ANTIGUA GUATEMALA


Bella y eterna Antigua Guatemala,
fuisteis del pasado
una de las glorias de América.
Como fondo de aquellas glorias
se yergue majestuoso,
como un titán,
el bello volcán de Agua,
tu eterno y celoso guardián.

Eduardo Alfonso Luna Estrada
Céd. A -1 309873


El destino te tenía predestinado
un gran futuro,
porque en joya de gran valor
te transformó tu cultura.
El humilde hermano Pedro,
en el silencio de las noches
Recorría tus calles empedradas.
A la luz de los faroles

Su imagen se veía,
y con la cenicienta luna
iluminándole sus ojos,
también le llegaba
la inspiración del buen Dios.

Su voz cantarina
a los cuatro vientos se oía
y a los vecinos sin temor alguno les decía:
«Acordaos hermanos que un alma tenemos, y si la perdemos,  no la recuperamos».

Antigua Guatemala
por tus calles ya no anda más
el hermano Pedro,
y no se escucha más el eco de su campanilla.
Murió el que siendo santo
dijo humildemente que no era santo.
Yo busco por tus calles otro santo
y quisiera verlo con mis propios ojos,

Antigua Guatemala
cuando de entre tus montañas
veo salir el sol,
me quedo admirado
de ver cómo los rayos de luz
van iluminando poco a poco
las cúpulas de las iglesias,
y la oscuridad lentamente se va alejando de ti.

Antigua Guatemala
tus rosas despiden la fragancia
de la casa de los dioses
y la belleza de su florescencia
es comparable a la de un jardín celestial.

Antigua Guatemala
esta noche veo la luna llena
entre tus ruinas,
y al buen Dios le pido
que nunca más hayan más ruinas