¿Gira el Sol alrededor de la Tierra? ¿Gira la Tierra alrededor de la Luna? La verdad acerca de estas dos interrogantes la sabemos porque nos lo explica la ciencia, ahora en 2013 del siglo XXI.
El inicio del pensamiento para llegar a esta verdad nos la dio Ptolomeo con su explicación positivista, que radicaría en expresar de forma racional lo aparente, sin preocuparse de la relación entre lo que se ve y lo que en realidad es.
“Vox pópuli, vox Dei”: No debería escucharse a los que acostumbran a decir que la voz del pueblo es la voz de Dios, pues el desenfreno del vulgo está siempre cercano a la locura.
Los seres humanos a pesar de estar dotados de gran inteligencia, del genio de la creatividad, del razonamiento y demás características del ser creado a la semejanza de Dios, según la Biblia, como que no estamos muy dispuestos a utilizar ese extraordinario potencial del que hemos sido dotados. Por esa razón, dicen que cuando preguntaron a un Premio Nobel que si la ciencia está tan avanzada ¿Por qué la humanidad está como está? El Nobel respondió: Es simple. El ser humano no piensa.
Sea o no cierto lo del Nobel, creo que sí es cierto que pensar es trabajo y, el humano en general prefiere no pensar. Es más fácil para el ciudadano común aceptar todos los dogmas y sofismas que los más listos piensan para su propio beneficio. Por consecuencia, las grandes mayorías viven con creencias equivocadas en lo político, en lo social, en lo teocrático y en lo económico. Simplemente se dejan llevar por las corrientes de comunicación masiva desde la época de los juglares y trovadores en la antigüedad, quienes llevaban noticias de un lugar a otro dentro de sus historias declamadas y cantadas. Naturalmente, no todo lo que cantaban y contaban era verídico; le ponían la sal y pimienta que la gente quería saborear.
Los usos de los sofismas por los medios de comunicación se aprovechan para ir cambiando la opinión pública e introducir cambios de pensamiento en el general de la sociedad sin que ésta sea consciente de los mismos. La razón distingue al ser humano del resto de los seres. En consecuencia, desde el comienzo de la actividad intelectual organizada, los hombres pensantes han trabajado en métodos que les permitan guiar el razonamiento evitando los errores y engaños durante el procedimiento. Para engañar a la opinión pública existe una enorme cantidad de métodos y podríamos hacer una larguísima lista de métodos posibles. Sabemos que con la breve enunciación el lector comprenderá que para cada objeto teórico de estudio se corresponde un método particular.
La matemática y la lógica pura utilizan, por ejemplo, el Método Axiomático. Consiste en establecer una serie de enunciados y aplicarles un conjunto de reglas (aritméticas, lógicas o la que convenga según la materia de estudio). Dichos enunciados pueden ser evidentes o simplemente aceptados para los fines del razonamiento.
Aristóteles, por otra parte, nos legó el Método Deductivo. Este método es el propio de la Lógica. Se basa en 16 premisas lógicas y las aplica siguiendo un razonamiento de lo general a lo particular. Las conclusiones se obtienen siempre sin necesidad de comprobar. Aristóteles entró en oposición a la exposición de Platón con respecto a la teoría de la inmortalidad del alma y, la humanidad sigue engañada con respecto a esto, todavía no sabe exactamente qué es el alma.
Los gobiernos utilizan estos métodos para engañar a la opinión pública.