Algunos migrantes piensan que es necesario abandonar la gestión por el Estatuto de Protección Temporal, conocido como TPS, y que hay que centrar todo el esfuerzo del Estado en cabildear para acelerar la aprobación de la reforma migratoria, tomando en cuenta que el mismo presidente Obama ha dicho que si el Congreso no implementa rápidamente la discusión del tema, adoptará medidas para forzar a que se establezca una política coherente para tratar el tema de la migración ilegal.
Es absolutamente cierto que entre un TPS y la reforma migratoria no hay ni punto de comparación por el impacto que cada uno de esos temas tiene en el largo plazo. Pero tenemos que ser realistas para entender que los países que no ofrecen oportunidades a sus habitantes y son generadores de la migración ilegal son los que menos influencia tendrán a la hora de cabildear por la reforma migratoria porque, honestamente hablando, no tienen boca con qué hablar.
Nuestra tesis es que la reforma migratoria tomará todavía varios meses por la dinámica política en Washington y aunque tenemos plena confianza de que al final se aprobará una propuesta coherente y humana, nos preocupa la situación de miles de guatemaltecos que pueden ser deportados en los meses que tome ese debate político. Y reconocemos que no podemos, como país incapaz de ofrecer oportunidades a sus habitantes para que puedan encontrar mejor nivel de vida sin tener que emigrar para permanecer ilegalmente en el extranjero, convertirnos en un factor de influencia para convencer a ningún político en Estados Unidos de que se tiene que cambiar la política respecto a los migrantes.
En cambio, sostenemos que un TPS, aunque tuviera que ser primero Dios de muy corta duración, ayudaría a evitar que decenas de miles de guatemaltecos sean deportados precisamente cuando está tan cerca la posibilidad de que puedan formalizar su situación en Estados Unidos gracias a la iniciativa del presidente Obama. Hay muchos que se sienten seguros en su situación actual y no temen a la deportación, pero abundan los compatriotas que tienen que correrse riesgos como el de conducir un auto para cumplir con su trabajo y si son detenidos sin la licencia respectiva y, peor aún, sin los seguros correspondientes, serán enviados en uno de esos aviones que semanalmente vienen con paisanos deportados.
Pero es fundamental entender que los migrantes pueden hacer cabildeo en Estados Unidos porque son víctimas, pero Guatemala, como Estado, no tiene vela en el entierro más que como responsable de provocar tal nivel de angustia, desesperanza y frustración entre su gente como para que masivamente más de un millón de compatriotas hayan viajado para encontrar allá el sustento que en su país no pueden asegurar.
Minutero:
No se ve retroceso
porque no trabaja el Congreso;
llevan ya meses sin trabajo
y no ocurre ningún desparpajo