El Instituto de Recreación para Trabajadores de la Iniciativa Privada (Irtra) presentó los nuevos toboganes Tamagás y La Vuelta del Jaguar, con los que espera aumentar las visitas al parque Xocomil, en Retalhuleu.
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El presidente del Irtra, Ricardo Castillo Sinibaldi, informó que la inversión de Q37 millones 284 mil servirá para garantizar nuevas experiencias y emociones a los visitantes del parque acuático de diversiones más importante el país.
Así se beneficiarán los trabajadores y sus familias, así como los turistas que visitan el país y la región, y que encuentran en los parques del Irtra una opción segura para descansar y divertirse
“El Irtra no para, nunca ha dejado de construir, nunca ha dejado de expandirse”, dijo Castillo.
TAMAGÁS
Se trata de un moderno tobogán, en cuyo recorrido viajan cuatro en una balsa inflable; experimentan velocidad, caídas, subidas, bajadas, vueltas, cambios de dirección y giros cerrados en el agua.
La emoción que sienten los pasajeros es estimulante, pues abordan la balsa a una altura de 21 metros y en la trayectoria de 285 metros de longitud viven toda una jornada de sorpresas.
El tobogán consiste en un canal de fibra de vidrio, con diámetro de 1.4 metros, secciones cerradas y abiertas, redes de seguridad en algunos tramos, boquillas especializadas y un sistema electrónico de seguridad. El recorrido termina en una piscina de parada, donde los usuarios se bajan de la balsa.
LA VUELTA DEL JAGUAR
Dos extraordinarios toboganes forman un ángulo de 45 grados; consisten en un tubo completamente cerrado de 91 metros de longitud y diámetro de 90 centímetros, el cual forma un giro o vuelta vertical inclinada.
El usuario sube los escalones de la torre y, a una altura de 17 metros entra y se ubica de pie en una cápsula, la cual se encuentra en una cabina con una puerta de alta seguridad.
La ventana frontal le permite al operador ver que el usuario ha tomado la posición de conducción correcta: brazos cruzados, mirando hacia el frente. Al escucharse la cuenta regresiva de voz conteo musical se abre la trampilla y la persona cae por gravedad, entra en tobogán cerrado y es controlada por un sistema de seguridad computarizado. El usuario siente la emoción de caer verticalmente 12 metros, en caída libre, dando luego un giro completamente inclinado a gran velocidad generada por la fuerza de gravedad.
Todas las funciones de los toboganes, desde el principio, caída y parada son cuidadosamente monitoreadas por el sistema PLC (control lógico del programa), que incluyo todas las medidas de seguridad para el usuario y los dispositivos que la garantizan.
La caída libre al inicio es la anticipación de una experiencia llena de adrenalina. El final del recorrido es un carril o canal de frenado con agua.