Derek Jeter pasó unas vacaciones miserables. No sólo fue que el capitán de los Yanquis de Nueva York no pudo ganar otro anillo de Serie Mundial, sino que su temporada terminó cuando tuvo que ser asistido para salir del terreno de juego con un tobillo fracturado.
«Absolutamente terrible», enfatizó Jeter ayer cuando se presentó en el primer día del campamento de primavera para los jugadores de posición de los Yanquis. «También fue duro en lo mental, pero más físicamente. Estuve atascado en el sofá unas cinco, seis semanas, donde no me podía desplazar mucho. No fue divertido».
Jeter, de 38 años, se fracturó el tobillo izquierdo el 1 de octubre cuando perseguía un rodado en el primer partido de la serie de campeonato en la Liga Americana contra Detroit, y una semana después fue operado. Algunos días más tarde pudo comenzar a correr en el terreno y espera estar listo para el día inicial de la campaña, el 1 de abril contra Boston.
«¿Por qué no sería esto razonable?», se preguntó. «Estoy justo donde debería estar. El primer día, sí, ha sido siempre el objetivo».
Jeter viene de una temporada en la que su producción repuntó. Fue el líder de la Liga Americana con sus 216 hits, además de batear para .316 con 15 jonrones y 58 empujadas. Se lesionó el tobillo a mediados de septiembre y luego sufrió varios pelotazos de foul en el pie.
«Me lesioné, seguí jugando cuando posiblemente no debía», reflexionó. «Al principio una contusión ósea que luego se agravó. Finalmente, resultó en una fractura por fatiga y se fracturó. Se me dijo que podía jugar, y jugué. Desafortunadamente se fracturó, pero haría lo mismo otra vez si tuviera que hacerlo».
YOENIS CÉSPEDES
Yoenis Céspedes no tiene intención de empezar a hablar en inglés en público. «Hasta 2015», bromeó en español.
Tampoco quiere dejarse crecer la barba, como lo han hecho varios de sus compañeros de los Atléticos de Oakland: «Eso no me gusta».
El jardinero de los Atléticos llegó tranquilo ayer a la pretemporada en el desierto de Arizona, determinado a consolidarse con los campeones del Oeste en la Liga Americana.
Céspedes, un desertor cubano de 27 años de edad, también habló de cómo a finales de la temporada pasada se preocupaba constantemente por la seguridad de los miembros de su familia en República Dominicana. También temía posibles repercusiones adversas debido a un problema legal con un exagente que le reclamaba una supuesta deuda, como reveló el pelotero a finales del mes pasado al periódico San Francisco Chronicle. Su madre está ahora a salvo en algún lado.
«Eso me afectó en algunos momentos, es cierto. Traté de enfocarme en cada juego, que no se convirtiera en un problema y que no me permitiera jugar pelota con todo», dijo Céspedes ayer. «Estoy agradecido de que todo esto sea posible porque esa fue una distracción, aunque no mucha. Traté de dejarlo a un lado y que no afectara en el terreno».
El mánager Bob Melvin expresó su admiración por la forma en la que Céspedes se adaptó a un nuevo país, a otro nivel de béisbol y a todos los cambios que eso conlleva.
Melvin supo de la situación personal de Céspedes en el último tramo de la temporada y quiso darle un respiro, aunque Céspedes no lo aceptaría. Predijo al principio que los Atléticos llegarían a los playoffs en 2012, y remontaron en los 10 encuentros finales para sorprender a los Rangers de Texas en el último día de la campaña regular y capturar el título de la división Oeste de la Liga Americana.
«Era también muy comunicativo conmigo, así que supe lo que le pasaba», indicó Melvin antes de la práctica de ayer.
Céspedes dijo al Chronicle que espera tener pronto la visita de su hijo, Yoenis, de 3 años, gracias a las nuevas leyes en Cuba que permiten a los ciudadanos viajar al exterior y regresar. Han estado separados desde que salió de su país.
El jardinero también refirió que el exagente Edgar Mercedes afirmó que le debe el 17% de su contrato, incluyendo el bono de firma con cinco millones de dólares y por el trabajo de Mercedes para llevar a Céspedes y su familia de Cuba a República Dominicana.
Céspedes bateó para .292 con 23 jonrones y 82 remolcadas en 129 partidos y fue el principal rival de Mike Trout, de los Angelinos de Los Ángeles, como el Novato del Año de la Americana. También sonó 25 dobles y cinco triples, y se ponchó en 102 ocasiones.
ESPERA MÁS TURNOS
Héctor Sánchez tiene recuerdos agradables del año pasado.
Luego de ser el pelotero más joven de los Gigantes de San Francisco en la nómina de la Serie Mundial, el receptor de 23 años de edad quiere demostrar que ha mejorado su juego.
«Tienes que mostrar algo mejor cada año. No hay que dar nada por seguro en el béisbol», dijo Sánchez. «Lo que es cierto es que tienes que trabajar arduamente todos los días y dejar que ellos decidan. Solamente quiero facilitarles esa decisión y estar aquí todos los días».
Como suplente de Buster Posey, Sánchez fue titular en 48 partidos cuando el pelotero estelar recibió días de descanso o estuvo en la primera base. Sánchez bateó para .280 en 227 turnos, con tres jonrones y 34 impulsadas. Fue el receptor en muchas de las aperturas de Barry Zito.
Sánchez se ponchó en 52 oportunidades, casi una cuarta parte de sus turnos.
«Estoy tomando las cosas como siempre, para seguir trabajando en mi juego defensivo y tratar de aprovechar cuantas oportunidades reciba», puntualizó Sánchez. «Para mí es muy importante mantener una buena actitud fuera del terreno de juego y conservarme en forma. Si recibo la oportunidad de ser el receptor de Barry Zito, de seguro que eso me enorgullecería».
El piloto de los Gigantes, Bruce Bochy, dijo que Sánchez, con 1,8 metros (cinco pies y 11 pulgadas) de altura y casi 103 kilos (225 libras) de peso), podría estar en mejor forma cuando la pretemporada entre a su segunda semana.
«Siendo honesto, tiene que hacer algo en cuanto a lo del acondicionamiento físico», indicó el mánager.
Bochy anticipó que Sánchez tiene el potencial para ver más acción.
«Si se presenta un duelo particular en el que creamos que nos irían mejor Héctor como receptor, siendo un bateador ambidiestro, y Buster yendo a la primera, claro. Si Héctor está jugando bien y bateando bien, eso se puede dar», dijo Bochy. «Es un buen remolcador y es un buen bateador de ambos lados».
Y además Sánchez se ganó la confianza de los lanzadores entre el personal de los Gigantes.
«Parecía adelantado para sus años», observó Zito. «Muchos nos impresionamos por la manera en que conduce el partido».
Sánchez bateó de 4-0 con tres ponches en la Serie Mundial contra Detroit, y de 11-1 sin remolcadas en los playoffs. No importa. Los Gigantes ganaron su segundo título en tres temporadas.
«Fue un logro enorme pasar toda mi primera temporada entera con el equipo, y fuimos un equipo completo», refirió. «Si nunca consigo hacer algo más, puedo decir que tengo un campeonato».
DISTENSIÓN LEVE
El derecho Matt Garza sufrió ayer una distensión leve en la parte izquierda de la espalda cuando lanzaba en una práctica de bateo de sus compañeros y es posible que se ausente unos días de la pretemporada con los Cachorros de Chicago.
Sobre la eventualidad de que la lesión aplace su comienzo en la campaña regular, los directivos del equipo dijeron que tendrán una mejor idea del diagnóstico cuando sea examinado de nuevo hoy.
«Parece una contractura lateral ligera», dijo el mánager Dale Sveum. «Pero ha disminuido, y parece que él ya está mucho mejor»,
Garza estaba a la mitad de su programa de lanzamientos cuando sintió una punzada y salió del terreno de juego con un fisioterapeuta.
«Sentí que la bola salió bien de mi mano», dijo Garza, quien era considerado un candidato para abrir el primer partido de los Cachorros en la temporada. Sin embargo, considera que no se perderá nada de la campaña, que comienza dentro de seis semanas. «Me dicen cosas buenas, y espero (al lunes) para ver qué pasa».
Garza no ha lanzado en un partido desde el 21 de julio, cuando dejó una apertura en San Luis debido a una «reacción de tensión» en el codo de lanzar.