MARAS UTILIZAN LA TRATA PARA RECLUTAR NIÑOS


TEMA

Según análisis recientes, las maras podrían considerarse como tratantes de personas, debido a que en los últimos años se han fortalecido por el reclutamiento forzoso de niños, niñas y adolescentes. El reclutamiento se encuentra entre una de las 16 modalidades de este flagelo, debido a la explotación y riesgo que afecta a los menores de edad.

POR MARIELA CASTAÑÓN
mcastanon@lahora.com.gt

* Escasas oportunidades de los jóvenes los hace propensos a engrosar filas del crimen
* Proceso de reclutamiento es más cruel con mujeres que con los hombres
* Por hacinamiento, jóvenes presos conviven con 257 mayores de edad que ayudan a perfeccionar sus males

La clica “Los Cholos” de la Mara 18 se dedicó por mucho tiempo a cometer todo tipo de ilícitos en Colinas de Sacoj, zona 6 de Mixco, pero las acciones más recurrentes eran dos: reclutar a sus filas a cuanto menor podía y “mientras más pequeño mejor”, indican fuentes de la Policía Nacional Civil (PNC) que los investigaba.

El género del niño o niña era importante para el grupo.  En el primer caso los armaba y les enseñaba a asesinar violentamente; en cambio, a las menores, las obligaba a recoger extorsión y las abusaban sexualmente, refieren las investigaciones.

De acuerdo con las pesquisas, la forma de operar del grupo era como casi todas las estructuras del crimen organizado, utilizaba el recurso del miedo para amedrentar a las familias y a sus hijos para que prácticamente conformaran la banda delictiva.

Según los informes policíacos, los afectados por esta clica preferían callar por temor y aguantar los vejámenes de los que eran objeto.

Antes de la desarticulación de la banda –29 de noviembre– día en que se atrincheraron en una residencia tras disparar a agentes de la Comisaría 16, ya existían antecedentes de la forma de reclutamiento forzoso de los sindicados, pues el 31 de mayo fue aprehendida una parte de los miembros del grupo, entre ellos Henry Estuardo Simaj Ramírez, de 22 años y dos adolescentes de 13 y 15 años.

La detención fue por el rapto de dos jovencitas de 13 y 15 años, quienes fueron captadas por los sindicados cuando regresaban de su centro educativo. Las menores fueron abusadas sexualmente y obligadas a recoger extorsiones, según las investigaciones.

La banda desarticulada estaba conformada por Asiel Martínez Alonzo, de 24 años; José Manuel Ramírez Simaj, 26; Henry Estuardo Simaj Ramírez, 22, y al menos cuatro menores de edad.

RECLUTAMIENTO
Leonel Dubón, director de Refugio de la Niñez, explica que las maras son consideradas como tratantes de personas, debido al reclutamiento forzoso que hacen de los niños y adolescentes.

Según el activista, este flagelo está dentro de las 16 modalidades de la trata de personas, ya que no se limita únicamente a la actividad que realizan las fuerzas armadas militares en otros países.

“El reclutamiento forzoso, que es la modalidad más fuerte en las maras, no se aplica solo para las fuerzas militares, también es reclutar niños para explotarlos y obligarlos a extorsionar, a cometer otros delitos, manteniéndolos esclavizados bajo otras razones”, indica Dubón.

El entrevistado lamenta esta situación, pero principalmente la de las adolescentes que son utilizadas para delinquir, pero también para ser abusadas sexualmente por los líderes de las maras.

“Desafortunadamente a la mujer siempre se le ve como un objeto, la utilización de las niñas por los grupos de maras también es dolorosa porque no solo las utilizan para recoger extorsiones, sino a lo interior de los líderes de las maras.  Es una doble o triple utilización desafortunada de las niñas, por su estado de vulnerabilidad”, indica.

El director del refugio, manifiesta con preocupación que muchas de las menores que se reportan como desaparecidas no son localizadas, pues es evidente que los grupos de la delincuencia organizada están detrás de esto.

“Hemos visto con mucha preocupación la cantidad de alertas Alba-Keneth que se emiten, en casos de niñas que no aparecen, y nosotros nos preguntamos ¿quién las tiene? o ¿quién tiene la capacidad de retenerlas por tanto tiempo?, definitivamente tienen que ser personas que tengan capacidad de organización y en nuestro país las pandillas ya tienen ese nivel”, reitera.

Sandra Gularte, representante para la Prevención de la Trata de Personas de la Procuraduría de Derechos Humanos (PDH), dice que el Ministerio Público (MP) ya conoce dos casos de reclutamiento forzoso; aunque es una estadística aparentemente pequeña, la situación empieza a lanzar una advertencia.

“Se han registrado dos casos de personas menores de edad que están siendo reclutados a la fuerza, para ser parte de organizaciones o pandillas del crimen, obligándolos a la extorsión, y esto es una nueva modalidad; aunque no hay una cantidad grande de denuncias sobre el hecho, se cree que hay un alto porcentaje de los jóvenes que los fuerzan a integrar a las maras o crimen a través de amenazas de muerte contra ellos o su familia”, dice.

ENTRENAMIENTO, PERFIL, CONSECUENCIAS
Fuentes de la Unidad Nacional contra el Desarrollo Criminal de las Pandillas (Panda), explican que mientras más pequeño es un niño, puede ser “mejor utilizado” por las clicas de pandillas.

Existen casos donde hay menores de diez años que pasan desapercibidos por las autoridades, pero desafortunadamente han tenido un adiestramiento de las bandas organizadas.

Según se indica, los barrancos, terrenos baldíos y cementerios, son los lugares favoritos de los adultos que enseñan a disparar a los menores.

De acuerdo con las fuentes, “la ira, el miedo, o la falta de control de emociones”, son factores que empoderan a los menores para desenvolverse en este ambiente hostil.

Juan Pablo Ríos, asesor de la Fuerza de Tarea contra Sicariato, explica que los adolescentes que se involucran con el crimen –con un perfil en específico–, una vez traspasan los límites, buscan posicionarse en la estructura del crimen.

“Son gente que ha estado expuesta en su entorno a lo que finalmente terminan siendo, son gente que no ha tenido ningún tipo de oportunidad, gente que ha tenido hermanos, primos, madres, compañeros de cuadra, que han estado relacionados a algún tipo de actividad delictiva y que ellos crecieron con ese concepto, no me extraña que luego se animen a delinquir, una vez hayan probado el reino que tiene el crimen en este país se motivan a pasar cualquier tipo de ruta normal”, explica.

Elías Pumay, asesor de la Fuerza de Tarea contra Extorsiones, indica que debido a la legislación vigente que sanciona con una pena mínima a un menor de edad con antecedentes delictivos graves, las estructuras criminales reclutan a este sector de la población.

“Hay varios factores para la utilización de menores, el primero es que el Derecho Penal Juvenil que está contenido en la Ley de Protección de la Niñez y Adolescencia (Ley Pina), tiene penas muy débiles y el fin primordial es la reeducación del menor; la máxima pena de un menor asesino, un sicario, que haya asesinado la cantidad de personas que a usted se le ocurra, solo tiene hasta 6 años de sensación de internamiento de menores de la Ley Penal, esto hace que las estructuras criminales estén usando más menores de edad”, dice Pumay.

Según dicha Fuerza de Tarea, hasta el 5 de diciembre fueron detenidos 71 adolescentes vinculados con extorsiones.  El año pasado, en esta fecha, se reportaban 34 aprehensiones de menores sindicados por este delito.

OPORTUNIDADES, DESARROLLO
Este problema cobra mayores relieves debido a la falta de políticas públicas en favor de la niñez y adolescencia, puesto que no hay planes para el desarrollo humano y económico de éstos, por lo que se ven empujados a alternativas como las pandillas.

En las zonas rojas, donde hay mayor presencia de las maras, los niveles de deserción escolar, desintegración familiar, hacinamiento y desempleo, son más altos, por lo que se forma un caldo de cultivo que facilita la labor de reclutamiento de las pandillas.

El director de Refugio de la Niñez, por aparte, apuesta por las oportunidades de desarrollo y de una vida digna para los menores que se encuentran vulnerables a involucrarse con estructuras criminales.

Dubón agrega que el comercio de seres humanos está vinculado a problemas estructurales de país; a medida que existan menos condiciones de desarrollo, los niños y niñas están atrapados en esta situación.

“Cualquier persona que no tiene condiciones de desarrollo, de vida, está atrapado por cualquier forma de violación a sus derechos humanos; hay muchas cosas a nivel estructural que tenemos que cambiar, como la pobreza, extrema pobreza, los altos niveles de corrupción”, concluye.

750 ADOLESCENTES EN CONFLICTO CON LA LEY

Raquel Vielman de Alcázar, titular de la Secretaría de Bienestar Social, explica que actualmente hay 750 internos en los cuatro centros de reclusión para menores, de estos 53 pertenecen a la Mara Salvatrucha; 210, a la Pandilla 18; 485 a Paisas y 2 a los Zetas.

La cifra ha incrementado considerablemente, según la funcionaria, en enero había 585 adolescentes recluidos; febrero 589; marzo 590; abril 573; mayo 630; junio 649; julio 708; agosto 717; septiembre 318; octubre 720; noviembre 755; diciembre 750.

Vielman dice que los centros para menores mantienen en reclusión a 257 mayores de edad, situación que resulta complicada.

“No es lo mismo que usted tenga una población de mayores de edad, a que usted los tenga mezclados, y debido a la carencia de espacio todos deben estar en el mismo lugar, no es lo mismo tener una población acorde a la misma edad a que sea una población tan variada, pero por cuestiones de ley no los puedo trasladar a un centro de adultos”, refiere.

Los delitos más recurrentes de los internos en situación provisional y sancionados, son violación, homicidio, asesinato, extorsión, asociación ilícita.