China negó el jueves que hubiera apoyado hechos de ciberpiratería, un día después que Google reveló que algunos de sus usuarios de correo electrónico sufrieron ataques que se originaron dentro del país asiático.
Google reveló el miércoles que habían sido infiltradas centenares de cuentas personales de correo electrónico, incluso de altos funcionarios del gobierno estadounidense, personal militar y activistas políticos.
Google rastreó el origen de los ciberataques a Jinán, China, sede de una escuela vocacional militar cuyas computadoras fueron asociadas a otro ataque a los sistemas de Google hace 17 meses.
El vocero de la cancillería, Hong Lei, dijo el jueves a la prensa que China se opone firmemente a las actividades de sabotaje contra internet y contra la seguridad de las computadoras. Hong agregó que la ciberpiratería era un problema mundial.
China trabajaba para enfrentar el problema, dijo Hong, pero no respondió cuando le preguntaron si investigaría este incidente específico.
Google agregó que todas las víctimas han sido notificadas y que se ha reforzado la seguridad de sus cuentas.
Esta vez, los intrusos electrónicos parecieron depender de tácticas utilizadas para hacer creer a la gente que están comunicándose con algún conocido o alguna empresa confiable. Una vez que estas incursiones consiguen la información necesaria para entrar en una cuenta de correo electrónico, pueden usar el acceso para enviar mensajes que engañan a otras víctimas.
Los ataques recientes no parecen estar vinculados con los del año pasado. Esa intrusión atacó los mismos sistemas de seguridad de Google y desencadenó una batalla con el gobierno comunista chino sobre censura en línea.
Las tensiones se intensificaron ante la sospecha de que el gobierno chino pudiese haber tenido una participación, por lo menos indirecta, en los ataques, posibilidad que Google no descartó.
Descarta nuevo tratado
El nuevo «zar» informático de Estados Unidos, Christopher Painter, dijo el miércoles que el derecho y la cooperación internacionales eran suficientes por ahora para enfrentar los problemas de seguridad en el ciberespacio, al descartar una propuesta reciente para atender la situación con un nuevo tratado.
Painter, coordinador de asuntos cibernéticos en el Departamento de Estado, declinó —por otro lado— pronunciarse sobre una información del diario The Wall Street Journal, la cual sugería que el Pentágono consideraba una política para clasificar algunos ciberataques de terceros países como actos de guerra.
Indicó que la mayor parte de esa información estaba basada en «cosas que no son divulgadas, no han sido divulgadas o no han sido analizadas».
Sin embargo, sí dijo que la reciente estrategia de ciberseguridad del presidente Barack Obama abarcaba una gama de aspectos diferentes, que van de las libertades internacionales a los asuntos de gobierno, pasando por los retos que enfrentan las fuerzas armadas.
«No necesitamos un nuevo tratado», dijo a The Associated Press cuando llegó a Londres para participar en una cumbre internacional sobre ciberseguridad. «Necesitamos una discusión sobre las normas que están en el ciberespacio, lo que son las normas de tráfico, y necesitamos crear un consenso sobre esos temas».
Cientos de delegados de varios países, en representación de gobiernos y empresas privadas, convergieron para la conferencia, de dos días, con la intención de llegar a acuerdos sobre aspectos básicos, relacionados con la forma de ejercer las regulaciones de la ciberseguridad transfronteriza, qué hacer con los países que no quieren ser regulados, cómo proteger información gubernamental y empresarial, y quién en última instancia controlará el ciberespacio.
Shawn Henry, director ejecutivo asistente del FBI, dijo que la aplicación transfronteriza de las leyes era esencial para atrapar a los ciberdelincuentes, muchos de los cuales tienen los mismos objetivos.
«Hay organizaciones o personas delincuenciales que buscan robar dinero, hay gobiernos extranjeros que buscan robar secretos de Estado y hay grupos terroristas que buscan la manera de provocar trastornos», declaró a la AP. «Por fortuna, hemos tenido muy pocos éxitos (en esas acciones) recientemente».
Momentos antes, el presidente de unas de las empresas de telecomunicaciones más importantes del mundo advirtió que los ataques cibernéticos se están desarrollando rápidamente y que se necesita un pacto mundial para controlar su proliferación.
Michael Rake, presidente de BT Group PLC, hizo la propuesta frente a funcionarios de gobierno y líderes empresariales reunidos para una cumbre sobre asuntos cibernéticos.
Rake advirtió que las potencias del mundo son arrastradas a una carrera armamentista de alta energía, y muchas ya pueden contender en una guerra sin disparar un solo disparo.
«Creo, personalmente, que no es una exageración decir ahora que es posible poner a un Estado de rodillas sin ninguna acción militar de ningún tipo», dijo Rake y consideró «crucial tratar de adelantar algún tipo de tratado de no proliferación de cibertecnología».
Rake no ofreció más detalles y muchos de los participantes en la cumbre recibieron la propuesta con escepticismo. Algunos, sin embargo, la apoyaron.
Un académico sugirió que la agencia de telecomunicaciones de la ONU debería supervisar esfuerzos en contra de la proliferación cibernética.