Una conducta recta


Editorial_LH

Ayer los Obispos de Guatemala nos comunicaron sus reflexiones luego de la primera Asamblea que realizó este año la Conferencia Episcopal, misma que publicamos textualmente en nuestra edición de ayer porque consideramos que es imprescindible para los católicos su conocimiento y el análisis profundo de los planteamientos que se nos hacen. Pero hay detalles que vale la pena destacar y nos llama poderosamente la atención el llamado que hacen los prelados a un modelo económico diferente.


Basados en el concepto de la justicia social de la Iglesia y con referencia a la puntualización que se hizo en el Concilio Vaticano, en el sentido de que la doctrina social es el conjunto de condiciones de vida social con las cuales los hombres, las familias y las asociaciones pueden lograr con mayor plenitud y facilidad su propia perfección, nos advierten que las condiciones actuales no apuntan a esos fines y proponen nuevos modelos de desarrollo que incluyen, desde luego, el desarrollo rural.

Pero nos dicen que todo modelo económico y el bien común, exigen una correcta escala de valores y de bienes que se tienen que estructurar teniendo a Dios como referencia última. Todo debe usarse en el marco de una conducta recta que reconozca el primado de la dimensión espiritual y el llamado al conseguir el bien común, dicen los obispos.

Y es que podemos sacarnos de la manga cualquier modelo económico nuevo, cualquier plan de desarrollo, cualquier idea para gobernar al país y contribuir al bienestar de sus habitantes, inclusive pueden ser planes bien elaborados, bien estructurados y con abundante sentido común, pero si los ciudadanos no adoptamos una conducta recta, todo lo que se haga terminará sirviendo a la corrupción, al enriquecimiento ilícito de los mismos que se dedican a cazar las oportunidades para servirse con la cuchara grande, sin que importe la grave condición social que impera entre los guatemaltecos.

Hoy el paradigma es hacer pisto, es enriquecerse aunque sea pactando con los poderes ocultos y grupos paralelos que han saqueado al país y cooptado sus instituciones desde hace años. El objetivo esencial de nuestro modelo económico es propiciar esa danza de millones que permite a funcionarios saltar del petate al Cadillac o, de un empleo que apenas requiere habilidades manuales al helicóptero más sofisticado y costos del mercado.

Los Obispos abordan muchos temas, pero le dan una pincelada al más importante que es la necesidad de una conducta recta que dé contenido a los planes, proyectos e ilusiones que los guatemaltecos podamos forjar. Sin una conducta recta seguirá el latrocinio como medio y forma de vida, como característica de nuestra Nación y eso frena cualquier posibilidad de justicia.

Minutero:
Bien común y honestidad
son valores paralelos
aunque aquí la sociedad
piense que son solo para lelos