Eso de los golpes


Ren-Arturo-Villegas-Lara

No hace muchos años se regó la bola que un contingente del Ejército había rodeado la Casa Presidencial, sin que los vecinos supiéramos por qué y para qué. Lo cierto es que se pensó que tal vez había golpe de Estado. A lo largo de mis setenta años de vida, he presenciado muchos golpes. El de 1949 lo viví a los nueve años, en Chiquimulilla. Y de lo que recuerdo es que llegó una tanqueta artillada y un montón de soldados que se estacionaron alrededor del parque Barrios, y como que le apuntaban a un avión de guerra que pasaba por el cielo nublado de esos días.

René Arturo Villegas Lara


Decían que andaban buscando a Mario Méndez que iba para el otro estado, cuando el levantamiento ya estaba sofocado. En el 54, estando interno en la Escuela Normal, viví el golpe que  dio el gobierno de los Estados Unidos de América al gobierno constitucional de Jacobo Árbenz. Cuando el golpe al gobierno del general Ydígoras Fuentes, recién me había casado, y vivía en una casa de la 12 avenida, frente al gimnasio. Una madrugada,  como la casa  ya era vieja y de adobe, empezaron a crujir las paredes y el techo: una columna de tanques y tanquetas iba de norte a sur por todo el largo de la 12, con dirección a la Casa Crema y sacaron al Presidente y al gobierno. Peralta Azurdia amaneció de gobernante. Después vino el golpe al general Lucas y… ¡Bueno! Este país es el de nunca acabar. Incluso en tiempo de Vinicio Cerezo, estando yo en su gobierno, un golpe fue sofocado por la intervención del general Gramajo. Y ya no se diga ante el gobierno del doctor Arévalo, del que cuentan que soportó un rosario de golpes abortados. Pero, hoy ya no existen los factores que hacían reales y típicos los golpes de Estado, fuera de las ambiciones políticas que nunca van a desaparecer, por supuesto. Entre esos factores contrarios, por ejemplo, ya se murió Otto René Mancilla, y también  mi amigo Mario Mendoza Hidalgo. Y, ¿Entonces: quién diablos va a pedir a las radioemisoras particulares que entren en cadena, al compás de música ininterrumpida de marimba o alguna marcha  marcial? “Atención… Atención: se ruega a todas las radioemisoras particulares encadenar con TGW, Radio Nacional de Guatemala…” decía con voz gravísima el espigado Otto René Macilla. Recuerdo que siendo Subsecretario General de la Presidencia, llegó don Otto a pedirme que le ayudara para que el Presidente Cerezo firmara su acuerdo de jubilación, como era entonces. Yo le dije que la historia política de Guatemala se vería afectada con esa jubilación, porque no existía otra voz especial para cantar y hacer públicos los golpes de Estado, sobre todo  con la enjundia con que él lo hacía. Esa voz era parte del protocolo de cualquier golpe. Uno hasta temía lo peor cuando este locutor agarraba el micrófono, incluyendo el programa Chapinlandia, salvo cuando participaba en la Concha Acústica como locutor en el programa artístico la “Hora Nacional”, que en el gobierno liberacionista le llamaron “Guatemala Trabaja y Progresa”.  Desaparecido Otto René Macilla, cualquier golpe de Estado ya no tendría gracia. Además, con esa institucional desobediencia a la ley y a los poderes constituidos, ¿Qué radio obedece hoy entrar en cadena? La libre empresa, la libertad de información, la desobediencia civil, en fin, tantas cosas que hacen inviable un golpe de Estado. Hasta se podría decir que ya no están  de moda, salvo en África, en donde se sigue utilizando ese procedimiento para tumbar gobiernos; o quizá en alguna isla caribeña de aquí, que es como decir África. En tierra más firme, ya no. Puro constitucionalismo. Además, las marchas marciales como que ya pasaron a la historia y la Banda Sinfónica Marcial  ya no existe. Antes daba conciertos en la Concha Acústica, los domingos por la mañana. En el caso de nuestro instrumento nacional, ya nadie quiere escuchar marimba; hasta se ha sugerido mandarla al ostracismo, acusada de ser anticuada y un asunto de viejos. De repente, esa misma suerte correrán los violines, las guitarras no eléctricas, las violas y hasta las sencillas violinetas. Todo puro electrónico, puro  tex mex. Así que, calmantes montes pájaros cantantes en materia de golpes de Estado. Para eso existen los plazos, las elecciones, las constituciones, etc. Nada de golpes  de ocasión. Si las nuevas generaciones quieren saber qué era ese hecho llamado golpe de Estado, que lean la historia política de Guatemala. Sobre todo a partir de la muerte del general Justo Rufino Barrios, hasta 1985.