En el país de la eterna, llamado Guateanómala


rene-leiva-pixeleada

Donde cuenta la leyenda que a don Juan Palomeque, cruel y cicatero terrateniente del siglo XVI, se le considera fundador, ideólogo y santo patrono de la gloriosa Cámara del Agro, donde todavía alienta.

René Leiva


Donde Justicia e impunidad son hermanas siamesas que rechazan la sola idea de ser separadas. Dicha hipotética separación significaría un enorme trauma social.

Donde las sirenas de ambulancia son la pista sonora de la ciudad.

Donde como estrategia de terrorismo de Estado durante la guerra sucia no solo se quitó agua al pez; también se le quitó peces al agua.

Donde muerto el perro se acaba el perro. Pero la rabia sigue, invicta.

Donde la porquería no por cambiarse de nombre (y de símbolo espurio y de bandera ensangrentada y de “estatutos” trasnochados…) deja de ser porquería, claro que no.

Donde sí se juntaran todos los dedos que por generaciones han querido tapar el sol, ya no se distinguiría, digamos, el día de la noche.

Donde no es que la democracia “todavía” sea muy joven, sino que padece de enanismo genético, retraso mental, desnutrición crónica, vive secuestrada, ha padecido ultrajes innombrables, una caricatura suya es mostrada al pueblo en unas papeletas cada cuatro (4) años por unas horas… entre otras muchas vilezas relacionadas con su falsa, excesiva juventud, la pobrecita.

Donde la frase “pasar a mejor vida” es lo más verdadero, cierto, evidente, exacto, verídico y certero en toda la redondez de la Tierra.

Donde es más fácil morir que nacer; estar muerto que haber vivido.

Donde la mentada transparencia, precisamente por ser translúcida, nunca se ve, no se mira, es imposible percibirla o apreciarla por ningún lado, nunca.

(Con la ya un tanto desganada colaboración de mi mentor Perogrullo Pérez y Pérez.)