Al-Qaeda cometió abusos «horrorosos» a los derechos humanos durante los 16 meses en el poder en el sur de Yemen, acusó Amnistía Internacional en un reporte publicado hoy, documentando la decapitación de una presunta hechicera, la crucifixión de un hombre acusado de espiar y la amputación de la mano de un hombre por robar.
Los abusos a los derechos humanos ocurridos entre febrero de 2011 y junio de 2012, cuando al-Qaida tomó parte del poder en el sur de Yemen como afiliado del grupo islámico Ansar al-Shariah, dieron como resultado «una catástrofe de derechos humanos», según el grupo defensor con sede en Londres.
El reporte acusa de abusos al gobierno de Yemen.
«Creemos que ocurrieron abusos horrendos a los derechos humanos y violaciones de la ley humanitaria internacional por ambas partes», según la autora del reporte, Celina Nasser.
La toma de franjas grandes de territorio por parte de Al-Qaeda en el sur de Yemen fue la primera ocasión en que el grupo ha gobernado ciudades y poblados enteros.
El reporte de 57 páginas, titulado «Conflicto en Yemen: La hora más oscura de Abyan», documenta algunas de las violaciones durante el conflicto entre fuerzas del gobierno yemení y Ansar al-Shariah. También esclarece la manera en que los milicianos de al-Qaida operaron el gobierno.
Milicianos de al-Qaida ocuparon Zinjibar, capital de la provincia de Abyan en la costa del Mar Arábigo, mientras Yemen estaba envuelto en una insurrección popular contra el presidente Alí Abdulá Salé. Los milicianos también tomaron el control de varios poblados cercanos. Salé, alguna vez un aliado de Estados Unidos, renunció en febrero bajo un acuerdo intermediado por las naciones del Golfo con respaldo estadounidense.
Al-Qaida estableció comités para gobernar el sur de Yemen. Sus determinaciones y castigos fueron documentados en videos transmitidos por el medio de prensa de al-Qaida en Yemen. Amnistía compiló algunos en un video de casi 10 minutos presentado con el reporte.
El video muestra a un hombre frente a una multitud sujetando la cabeza cercenada de una mujer acusada de brujería. Otras escenas muestran la amputación de la mano izquierda de un hombre en una plaza pública en el poblado de Jaar en el sur de Yemen. Fue acusado de robar cablegramas electrónicos. Sin juicio o conocimiento previo del castigo, se percató de que su mano fue cortada.