En la última columna les compartí un poco de mis opiniones con respecto al caso de Tiger Woods. Acerca de la polémica si sería capaz de jugar y dominar como alguna vez lo hizo.
Curiosamente, la semana pasada en el torneo del PGA Tour mostró muchas señales del dominio que una vez tenía. Entrando a los últimos hoyos de la última ronda, Tiger lideraba por una amplia ventaja de 7 golpes. Como en los viejos tiempos, parecía que él estuviera jugando un campo totalmente diferente a los demás. Esta fue la victoria número 7 para Tiger en Torrey Pines. Esto es un nuevo récord. Nunca nadie había ganado tantas veces en un mismo campo. También fue la victoria número 75 en el PGA Tour para él. Esto es increíble, difícil de creer que haya ganado tantas veces dentro de una gira tan competitiva. Hace ver mal a cualquier otro profesional del Tour.
Creo que luego de esta victoria podemos dejar de preguntarnos si el juego de Tiger ha vuelto. En una entrevista él hizo un comentario que me intrigó. Le comentaron que con esta victoria se aclaraba el hecho que él había vuelto y como él lo suele hacer, respondió con mucha astucia y confianza: “Nunca me fui”. Creo que en el par de años que su nivel de juego bajó, él siempre estuvo alimentando su confianza de cierta manera. En su mente siempre estaba muy cerca de donde quería estar y no tan distante como todos pensaban.
Increíble pensar que Tiger bajó hasta el puesto 17 del ranking mundial. Tiger ha demostrado ser una persona sumamente optimista y con extrema confianza en sí mismo. Estas virtudes en mi opinión contribuyeron en gran parte a que Tiger lograra regresar al big show. Luego de su victoria este último fin de semana Tiger se mantiene de número dos del mundo, pero achicó la brecha entre él y el número uno, Rory McIlroy.
Este es un ejemplo típico de cómo una actitud positiva puede ayudarnos en periodos difíciles. La vida nos trae nuevas cosas cada día y cuando menos lo esperamos da giros inesperados. Es en los periodos difíciles en donde uno debe mantener fe en sí mismo y una actitud optimista y positiva. Uno debe mantener una firme creencia de que las cosas mejorarán pronto. Michael Jordan, considerado como uno de los mejores, si no el mejor basquetbolista de todos los tiempos, dijo una vez: «He fallado más de 9000 tiros en mi carrera. He perdido casi 300 juegos. 26 veces han confiado en mí para tomar el tiro que ganaba el juego y lo he fallado. He fracasado una y otra vez en mi vida y eso es por lo que tengo éxito.» La gente que obtiene mayor éxito en la vida es aquella que no pelea los periodos bajos de la vida, si no que aprende a vivir con ellos. Todo buen deportista entiende que una mala racha es temporal ya que se tiene fe en sí mismo y sus habilidades. Me acuerdo que se le escuchaba a Tiger hablar cuando estaba en medio de su gran bajón y repetía múltiples veces que estaba muy cerca de lograr lo que quería. No importaba que saliera al campo y mostrara un nivel de golf súper pobre, pero lo único que importaba es que en los ojos de él estaba no muy lejos de donde quería estar. Una característica súper positiva en la manera de enfocar su carrera era que siempre se enfocaba en el presente y el futuro. Rara vez mencionaba algo del pasado. Dejaba atrás su pasado y se enfocaba en el progreso diario y las pequeñas victorias ganadas. Esa es la clave de la vida. Vivir en el presente. Tantísimas veces nos limitamos a través del equipaje que traemos del pasado. Creemos que no lo podemos dejar atrás porque es parte de nuestra identidad. Pero la realidad es que lo único que existe es el momento presente y cada día es una nueva oportunidad de arrancar de cero con una actitud positiva y optimista.
Aprendamos de los grandes a enfocarnos en las pequeñas victorias y progresos. Siendo optimistas podremos canalizar la energía en una dirección buena. Muchas veces estamos más cerca del éxito de lo que creemos. Es cuestión de mantenerse pacientes y creer en nosotros mismos.