«Besos, cambios y puchos»


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Recientemente tuve la posibilidad de estar en Suramérica varios días, específicamente en Santiago de Chile, donde me impresionó la enorme evolución de la situación económica y social de ese país. La mayoría de la población es de clase media, más de la mitad posee casa propia y el ingreso promedio mínimo supera los US$400.00 al mes;

Juan Francisco Reyes López
jfrlguate@yahoo.com


Sus ejecutivos y profesionales gozan de un ingreso de US$5,000 hacia arriba, todo lo cual comprueba que la riqueza sí se distribuye, existe una cúpula económica, como en todo país del mundo, digna de imitarse por haber comprendido que ser ellos más ricos no significa un mejor país, por el contrario implica desestabilidad social, delincuencia y un mercado de consumo más débil, así como menores posibilidades de exportación y de desarrollo a nivel nacional. Sus gobiernos sucesivamente, desde los 16 años del gobierno de las Fuerzas Armadas que presidiera el general Augusto Pinochet, así como los sucesivos gobiernos de la Concertación: Aylwin, Lagos, Frei y Bachelet y el actual gobierno de partidos de derecha que preside Piñera se han dedicado a estimular el desarrollo nacional.

Ningún país en América Latina tiene la seguridad ciudadana que goza todo Chile, la fuerza de Carabineros no solo es respetada sino querida y reconocida por su honradez y eficiencia, la infraestructura de autopistas, carreteras que goza todo el país es solo superada por los países más desarrollados del mundo, aun así un elevado número de ciudadanos continúa reclamando, con todo derecho, una mejor educación universitaria y básica, insistiendo en que la educación debe ser si no gratuita de menor costo y de una altísima calidad. Un docente guatemalteco difícilmente podría competir con los docentes chilenos.

El sistema de previsión social continúa mejorando, lo que permite que los chilenos de la tercera edad gocen de buenas pensiones y adecuadas prestaciones de salud. En este campo, el Gobierno continúa velando porque la oferta de medicamentos sea realmente competitiva; recientemente el presidente Piñera firmó y puso en vigor una ley que obliga a que todas las farmacias del país tengan medicamentos genéricos como de marca para que así el consumidor no se vea obligado a comprar y pagar elevadísimos precios en las medicinas por falta de un mercado competitivo.

De qué sirve que en Guatemala muchas farmacias permanentemente indiquen que venden con un 35% de descuento si la verdad es que la oferta de medicinas de marca es 10 veces más alta en su precio que los medicamentos genéricos que ofrece un reducido número de farmacias. Esta nueva ley en Chile sanciona con enormes multas e incluso con el cierre si persisten en no mantener la oferta de medicinas genéricas drásticamente.

Cuándo podremos decir que en Guatemala existe la competencia y que el Ministerio de Economía no es la sucursal que nombró para defender sus intereses la cúpula económica.

Lo que sí no podemos envidiarle a Chile es el cambio de comportamiento en lo que al tabaquismo se refiere, donde invariablemente, en especial a la hora de almuerzo, miles de miles de sus ciudadanos, en particular mujeres, salen de los edificios a fumar de forma compulsiva, al punto que el tabaquismo femenino supera en más del doble al de los varones, por eso muchos de los jóvenes chilenos me decían que “las cabritas o minitas prefieren los puchos a los besos”. Esperemos que con su educación y desarrollo social se revierta el tabaquismo y así de nuevo podamos citar como ejemplo a la población chilena y las mujeres vuelvan a oler a Barzelatto y Lavanda y no a nicotina y tabaco.
¡Guatemala es primero!