No es poco frecuente que algunas personas, sin ánimos de llamar la atención, con buena voluntad y desde el compromiso propio, critiquen a la Iglesia cuando observan que ésta no predica con el ejemplo al desviarse y presentar un rostro que no corresponde con la naturaleza propia.
Uno de esos casos paradigmáticos recientes es el del filósofo australiano Peter Singer cuyo compromiso con la pobreza es cuanto menos digno de admiración. Singer es un pensador que desde sus cavilaciones filosóficas sostiene que la pobreza es el peor testimonio del mundo moderno y que vencerla es totalmente posible. Solo hace falta, indica, buena voluntad y mucho compromiso.
En una entrevista reciente para un diario español señala el camino. No es nada difícil, dice, los que ganen entre 78 mil y 110 mil euros deben donar un 5% de su salario. «No es un secreto. Yo dono en torno a un cuarto o un tercio de lo que gano. Son cifras de seis dígitos», asegura.
Con tal responsabilidad frente a los pobres no es raro que critique a la Iglesia por darle más importancia, según él, a los temas de matrimonios entre homosexuales, los anticonceptivos y la moral sexual en general. Para el filósofo la Iglesia está muy lejos de preocuparse en verdad de los pobres.
«La Iglesia no se toma esto muy en serio lo de ‘Vendan sus bienes y dénselo a los pobres’. Se ocupan más del matrimonio gay, el aborto, la eutanasia, que no son temas muy prominentes en la Biblia. Si Jesús volviera a la Tierra se haría a un lado y diría: ‘No viven ustedes como cristianos, sino en la comodidad y deberían centrarse en los pobres como prioridad ética número uno».
El juicio de Singer no deja de ser justo y expresa la radicalidad con que él vive su compromiso hacia los demás. Sin embargo, no debe olvidarse que la Iglesia Católica también hace mucha obra de caridad a través de cristianos y organizaciones religiosas totalmente entregada con la causa. Para nadie es un secreto que algunas organizaciones como “Caritas Internationalis” y “Misereor”, por ejemplo, han sido instituciones muy generosas y comprometidas en proyectos de desarrollo en diversos países que lo han
Pero además, ha habido personas particulares que como Singer han entregado la vida al servicio de los demás, compartiendo en las comunidades e impulsando programas de apoyo para acabar con el hambre y promoviendo la educación. Casos ejemplares los tenemos, por ejemplo, con el obispo brasileño Hélder Câmarao, en nuestro caso guatemalteco, con el mártir Hermógenes López. Usted puede sumar otros casos.
De cualquier forma, rescatar el llamado de Singer es importante y no hay que despreciar su crítica. Efectivamente, la Iglesia puede hacer mucho más y ya tendría un exceso de adeptos si, como dice el filósofo, se tomará más en serio los preceptos del maestro a quien dicen seguir de manera radical.