistas más leídas en Italia. La mayoría de las 350 respuestas indicaron un rotundo «no».
La mera decisión de publicar la encuesta es una señal de que la propia jerarquía católica en Italia se ha preguntado si a los cardenales con una reputación manchada se les debe permitir votar, un importante giro de acontecimientos para un país católico conservador que durante mucho tiempo mantuvo en silencio el abuso de sacerdotes y todavía es respetuosa con la cúpula eclesiástica en su patio trasero.
Sin embargo, Mahony ha manifestado que acudirá a Roma a votar.
«El conteo regresivo para el cónclave papal ha comenzado. Sus oraciones son necesarias para elegir al mejor Papa para la Iglesia de hoy y mañana», escribió en Twitter a comienzos de esta semana.
El obispo Charles Scicluna, exfiscal del Vaticano para delitos sexuales, dijo que depende de la conciencia de Mahony decidir si participa o no.
En enero, una corte en Los Ángeles ordenó que se abrieran miles de páginas confidenciales de más de 120 sacerdotes acusados de abuso sexual. Esos expedientes muestran que Mahony y otras autoridades de la arquidiócesis encubrieron a los padres señalados. El mes pasado, el arzobispo José Gómez retiró de sus deberes públicos y administrativos a Mahony en la arquidiócesis, aunque siguió siendo cardenal.