Una nueva era de cambios… ¿Quién cambiará?


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Este viernes 21 de diciembre, es uno de los días más importantes en el calendario maya, ya que la civilización maya, cada fin e inicio de ciclo, no solo se sienta a contemplar los astros, sino que también analiza y reflexiona sobre su historia, sobre su vida y su futuro.

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POR JODY GARCIA
jgarcia@lahora.com.gt

Más allá de celebraciones mediáticas, autoridades de diferentes sectores, llaman a toda la población a ser parte del cambio de era, a meditar sobre la situación actual y a tomar la oportunidad para convertirse en generadores de cambio.

El sol se asomó ante la mirada reflexiva de miles de personas. Se iluminaron los radiantes colores de los trajes indígenas. El humo de las ofrendas danzaba y creaba una especie de trenza invisible alrededor de personas que a lo largo de la historia de Guatemala, han estado divididos biológica y socialmente.

Hoy se iniciaron las celebraciones del 13 B’aktún. Se cumplen 5 mil 200 años de la era del maíz, según el Popol Wuj. Este acontecimiento en el calendario maya es muy importante para la regeneración natural de la madre Tierra y para las civilizaciones.

Previo a esta fecha, por mucho tiempo se dijo que acontecería el fin del mundo, pero en la cosmovisión maya la concepción del tiempo es cíclica e infinita. La idea de que hoy se acaba la humanidad es desplazada por la oportunidad de revivir  de un mundo ya muerto por la indiferencia, la corrupción y la violencia, a uno lleno de cambios positivos para el país.

El calendario maya es vigesimal, es decir veinte días es Jun Winaq, equivalentes a un mes; 260 días es un año Tun; 20 años un K’atun y 400 años un B’aktún.

13 B’aktunes de 400 años suman 5 mil 200 años, que constituyen una era de tiempo. El 21 de diciembre estaremos finalizando la cuarta era a partir de la cuarta creación en que se creó al hombre de maíz.

Este 21 de diciembre también es el solsticio de invierno en el Hemisferio Norte, la noche más larga del año.

INTEGRACIÓN DEL PAÍS EN UNA ACTIVIDAD MAYA
Guatemala es un país que se caracteriza por su diversidad cultural; existen grandes grupos étnicos que se distinguen por su forma de vida, tradiciones, costumbres, creencias; pero a pesar de esto, siempre han estado divididos por razones biológicas y sociales, pues predomina el racismo, la violencia, la intolerancia, entre otras situaciones que complican la convivencia en armonía.

Felipe Gómez, activista maya, integrante del movimiento Oxlajuj Ajpop y coordinador de las celebraciones alternativas del 13 B’aktún, dijo que para su pueblo, este es un día de celebración espiritual, social y científica del nuevo ciclo maya, en busca de la armonía, equilibrio, reafirmación y evolución del ser humano para tomar decisiones a favor de la vida en todas sus dimensiones.

Para romper con el paradigma de la desunión, en las actividades que organizaron, fueron invitados integrantes de las cuatro culturas que cohabitan el país: mayas, xincas, garífunas y ladinos, “para que todos juntos participemos y nos ayudemos a entender las distintas formas de pensamiento que tenemos”, dijo y agregó que creemos que es un momento oportuno para que cada uno de los pueblos hagamos una reafirmación de nuestros orígenes, de nuestros valores y nuestra identidad, pero sobre todo el compromiso que debemos asumir para alcanzar un país en donde podamos convivir mutuamente”.

Esta invitación también fue hecha para que otras culturas que coexisten en el país puedan ser parte de este cambio de era, “la cultura china, la coreana, budista, hinduista, árabe, europea, etc.”, refirió.

Para llegar a esa conciencia de unidad, Gómez reconoció que tienen que haber cambios en las personas, así como en las instituciones y también en la legislación, pues pese a que es el año de los mayas, criticó que en el Congreso de la República, dos de las leyes a favor de la comunidad indígena, no tuvieron aprobación: la ley del Desarrollo Rural y la ley de Lugares Sagrados.

“Nos llevará tiempo y esfuerzo. No se puede cambiar de la noche a la mañana, no es un asunto mágico, sino un proceso que requiere de la voluntad de cada uno de los habitantes del país”, manifestó.

RESARCIMIENTO SOCIAL
Juana González, activista del Consejo Maya Rab´inaleb´, en Tactic, Alta Verapaz, dijo que esperan que con esta conmemoración los pueblos indígenas encuentren el resarcimiento social que se les debe, así como una igualdad de vida, de paz y oportunidades.

También instó a las autoridades de las Iglesias católicas y evangélicas protestantes, para que sean parte del evento, y puedan escuchar el mensaje de cambio, porque a lo largo del tiempo “ha habido intimidaciones por nuestras costumbres y creencias”.

“El mensaje es que somos mayas, que no nos podemos negar, que tenemos nuestro idioma y nuestra cultura, y podemos celebrar este día, somos parte de y queremos que todos lo sean”, precisó.

PUNTOS DE REFLEXIÓN
El inicio de una nueva era es una oportunidad para ver hacia el futuro, meditar en un cambio cultural hacia un nuevo periodo que de profundas transformaciones universales en materias.

En ese sentido, Jorge Alejandro Arévalo Alburez, al ser consultado mencionó que las reflexiones para lograr ese cambio deben plantearse en tres direcciones: el prodigio que significó para la historia de la humanidad los avances arquitectónicos, matemáticos y astronómicos de los mayas, que lograron hacer un ícono de su cultura el calendario maya, y que hoy nos permiten celebrar el 13 B’aktún.

En segundo lugar expuso que el Oxlajuj B’aktún, de ninguna manera representa el fin del mundo, sino que es un cambio asociado a la transformación del mundo en el ámbito económico, ambiental, político y social, que representa a una nueva cultura que está naciendo con el siglo XXI, y que están afectando el cambio de la Tierra.

LA NUEVA GENERACIÓN
Por último, Arévalo manifestó que donde se matiza el cambio y es más relevante, es en lo jóvenes, pues hoy viven experiencias inéditas y paradójicas.

“Es la época donde los jóvenes tienen mayor cantidad de conocimientos, acceso a la información y cuando menos posibilidades tienen de acceder al poder; la época con más acceso a la salud y a la educación y no consiguen empleo; el tiempo donde los jóvenes están interconectados, tienen decenas de amigos virtuales y pocos amigos reales”, observó.

En ese sentido subrayó que la reflexión para este 21 de diciembre debe ser “volver nuestros ojos a esa nueva generación que está viviendo experiencias que nadie vivió; porque ellos vienen con un ímpetu enorme, no les gusta lo que les estamos heredando, no tienen claro lo que quieren, pero no quieren lo que ven: políticos sucios y reglas puestas desde arriba; observan que una cosa se dice y otra se hace”.

UN PUEBLO LEJOS DE CONFLICTOS
El último año, Guatemala sufrió eventos sociales que proyectaron al mundo la imagen de un pueblo lleno de conflictividad, con una profunda grieta entre los intereses del Gobierno y la comunidad indígena.

El aumento de las inversiones mineras por parte de compañías transnacionales en Guatemala y la degradación ambiental, el alto precio de la energía eléctrica, la discusión de las reformas constitucionales, entre otros, han protagonizado la división del país.

En ese sentido, Arévalo también opinó y dijo que en este momento, cuando los ojos del mundo están vueltos hacia nosotros, es cuando se debe meditar en trabajar por una integración en la sociedad.

“El 13 B’aktún debe servirnos como un punto de reflexión sobre todo de cambios de actitud, hacia adentro del país, para unirnos, porque la única forma que podemos darle sentido a esa herencia maya que tenemos, es pudiéndonos proyectar al mundo como un pueblo unido, no un pueblo lleno de  conflictos”, concluyó.

EL DIÁLOGO
Las secuelas de la conflictividad social evidenciaron que uno de los puntos más sensibles de la sociedad guatemalteca es la falta de diálogo. Uno de los ejemplos más representativos es lo acontecido con el proyecto de reforma de la carrera educativa que el Ministerio de Educación propone, y que no ha encontrado aceptación en un gran porcentaje del estudiantado.

Como consecuencia se ha llegado a tensos momentos de desalojo, violencia de ambas partes como medio de expresar su inconformidad.

Situaciones similares se viven con las consultas populares, que según las comunidades, no tienen eco en el país. El pasado 11 de noviembre, el 98 por ciento de la población de Mataquescuintla, Jalapa, rechazó la exploración y explotación minera en su municipio. Sin embargo, una acción legal ante la Corte de Constitucionalidad provocó que se quedara en suspenso el reglamento que permitió la consulta a los vecinos.

También recientemente, el Ministerio de Energía y Minas entregó un proyecto de reformas a la Ley de Minería en el cual el tema de las consultas populares tampoco fue incluido.

La necesidad de entablar un diálogo en el que prevalezcan las leyes, la transparencia, la equidad, la justicia y la razón es fundamental.

RESPETO A COSTUMBRES Y TRADICIONES
“Un mensaje de concordia, de sensatez, de diálogo, es lo que el país necesita”, dijo Jorge de León Duque, Procurador de los Derechos Humanos (PDH), al pedirle su postura frente a los puntos de reflexión que despierta la celebración del 13 B’aktún.

“El respeto a nuestras costumbres y tradiciones, entender que en nuestras diferencias radica la riqueza de un país tan hermoso y una nación tan extraordinaria como la guatemalteca”, recomendó como uno de los principales valores a cosechar para ser verdaderos agentes de cambio.

“Nos hace falta ponernos de acuerdo en muchos temas, pero nuestra esencia y nuestra historia hacen del país lo que es”, concluyó.

DÍA DEL SOL
Mañana es Kijab’ Ajpu ó 4 Ajpu, un día que representa el Sol, el día de los ancestros, un día especial para conmemorar la vida, la historia, los conocimientos y los grandes consejos de los abuelos y abuelas. Hoy, jueves 20 es el Oxip’ Kawoq, es decir 3 Kawoq, y simbolizó la familia y la unidad.

«El 13 B’aktún debe servirnos como un punto de reflexión sobre todo de cambios de actitud, hacia adentro del país, para unirnos, porque la única forma que podemos darle sentido a esa herencia maya que tenemos, es pudiéndonos proyectar al mundo como un pueblo unido, no un pueblo lleno de  conflictos”.
Jorge Alejandro Arévalo Alburez