Entonces ¿Qué proponen antes de que acabemos con el país?


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La semana pasada el Presidente manifestó que para él y su gobierno la ley de desarrollo rural era vital porque “es la base sobre la cual podemos levantar la economía campesina en nuestro país y asegurar la reducción sostenida de la pobreza entre las familias del campo”.

Pedro Pablo Marroquín Pérez
pmarroquin@lahora.com.gt


Queda todavía en el aire la duda de si el Presidente lo hizo porque lo cree y lo que sucedió es que no tiene el control de su bancada o si era un compadre hablado para enviar un claro mensaje al empresariado y devolverles con la misma moneda, dado que ellos se opusieron a las soñadas reformas de los asesores de Pérez.

El apoyo del Presidente a la ley sirvió para que el empresariado organizado se mostrara más radical que nunca, en una posición conservadora difícil de entender porque, al menos en mi raciocinio,  es difícil comprender cómo podemos ser conservadores en un país con tantas carencias; la única explicación que encuentro es que se desea seguir ordeñando lo que queda antes que haya un reventón. Lástima que ese radicalismo no se muestra para exigir transparencia y combatir la corrupción, lo cual es una pena por los miembros de esas cúpulas que tienen una visión más integral y entienden el problema.

Ha habido voces serias que con argumentos jurídicos se han opuesto a la ley y otras que simple y sencillamente se han opuesto porque todo lo que huele a que en este país más gente pueda tener oportunidades les parece “comunista” y es algo que no está en su esquema a futuro. Pero las grandes preguntas son, ¿qué haremos para cerrar la brecha? ¿Qué haremos para que más personas tengan recursos y oportunidades? ¿Cuándo entenderemos que esos migrantes que mantienen a la economía salen de esos grupos marginados para los que nos negamos a invertir tiempo y recursos?

Cuando se habla de transparencia, no hay una posición radical porque en esos grupos siempre hay quienes luego de haber financiado campañas están luchando por obtener su retorno; ante la corrupción, nos hacemos de la vista gorda porque hay interés en ser contratistas del Estado a cualquier costa; si es de impuestos, se recurre a la excusa de que, como se los roban, mejor no pagarlos; si alguien dice que la gente está harta y necesita oportunidades, responden que no importa porque son acarreados y pasado el almuerzo y la bulla, se vuelven a calmar.

Esa visión tan cínica es la que tenemos de nuestro país y nuestra gente. No hemos entendido que sean acarreados o no, les den o no almuerzos en la movilizaciones, la gente tiene hambre, la gente está harta, la gente quiere tener aquí las oportunidades que encuentra en Estados Unidos; la gente quiere un trato digno y está cansada de los oportunismos que muestran tanto los dirigentes de las cúpulas como los mismos líderes de los grupos marginados.

Hay que ver el fenómeno de los líderes del narcotráfico, pues la gente los defiende porque en medio de sus ilegalidades, invierten en ellos, así de sencillo. Por eso pido que propongan algo que sea diferente a solo dialogar para entretener el problema, porque cada vez que se habla de los grandes temas, de algunas soluciones que implican dar un poco más, siempre salen con que la solución es permitir a los que ya tenemos mucho generar empleo, afirmando que con esa receta mágica pasamos a ser un país de primer mundo, no obstante que el resultado es patético al ver lo que somos.

Hay empresarios que tienden a pensar que como sus clientes, por ejemplo, no son las personas marginadas, “no hay problema porque tengo suficiente mercado y no los necesito”, ignorando que ese mercado se financia con las remesas que lloran sangre. Si no les ha calado que empresarialmente se crece  mientras más mercado podamos generar, dándole oportunidades a los más necesitados que estén dispuestos a luchar por ellas, ojalá algún día entiendan que si no lo hacemos Guatemala va a reventar y la gente verá quién se las paga y no quien se las debe y todo eso que hemos generado y guardado no servirá de nada porque este país habrá que re hacerlo desde sus más profundos cimientos dado que la sacudida será enorme.