Los vendedores infantiles que ofrecen golosinas y otras bagatelas en las calles y paradas de autobuses, constituyen un indicador de la pobreza que golpea a los sectores más sensibles de la sociedad, expresó el Auxiliar del Procurador de los Derechos Humanos (PDH) en San Marcos, Byron Tomás Hernández.
Con el afán de llevar exiguos recursos económicos al hogar, las y los menores permanecen la mayor parte del tiempo en las calles, donde carecen de protección, exponen su salud y son proclives a las adicciones como el tabaquismo, el alcoholismo y la drogadicción, manifestó Hernández.
SAN MARCOS / Agencia CERIGUA
A decir del funcionario, la explotación de las y los niños en el campo laboral se da con mayor frecuencia en las tareas domésticas, en las empresas agrícolas de la zona productiva del departamento, donde realizan trabajos pesados que sobrepasan sus capacidades física, sin horario establecido y con salarios miserables.
Esta situación crítica de la niñez es preocupante y pone en alerta a la institución del PDH, debido a que el departamento es tránsito de personas hacia los Estados Unidos, donde operan redes internacionales de trata y tráfico de menores para la explotación laboral y sexual, destacó.
Hernández dijo que trabajan en coordinación con la Procuraduría General de la Nación (PGN), para buscar mecanismos que puedan rescatar a las y los infantes que se encuentren situación de riesgo, por el trabajo que realizan y a la vez, lograr que se establezcan políticas públicas para mejorar las condiciones de la niñez marginada.
Para evitar el trabajo infantil, como lo demanda la Organización Internacional del Trabajo (OIT), es necesario fortalecer el sistema laboral y los salarios en el área rural, subsidiar a las familias de escasos recursos, para que los y las niñas asistan a las escuelas, concluyó el representante del PDH.