Hablar de la autonomía del Seguro Social como razón para que el señor Reyes Mayén y su corte se mantengan en el hueso es faltarle el respeto a la inteligencia de la opinión pública porque ello significaría que el mencionado individuo ha trabajado seriamente por el régimen de la seguridad social, cuando en realidad fue colocado en ese puesto por los intereses de J. I. Cohen en la venta de medicinas y ha sido un fiel servidor de los intereses de los grandes poderes paralelos que en Guatemala se han ido acomodando para secuestrar la institucionalidad y ponerla al servicio de la corrupción.
Por supuesto que Reyes hizo una buena inversión en negocios de publicidad para contar con el respaldo de medios de comunicación a los que ha favorecido con millonarias campañas de promoción y ahora por ello se nota esa tendencia a rasgarse las vestiduras como si se estuviera haciendo una afrenta a la autonomía del IGSS, cuando lo que hay es una afrenta a oscuros negocios e intereses que han sido los privilegiados durante esa administración de la que salió, entre otros, el último Ministro de Finanzas de Colom que ha sido un eficiente mandadero de esos sectores que tienen el control del erario nacional y lo ejecutan con habilidad.
Hay que saber que antaño ocurrían desplazamientos entre los poderes ocultos cuando llegaba un nuevo gobierno. Algunos de los poderosos quedaban fuera de la jugada con la nueva administración, pero hace algunos años que esos poderes decidieron dejar de pelear uno con otro, pactaron y se repartieron el pastel para que siempre estén todos en el candelero y ya no hay desplazamientos abruptos. El secuestro definitivo de la institucionalidad guatemalteca se concretó con el gran pacto entre los poderes ocultos que se pusieron de acuerdo para ordeñar en forma más eficiente las ubres del Estado.
El IGSS lejos de ser ajeno a esos juegos perversos ha sido adalid de los mismos y allí es donde se concentran desde hace muchos años los más sucios trinquetes que tienen que ver con las medicinas. Por ello es que ofende y da asco que ahora hablen de defender la autonomía de la institución como mecanismo para impedir el cambio que, por cierto, tampoco traerá una transformación para hacer transparentes las operaciones. Ya veremos que los que lleguen usarán la misma chamarra para taparse y pactarán con los que tienen la sartén por el mango porque aquí todo se arregla de esa forma. Y es más, Reyes Mayén y su corte fafeada terminarán rindiéndose ante el pacto que ya deben estar cocinando para evitar sobresaltos en las compras de medicina.
Minutero:
Hablar de la autonomía
es una enorme ironía
para tapar a los socios
con los que se hacen negocios