El Papa Benedicto XVI anuncia que renunciará el 28 de febrero


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El Papa Benedicto XVI anunció sorpresivamente hoy que abdicará el 28 de febrero, alegando que está demasiado débil físicamente para seguir al frente de la Iglesia Católica, por lo que será el primer pontífice en dejar voluntariamente su cargo en casi 600 años.

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Por NICOLE WINFIELD y VICTOR L. SIMPSON CIUDAD DEL VATICANO / Agencia AP

La decisión, que sorprendió incluso a sus colaboradores más inmediatos aunque ya había dicho anteriormente que dejaría su función si llegara a sentirse abrumado por la edad o por enfermedad, sentó las bases para un cónclave —un encuentro secreto donde los cardenales votan para elegir a un nuevo Papa— antes de Pascua.

«Todos los cardenales se asombraron y se miraban unos a otros», comentó monseñor Oscar Sánchez, de México, quien estaba en la sala cuando Benedicto XVI formuló su anuncio.

El Papa, de 85 años de edad, anunció su decisión en latín durante una reunión de cardenales en el Vaticano hoy por la mañana.

Hizo hincapié en que el cumplimiento de los deberes de ser Papa —ser líder de más de mil millones de católicos en todo el mundo— necesita también del «vigor tanto del cuerpo como del espíritu».

«Después de haber examinado ante Dios reiteradamente mi conciencia, he llegado a la certeza de que, por la edad avanzada, ya no tengo fuerzas para ejercer adecuadamente el ministerio petrino», dijo Benedicto XVI a los cardenales.

«Soy muy consciente de que este ministerio, por su naturaleza espiritual, debe ser llevado a cabo no únicamente con obras y palabras, sino también y en no menor grado sufriendo y rezando», agregó

«Sin embargo, en el mundo de hoy, sujeto a rápidas transformaciones y sacudido por cuestiones de gran relieve para la vida de la fe, para gobernar la barca de san Pedro y anunciar el Evangelio, es necesario también el vigor tanto del cuerpo como del espíritu, vigor que, en los últimos meses, ha disminuido en mí de tal forma que he de reconocer mi incapacidad para ejercer bien el ministerio que me fue encomendado», añadió.

El lunes, Benedicto XVI dijo que serviría a la Iglesia durante el resto de sus días «por medio de una vida dedicada a la oración». El Vaticano anunció inmediatamente después de su abdicación que Benedicto XVI iría a Castelgandolfo, la residencia veraniega papal al sur de Roma, para ir después a vivir en un monasterio enclaustrado.

Benedicto XVI debía asistir al Día Mundial de la Juventud en Río de Janeiro en julio. Para entonces ya habrá sido nombrado su sucesor, quien posiblemente hará el viaje.

El último Papa que abdicó fue Gregorio XII, quien lo hizo en 1415 como parte de un acuerdo para poner fin al Gran Cisma de Occidente entre varios papas que se disputaron la autoridad pontificia. La abdicación más famosa fue la del papa Celestino V en 1294 y el Dante lo colocó en el infierno por ese motivo.

Benedicto XVI afirmó el lunes que su anuncio es «una decisión de gran importancia para la vida de la Iglesia».

El Vaticano destacó que ninguna condición médica específica motivó la decisión de Benedicto XVI, aunque en los últimos años el pontífice había reducido sus viajes y limitado sus audiencias. Actualmente se traslada hasta el altar de la Basílica de San Pedro en una plataforma móvil para evitarle la larga caminata por el pasillo y ocasionalmente usa un bastón.

El anuncio sienta las bases para que el Vaticano celebre un cónclave en el que se elegirá a un nuevo Papa a mediados de marzo, ya que no será necesario respetar el tiempo de luto tradicional que se guarda cuando muere un Papa.

También permitirá a Benedicto XVI ejercer una poderosa influencia sobre la elección de su sucesor. Él mismo ha escogido al grueso del Colegio de Cardenales, los príncipes de la iglesia que votan para elegir el próximo Papa, a fin de garantizar su legado conservador y asegurar un futuro inmediato ortodoxo para la Iglesia.

Hay varios cardenales considerados «papables», al igual que ocurrió cuando Josef Raztinger fue elegido en 2005 después de la muerte del popular Juan Pablo II.

Cuando Benedicto XVI fue elegido Papa a los 78 años —entonces el Papa de más edad en ser elegido en casi 300 años— ya había previsto retirarse de su función previa, como prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, el organismo guardián de la ortodoxia, sucesor de la Inquisición. Había dicho que quería pasar sus últimos años escribiendo en la «paz y tranquilidad» de su natal Baviera, en Alemania.

Entre los cardenales que podrían sucederlo en el máximo cargo de la Iglesia católica están Angelo Scola, arzobispo de Milán; Christoph Schoenborn, arzobispo de Viena y Marc Ouellet, el director canadiense de la oficina del Vaticano para los obispos.

Otro candidato, al que se le asignan menos posibilidades, es el cardenal de Nueva York, Timothy Dolan. Aunque Dolan es popular y respalda la línea conservadora del Papa, la tradición general en el Vaticano es que la Iglesia no necesita un Papa de una «superpotencia», como es el caso de Estados Unidos.

Dado que más de la mitad de los católicos en el mundo viven en el mundo en desarrollo, nuevamente se argumentará que el pontífice podría provenir de sus filas.

En el cónclave de 2005, circularon versiones de que el cardenal argentino Jorge Mario Bergoglio era uno de los candidatos. El cardenal Peter Kodwo Appiah Turkson, de Ghana, es uno de los cardenales africanos de mayor jerarquía en la Santa Sede.

Todos los cardenales menores de 80 años pueden votar en el cónclave, una reunión secreta que se celebra en la Capilla Sixtina.

Según la tradición, las papeletas se queman después de cada ronda de votación, por lo que el humo negro que sale de la chimenea significa que no se pudo elegir un Papa. Cuando emerge humo blanco, el Vaticano indica que ha sido elegido un nuevo Papa.

Los papas pueden abdicar, según dispone el derecho canónico, que solo especifica que se deberá «hacer libremente y manifestarse adecuadamente».

Sin embargo, sólo unos pocos papas lo han hecho. Una de las razones por las que no es algo común es que la existencia de dos papas —incluso cuando uno ha renunciado— puede generar divisiones e inestabilidad en la Iglesia.

El anuncio de Benedicto XVI podría sentar un precedente que presione a futuros papas a abdicar ante el menor indicio de enfermedad.

El propio Benedicto XVI planteó esa posibilidad cuando fue entrevistado para el libro «Luz del Mundo», cuando habló de dimitir en 2010 si era demasiado viejo o estaba demasiado enfermo para continuar.

«Si el Papa se da cuenta claramente de que él ya no es física, psicológica y espiritualmente capaz de manejar los deberes de su cargo, entonces tiene el derecho y bajo ciertas circunstancias la obligación, de renunciar», dijo entonces Benedicto XVI.

El Papa, conocido previamente como el cardenal Joseph Ratzinger, tuvo un estrecho contacto con Juan Pablo II, con quien colaboró durante casi un cuarto de siglo.

Benedicto XVI nació el 16 de abril de 1927 en Marktl Am Inn, en Baviera, pero su padre, Policía, se mudaba frecuentemente y la familia se fue de allí cuando aquel tenía dos años.

En sus memorias, Benedicto XVI salió al paso de lo que podía haber sido fuente de controversia de haberlo mantenido en secreto: el hecho de que lo alistaron contra su voluntad en el movimiento juvenil nazi cuando tenía 14 años en 1941, cuando esa afiliación era obligatoria. Agregó que lo dejaron salir pronto debido a sus estudios para el sacerdocio.

Dos años después fue reclutado a una unidad antiaérea nazi como ayudante. Desertó del ejército germano en abril de 1945, en los últimos días de la guerra.

Consideró profético que un alemán sucediera a un Papa polaco. Antes de Juan Pablo II, había habido una larga sucesión de pontífices italianos.

Benedicto XVI fue ordenado, junto con su hermano Georg, en 1951. Después de pasar varios años enseñando teología en Alemania, fue designado obispo de Munich en 1977 y elevado al cardenalato tres meses después por Pablo VI.

Juan Pablo II lo nombró al frente de la Congregación para la Doctrina de la Fe en 1981 y asumió un año más tarde. Tras la muerte de Juan Pablo II en 2005, fue elegido Papa el 19 de abril en uno de los cónclaves más breves de la historia, apenas 24 horas.

RENUNCIA
Texto del Papa

El Papa Benedicto XVI anunció hoy que renunciará el 28 de febrero, simplemente porque se siente demasiado débil para seguir. A continuación, el texto oficial del anuncio en español. El original fue escrito en latín y entregado a cardenales reunidos para una ceremonia en la que se nombraron tres santos nuevos:

Queridísimos hermanos,

Os he convocado a este Consistorio, no sólo para las tres causas de canonización, sino también para comunicaros una decisión de gran importancia para la vida de la Iglesia.

Después de haber examinado ante Dios reiteradamente mi conciencia, he llegado a la certeza de que, por la edad avanzada, ya no tengo fuerzas para ejercer adecuadamente el ministerio petrino.

Soy muy consciente de que este ministerio, por su naturaleza espiritual, debe ser llevado a cabo no únicamente con obras y palabras, sino también y en no menor grado sufriendo y rezando. Sin embargo, en el mundo de hoy, sujeto a rápidas transformaciones y sacudido por cuestiones de gran relieve para la vida de la fe, para gobernar la barca de san Pedro y anunciar el Evangelio, es necesario también el vigor tanto del cuerpo como del espíritu, vigor que, en los últimos meses, ha disminuido en mí de tal forma que he de reconocer mi incapacidad para ejercer bien el ministerio que me fue encomendado.

Por esto, siendo muy consciente de la seriedad de este acto, con plena libertad, declaro que renuncio al ministerio de Obispo de Roma, Sucesor de San Pedro, que me fue confiado por medio de los Cardenales el 19 de abril de 2005, de forma que, desde el 28 de febrero de 2013, a las 20.00 horas, la sede de Roma, la sede de San Pedro, quedará vacante y deberá ser convocado, por medio de quien tiene competencias, el cónclave para la elección del nuevo Sumo Pontífice.

Queridísimos hermanos, os doy las gracias de corazón por todo el amor y el trabajo con que habéis llevado junto a mí el peso de mi ministerio, y pido perdón por todos mis defectos. Ahora, confiamos la Iglesia al cuidado de su Sumo Pastor, Nuestro Señor Jesucristo, y suplicamos a María, su Santa Madre, que asista con su materna bondad a los Padres Cardenales al elegir el nuevo Sumo Pontífice. Por lo que a mí respecta, también en el futuro, quisiera servir de todo corazón a la Santa Iglesia de Dios con una vida dedicada a la plegaria.

PAPADO
Empañado por escándalo

Benedicto XVI ha dicho que él se ve como un Papa renuente, un tímido ratón de biblioteca que prefiere dar paseos solitarios en los Alpes que los reflectores y la majestad de la pompa vaticana. El Vaticano anunció hoy que el líder de mil millones de católicos en todo el mundo ha decidido abdicar: el primer pontífice en hacerlo desde 1415.

El teólogo alemán, cuya misión era reavivar el cristianismo en una Europa secularizada, se topó en cambio con la tarea monumental de purgar la Iglesia de un escándalo de abusos sexuales que creció durante el papado de Juan Pablo II y que le estalló en las manos, siendo la crisis más grande de la Iglesia en las últimas décadas, si no siglos.

Más recientemente, Benedicto XVI cargó con el peso doloroso de la traición de uno de sus colaboradores más cercanos: su propio mayordomo, quien fue hallado culpable por un tribunal del Vaticano de robar documentos personales del pontífice para dárselos a un periodista, una de las filtraciones de seguridad papal más graves de los tiempos modernos.

Al mismo tiempo, Benedicto XVI prosiguió su visión inquebrantable de reavivar la fe católica en un mundo que, como él se lamentaba con frecuencia, parecía creer que puede prescindir de Dios.

«En numerosas partes del mundo de hoy, hay un extraño olvido de Dios», dijo a un millón de jóvenes reunidos en un campo enorme de Colonia, Alemania, en 2005, durante su primer viaje al extranjero como Papa.

Con algunas medidas decisivas y a menudo controvertidas, Benedicto XVI trató de recordarle a Europa de su herencia cristiana y de colocar a la Iglesia Católica en un camino tradicional, que a menudo alejó a los progresistas y emocionó a los conservadores.

RENUNCIA
En marcha complejo proceso para elegir próximo Papa

La abdicación del Papa Benedicto XVI pone en marcha una compleja serie de eventos para escoger al próximo líder de la Iglesia Católica. Las leyes que gobiernan la selección son las mismas que en el caso del fallecimiento de un pontífice. A continuación, un repaso del procedimiento:

— El Vaticano convoca a un cónclave de cardenales que debe comenzar entre 15 y 20 días después de la abdicación de Benedicto XVI el 28 de febrero.

— Los cardenales que pueden votar, aquellos menores de 80 años, son aislados dentro de la Ciudad del Vaticano y juran secreto.

— Todo varón católico bautizado puede ser elegido Papa, pero desde 1378 solo han sido escogidos cardenales.

— Dos rondas de votación se realizan cada mañana y dos por la tarde en la Capilla Sixtina. Se requiere una mayoría de dos tercios para proclamar al nuevo pontífice. En el 2007, Benedicto repuso la regla de la mayoría de dos tercios, revirtiendo una decisión de 1996 de su antecesor Juan Pablo II quien dispuso que se podía invocar mayoría simple después de 12 días de votaciones sin decisión.

— Las boletas se queman después de cada votación. Si de la chimenea de la Capilla Sixtina sale humo negro significa que no hubo decisión. En cambio, el humo blanco quiere decir que se ha elegido Papa y este ha aceptado. Las campanas también anuncian la elección de un pontífice para evitar posible confusión sobre el color del humo.

— El nuevo Papa es presentado en la galería frente a la Plaza de San Pedro con las palabras en latín «Habemus Papam» (Tenemos Papa), y el flamante pontífice imparte su primera bendición.