IVS: 150 MIL AFILIADOS DE UN PROGRAMA QUE SE ENCAMINA AL COLAPSO


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El IGSS ha dado señales de un posible colapso de su programa de Invalidez, Vejez y Sobrevivencia (IVS) en los próximos años, y ha propuesto que en forma urgente se reformen algunos estatutos, como el de aumentar el monto de las mensualidades e incrementar la edad de la jubilación. Sin embargo, buena parte del déficit se ha hecho por el poco pago que hacen los patronos, especialmente el Estado, a su cuota, dicen las autoridades.

POR JODY GARCÍA
jgarcia@lahora.com.gt

•    De 6.2 millones que representan la  población económicamente activa, 1 millón 154 mil, 378 están afiliados, según ENEI  2012
•    En 2011 el IGSS pagó más de Q45 millones en sueldos y salarios a afiliados

La Encuesta Nacional de Empleos e Ingresos del 2012, del Instituto Nacional de Estadística, informó que aproximadamente 9.5 millones de personas tienen 15 o más años de edad, por lo que se encuentran en edad de trabajar; de ellas 6.2 millones conforman la población económicamente activa.

También refiere que a nivel nacional 65 de cada 100 personas en edad de trabajar están trabajando o están buscando un empleo.

De esa forma se pone en evidencia que cada año aumenta el número de personas que ingresan, ya sea  a la economía formal e informal del país.

Estadísticas del Instituto Guatemalteco de Seguridad Social (IGSS), refieren que en el año 2000, eran 908 mil 122 los trabajadores afiliados; en once años ese número se elevó en un 27%, pues al año 2011, eran 1 millón 154 mil 378 personas afiliadas.

El número de pensionados registrado en el Programa de Invalidez, Vejez y Sobrevivencia (IVS), oscila entre las 150 mil personas, y ante la falta de las aportaciones del Gobierno y las cuotas de los patronos, existe el riesgo de un desequilibrio financiero que impida cumplir con el pago a los jubilados.

En ese sentido, el IGSS anunció que el programa de IVS iniciaría el proceso de quiebra en el 2015. En anteriores declaraciones, Luis Felipe Irías, subgerente del Seguro Social, explicó que la estabilidad del programa se mantendría para los próximos cinco años, de manera que se necesitará hacer modificaciones como aumentar la edad para jubilarse o bien aumentar las cuotas para inyectar recursos.

LAS DEUDAS
José Alejandro Arévalo, diputado y presidente de la Comisión de Previsión Social del Congreso, explicó que el programa necesita revisarse periódicamente, ya que sus erogaciones se realizan en plazos extendidos en el tiempo, es decir, “una persona empieza a cotizar cuando tiene 20 años para tener una pensión cuando tenga 60, y tiene que asegurarse de que el sistema tenga los recursos suficientes para poder pagarle cuando finalmente se jubile”.

Según explicó, esto depende de varios factores, uno de ellos es que tanto los patronos como los trabajadores paguen sus cuotas, que el dinero que se recibe de las contribuciones realmente llegue al IGSS y que el Estado pague lo que adeude.

Según el reporte de Obligaciones Financieras del Estado para con el IGSS, al 30 de junio 2012, la deuda acumulada asciende a Q20,989 millones 847 mil 537.

Se solicitó a las autoridades del Seguro Social un reporte de lo que adeudan los patronos, pero hasta la fecha de publicación de este reportaje éste no había sido enviado, aun con constantes pedidos y recordatorios telefónicos a su oficina de comunicación.

Por su parte, como una ilusión del IGSS calificó el economista Hugo Maúl las posibilidades de que el Estado pague la deuda a la institución.

“El Seguro Social no ha quebrado porque le ha pasado la factura a los afiliados. Cómo no se le da a los trabajadores la opción de decidir, se aumentan las cuotas o el número de cotizaciones que hay que hacer para beneficiarse”, explicó.

MODIFICACIONES
Con los anuncios de la posible pérdida de estabilidad en el programa, el presidente de la Comisión del Previsión Social aseguró que un elemento importante para lograr un equilibrio es considerar cuánto tiempo contribuyen las personas  y trabajadores al programa, es decir, la cantidad de cuotas a pagar durante su vida laboral.

Actualmente, la Ley del Seguro Social obliga a reajustar beneficios, cuotas o contribuciones con base en las revisiones actuariales y previsiones financieras del Instituto, explicó Arévalo, y agregó que se ratificó que el número de contribuciones para tener derecho a la pensión era acreditar 180 contribuciones por 15 años hasta 2010, 192 en 16 años a partir de 2011; y que serán 204 por 17 años a partir de 2013 y 216 contribuciones en 18 años a partir de 2014.

En ese sentido, mediante el Acuerdo 1257 del 14 de diciembre de 2010, el IGSS decidió modificar los requisitos para acceder a las prestaciones del programa con el propósito de cubrir sus obligaciones hasta 2017.

No obstante, por acciones de inconstitucionalidad promovidas por Sergio Morales, anterior Procurador de los Derechos Humanos, y por diferentes organizaciones, la Corte de Constitucionalidad (CC) resolvió dejar sin vigencia la decisión del IGSS de aumentar de 60 a 62 años la edad para tener derecho a pensionarse para el caso de los nuevos contribuyentes.

El diputado refirió que esta decisión implicó anticipar la llegada al punto de equilibrio en el  2015, a partir del cual el programa empezará a erosionarse hasta acabar con la reserva técnica.
“Porque el Seguro Social deberá hacer uso de las reservas actuariales del dinero que se ha ido guardando para pagar las pensiones de la gente que en la actualidad está cotizando el IGSS, y esta es nuestra preocupación”, sostuvo.

Por dicho motivo es que considera que el programa de IVS no quebrará, puesto que tiene casi Q19 mil millones de reservas.

LA INFORMALIDAD
Cuando fue creado el sistema del Seguro Social, en el tiempo del presidente Juan José Arévalo, hace más de 60 años, el concepto principal era que todo trabajador tenía un patrono y que un porcentaje mínimo trabajaba por su cuenta, manifestó Arévalo.

No obstante, la Encuesta Nacional de Empleo e Ingresos del 2012 estima que en la actualidad el sector informal de la economía absorbe a las tres cuartas parte del empleo a nivel nacional, destacándose el área rural, donde 8 de cada 10 trabajadores son informales.

“Hay muchas personas no inscritas en el IGSS, que cuando lleguen a la edad de retiro no van a tener quien los proteja en la edad de su vejez”, subrayó y agregó que para solucionar el problema del financiamiento también debe incorporarse a los informales al Seguro Social, siempre y cuando paguen su cuota.

Para poder lograrse ese cometido, según el legislador, tendría que modificarse la Ley Orgánica del IGSS, que fue hecha en el año 1948, porque consideró que ya es obsoleta.

En contradicción con su opinión, Maúl dijo que un trabajador informal estaría dispuesto a pagar algo de lo que gana, solamente a cambio del servicio de salud, porque es algo más cercano y le sirve más directamente. La jubilación es una promesa difícil de poder tragar”, dijo.

UN CUCHUBAL
“El problema de fondo es que el sistema de Seguro Social, que en Guatemala se conoce como un sistema de reparto, no es más que un gran cuchubal, donde los jóvenes ponen para mantener a los viejos”, opinó Maúl al ser consultado sobre el sistema de pensiones del IGSS.

En lo que el entrevistado denomina “cuchubal”, las cosas funcionan si una cantidad mayor de jóvenes ingresa a la fuerza laboral, en relación a los adultos que se retiran; sin embargo, como en el país no se crea empleo formal  y los jóvenes no encuentran trabajo, el sistema tiene más pensionados y menos personas activas que cotizan para esas pensiones.
“Si lo vemos a largo plazo, el sistema está destinado a quebrar”, ultimó.

LAS SALIDAS
Según Maúl, las soluciones contra el posible colapso dependen de las intenciones del Gobierno.

“Los políticos lo que quieren es tener dinero a la mano para poder utilizarlo como les da la gana, para poder financiar sus programas; pero, si el trabajador guatemalteco quiere depender de ese cuchubal, y dentro de 40 años depender de los jóvenes que en ese momento haya, entonces, que se preparen porque seguramente no van a cobrar nada”, prevé.

Por otro lado, dijo que los trabajadores deberían tener la posibilidad de considerar que cada quien ahorre en su cuenta para su retiro, pues a su criterio el sistema funcionaría mejor.

“A mediano plazo lo que debería buscarse es que nuevos trabajadores tengan la posibilidad de integrase a otro sistema diferente al actual, para que cada quien sea responsable de su futuro y no se encuentre con uno en el que pese a haber pagado para su jubilación, al final no tenga nada”, enfatizó.

COMPROMISO
Por su parte, José Pinzón, líder sindical de la Central General de Trabajadores de Guatemala (CGTG), dijo que las autoridades han querido “asesinar” el IVS, ya que considera que con argucias plantean que los días del programa están contados.

“Al IGSS se le ha venido tomando como una instancia que protege intereses tanto del Estado, pero también a sectores de la iniciativa privada, municipalidades, etc.”, dijo enfático.

En tanto, analizó que la situación sería otra si la institución tuviera un enfoque distinto y “no el de satisfacer intereses particulares”, y por el contrario, estuvieran luchando y exigiendo el pago de la deuda.

Pinzón concluyó diciendo que los  ciudadanos no se han comprometido para hacer valer sus derechos, reclamar el pago de las aportaciones y cuotas, y batallar porque el programa no entre a un punto de quiebra.

ANTECEDENTES

El programa IVS nació el 01 de marzo de 1977. A partir de esa fecha se determina el número de contribuciones que debe tener un afiliado para el beneficio de una pensión.

El IGSS cancela a los pensionados doce mensualidades al año, además en el mes de diciembre otorga un aguinaldo igual al 100% de su pensión y un bono navideño equivalente a Q500. 

Entre los servicios que otorga el beneficio a la pensión está el acceso al Centro de Atención Médica Integral para Pensionados (CAMIP), el cual presta los servicios de atención de consulta externa en odontología, neurología, medicina general, medicina interna, cirugía general, cardiología, reumatología, urología y endocrinología, además de otros servicios.

«El problema de fondo es que el sistema de Seguro Social, que en Guatemala se conoce como un sistema de reparto, no es más que un gran cuchubal, donde los jóvenes ponen para mantener a los viejos”
Hugo Maúl
Economista