Irrespeto al migrante


Editorial_LH

Ayer el Registro Nacional de las Personas informó que en Estados Unidos apenas se han entregado 778 documentos personales de identidad a los guatemaltecos que viven en esa nación y que, sinceramente hablando, son la columna vertebral de la economía de nuestro país. Se estima que hay alrededor de un millón y medio de guatemaltecos viviendo en Estados Unidos, muchos de ellos en condición irregular y por lo tanto sin más documento de identidad que la cédula de vecindad guatemalteca y prácticamente ninguno ha podido recibir el nuevo DPI, lo que significa un gravísimo problema.


La mayoría de países que tienen problemas serios de migración mantienen consulados muy efectivos para atender a sus ciudadanos en el extranjero y ofrecerles todas las facilidades a fin de que puedan vivir con la mayor normalidad posible dentro de la anormalidad que significa la inmigración ilegal. Por supuesto que elemental para cualquiera es disponer de un documento válido para identificarse, especialmente ahora que se avecina la posibilidad de un TPS para los guatemaltecos o, de todos modos, una reforma migratoria integral que les abra oportunidades a los que entraron sin regular su situación.
 
 Para cualquier trámite, tanto del TPS como de normalización de su condición en Estados Unidos, es indispensable que se puedan identificar como guatemaltecos y para ello tienen que presentar el documento legal que los acredite como tales. La Cédula de Vecindad dejará de tener efecto en enero y muchos no han podido renovar pasaportes por la inutilidad de los consulados chapines, por lo que tendrían serias dificultades para beneficiarse del Estatuto de Protección Temporal aun en el caso de que sea otorgado.
 
 El guatemalteco que trabaja en el extranjero y manda remesas a sus familias aquí es el pilar de nuestra economía y sin su aporte el país estaría en gravísimos problemas porque nuestro crecimiento económico es inexistente y dependemos sobre todas las cosas de esa inyección que mensualmente recibimos con las divisas que nos envían. Lo menos que podemos tener por esos guatemaltecos que nos mantienen a flote con recursos que dan vida al mercado interno es respeto para que se les trate con elemental dignidad y no hay peor desprecio que no dotarlos de su documento personal de identidad como corresponde.
 
 Por supuesto que es caro y difícil extender documentación a todos los guatemaltecos que viven fuera, pero no olvidemos que es gracias a ellos que los comercios no quiebran, que la actividad comercial se mantiene porque no hay rubro de ingresos más significativo en nuestra balanza económica que lo proveniente de las remesas familiares de los esforzados chapines que viven y trabajan fuera del país por dolorosa necesidad.

Minutero:
Si el país va para adelante 
no es por lo que producimos 
sino porque en serio vivimos 
de lo que manda el migrante