Los desperdicios y las sobras que parecen inservibles para muchos capitalinos son imprescindibles en la vida de cientos de clasificadores de basura –conocidos comúnmente como guajeros– y sus familias, quienes trabajan para subsistir en el vertedero de la zona 3. El gran basurero de la metrópoli es una fuente importante de ingresos para las personas que trabajan en el lugar y a la vez, es una amenaza para su salud y su vida.
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La Municipalidad de Guatemala registra oficialmente mil 200 clasificadores que trabajan de lunes a sábado en el principal «relleno sanitario» capitalino. Las personas que subsisten gracias al reciclaje cuentan que este trabajo les deja un salario aproximado de Q300 semanales, lo cual les asegura las condiciones mínimas para poder mantenerse en pie.
Rodeada de bolsas de basura, con una gran cantidad de moscas a su alrededor y un intenso olor a putrefacción que emana de los alrededores, Silvia López se lleva un pan francés a la boca, que orgullosamente dice que adquirió con el dinero que le proporcionó su trabajo.
La joven mujer, de 28 años, labora desde hace diez años clasificando en el vertedero de la zona 3 los materiales que se pueden reciclar o reusar, para luego venderlos a negocios que se dedican a la recuperación de materias primas.
Según ella, adaptarse a estas labores no es difícil, pues solo se requiere de voluntad y deseos de trabajar. “Al principio cuesta un poco, pero después usted se acostumbra. Es un trabajo digno que me ha permitido sacar adelante a mis hijos desde que enviudé”, explica la entrevistada.
«Doña Silvia», como la conocen en la localidad, es una de los cientos de trabajadores del basurero, que todos los días encuentran una oportunidad de empleo en la clasificación de basura, a pesar de los riesgos latentes que implica esa labor.
Y es que reciclar es un trabajo que puede costarle la vida a los «guajeros» si no toman suficientes precauciones. Las amenazas identificadas por la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres (Conred), son la evidente contaminación, los incendios en época de verano -con la emisión de gas metano- y los deslizamientos de tierra y desperdicios en tiempo de invierno.
Según Hardany Navarro, arquitecto y encargado del Departamento de Operaciones e Infraestructura en la Dirección de Mitigación de la Secretaría Ejecutiva de la Conred, la contaminación es una de las principales amenazas para las personas que a diario trabajan entre la basura.
“Hay un riesgo ambiental y por la ubicación, todo lo que genera el relleno es una contaminación severa en la zona 3 y 1; al momento de llover se siente un mal olor. Además, recuérdese que ir rellenando genera gas metano que también es un riesgo; por aparte hay una buena parte del cementerio que está altamente vulnerable porque los taludes han quedado altamente verticales, en los últimos registros que tuvimos es que en el invierno –del año pasado- hubo un gran movimiento de laderas, a raíz de un incremento del drenaje que circula por allí y se llevó una buena parte del relleno”, explica el entrevistado.
Según el experto, el invierno genera deslizamientos e inundaciones, causando embalses naturales.
“Están identificadas claramente las amenazas ante deslizamientos, inundaciones en muchos casos, esas laderas están muy bien definidas y se crean bloqueos por tanta basura, se han llegado a crear embalses naturales –represamiento o bloqueo de material que se llega a ocupar en un punto y como siempre va a circular agua- eso hace que separe la circulación del agua y en la parte de arriba se haga un embalse natural y se corre el gran riesgo de una inundación súbita debido a la acumulación del agua”, explica Navarro.
ANTECEDENTES
El 20 de junio de 2008, cuatro personas murieron en el basurero de la zona 3, y otras resultaron heridas, luego que las fuertes lluvias causaron un deslizamiento en el sector.
En aquella ocasión, los cuerpos de socorro explicaron que el exceso de humedad en el terreno, provocó una avalancha de basura, que afectó a los trabajadores.
Durante las tareas de rescate, los bomberos dijeron que la inestabilidad del lugar y los gases tóxicos que emanaban de la basura, causaron dificultades para la recuperación de las víctimas mortales.
En agosto del año pasado, también ocurrió un deslave en el basurero, pero no se reportaron heridos o fallecidos.
Según informes de los cuerpos de socorro, en este lugar se han originado incendios, sobre todo en la época de verano, públicamente no se conoce de víctimas mortales o heridos.
AIRE CONTAMINADO
Uno de los últimos estudios realizado por especialistas del aire, de la Unidad de Cambio Climático del Ministerio de Ambiente y Recursos Naturales (MARN), reveló que las corrientes de aire provenientes del norte del país arrastran mayor cantidad de contaminantes, como partículas totales en suspensión y partículas menores de 10 micras de diámetro, según un instrumento de medición instalado en el edificio del Instituto de Nutrición de Centro América y Panamá (Incap).
El informe se realizó durante dos días y se monitoreó el comportamiento de las corrientes de aire durante 24 horas cada día, registrando 174 imágenes de estos fenómenos.
Según los expertos, las corrientes del viento provienen del sur y principalmente predomina la del norte, que trae consigo una serie de partículas contaminantes hacia el centro de la capital.
La ubicación de la estación meteorológica que registró el nivel del aire, se colocó en las instalaciones del Incap, en la zona 11, mejor conocido como El Trébol, la corriente del norte transporta gases provenientes del parque vehicular del centro de la ciudad, el polvo de las regiones secas, contaminantes del sector industrial y del basurero de la zona 3.
Otro de los factores que influye en un mayor grado de contaminación es la geografía del país, pues el lado norte es más alto, por lo que el viento va en declive hacia el sur, consigna la información del MARN.
Según se indica el nivel de contaminación está sujeto a la variable meteorológica, es decir, que la velocidad y la altura del viento influyen en el grado de contaminación.
Las partículas totales en suspensión y las menores de 10 micras de diámetro son capaces de producir malestares respiratorios y cardiovasculares, factores que inciden en el aumento de estos padecimientos.
El MARN realiza análisis para conocer el grado y tipo de contaminantes que permanecen en el aire, pues actualmente no se tiene un informe oficial sobre ello.
TRES MIL TONELADAS DE BASURA
Carlos Sandoval, portavoz de la Municipalidad de Guatemala, por aparte, explicó sobre la cantidad de basura que diariamente aglutina el basurero de la zona 3, información oficial sobre los clasificadores de basura y las acciones de prevención para mitigar la situación en caso se diera un accidente.
“En el basurero se reciben tres mil toneladas de basura diaria, existen ocho patios en el vertedero específicos para ubicar esta basura, el relleno sanitario es un área que se va adecuando al sistema de basura que se va incorporando en el vertedero, por ejemplo, se vierte, se coloca la basura en un área de uno estos ocho patios y posteriormente se le vierte material selecto en toda la parte de encima para poder cubrir y mitigar la problemática de contaminación”, indica.
Las zonas donde se recibe la mayor cantidad de basura son la 7, 18, 21, 19, 6 y 5, se indicó.
Según Sandoval, actualmente hay 1 mil 200 guajeros autorizados por la Municipalidad de Guatemala. La función de estas personas es reciclar los materiales que en el vertedero puedan encontrar.
“Dependiendo del número de basura que vaya ingresando, conforme a los 550 camiones recolectores que hay en toda la ciudad, estos camiones constantemente van ingresando al vertedero y van ubicándose conforme los encargados del vertedero”, dice el portavoz.
El entrevistado explica que hay guardias municipales en el sector, que pretenden resguardar el ingreso para evitar que personas ajenas se expongan, porque es un área de fácil movimiento de tierra que podría perjudicar a quienes no tienen conocimiento de cómo se opera en cada patio. Supuestamente a los guajeros se les capacita desde el inicio sobre los patios a donde se van a dirigir los camiones.
El funcionario no miente, pues en efecto, aunque hay 1 mil 200 guajeros autorizados, existen otros que no lo están y que pueden ingresar por el lado de la Verbena en la zona 7, esto los ubica en una situación altamente vulnerable.
Al consultar al portavoz sobre los planes de contingencia para evitar que un clasificador pueda ser afectado por las amenazas identificadas, explicó que hay mitigación de riesgos.
“Se tiene mucho acercamiento con la Conred, por medio de la Comisión Municipal para la Reducción de Desastres (Comred) que es de la Municipalidad de Guatemala, desde acá hay una oficina que se encarga de ver la mitigación de riesgo por parte de la Municipalidad y tener mucha comunicación con Conred para lograr el éxito de estos lugares que en determinado momento pueden estar vulnerables”, explicó.
Sandoval admitió que las amenazas están en la temporada del año y el clima, en el caso del deslave ocurrido el año pasado, dice que 45 minutos antes del hecho se retiró a los clasificadores de basura, a los operadores de la maquinaria o empleados municipales
“En el momento que hubo un movimiento de cierta área de un sector, pues prácticamente es relativamente pequeño, tuvo una caída una maquinaria en el sector, sin pérdidas humanas, porque 45 minutos antes ya habíamos desalojado el área”, dice.
En el tratamiento a la basura, principalmente por la contaminación que genera, explicó, que se busca mitigar el tema, a través de los químicos que se aplica y el tratamiento que se da, esto según él, se puede comprobar porque el mal olor ya no se percibe.
“El tema de la contaminación se sigue trabajando por el hecho de que lo más difícil de disolverse con este material que queda en el lugar, es lo reciclable, lo que están agarrando los guajeros, el desecho orgánico que queda en el lugar es aislado con el material selecto y por supuesto no genera una contaminación de olor por el hecho que no se percibe. Los mismos vecinos de la zona 3 ya no sienten olores nauseabundos”, refiere.
CAMINO SEGURO
La tragedia de junio de 2008 evidenció algo que ya era un silencio a voces, la miseria y las carencias también se reflejaban en los niños y las niñas, que apoyaban económicamente a sus padres clasificando desechos.
Organizaciones como Camino Seguro o Safe Passage, han ayudado a decenas de menores de edad, para que cambien el relleno sanitario por el poder de la educación y una vida mejor.
La fundadora de este proyecto, Hanley Denning, murió en un accidente automovilístico el 18 de enero de 2007. Esta joven mujer ayudó a la niñez y juventud guatemalteca a cambiar su futuro.
Carlos Sandoval
Municipalidad de Guatemala