De las nuevas opciones de conectividad a internet a través de smartphones sacan provecho hasta los reclusos que se encuentran internos en las cárceles del país; los hallazgos demuestran que en las redes sociales, los internautas no solo contactan con familiares y amigos, sino que además, sin saberlo, podrían establecer comunicación con los criminales que tienen acceso a la red aun detrás de las rejas. Las dudas en el Sistema Penitenciario (SP) persisten: ¿Por qué continúa el ingreso de celulares a las cárceles? ¿Quién facilita la energía y el funcionamiento de los móviles?
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El SP informó que en las más de mil 121 requisas realizadas este año en las cárceles del país se decomisaron mil 543 teléfonos celulares, entre los que se encuentra una gran cantidad de smartphones –conocidos también como teléfonos inteligentes–, que ofrecen, además de las funciones básicas de un celular, acceso a servicios en línea a través de internet.
Las incautaciones se realizaron principalmente en el Centro de Detención Preventiva para Hombres de la zona 18, la cárcel Pavón, la cárcel Santa Teresa y el Centro de Orientación Femenina, en Guatemala; las cárceles de El Boquerón, en Santa Rosa, Cantel, en Quetzaltenango y Puerto Barrios, en Izabal; así como en la Granja Penal “Canadá”.
Según Rudy Esquivel, vocero de la institución, en las incautaciones se constató que existía una amplia variedad de celulares que se encontraban en manos de los internos. “Hay entre teléfonos en uso, obviamente que sirven y otros en deterioro, por los lugares donde han sido incautados –en caletas y agujeros ocultos de las prisiones–”, explica el funcionario.
De acuerdo con entrevistas realizadas a fuentes del Mingob y de la División Especializada en Investigación Criminal (Deic), con el acceso a las redes sociales a través de celulares sofisticados, los grupos delictivos que operan en las cárceles o fuera de éstas pueden obtener información de las potenciales víctimas y éstas, muchas veces, no conocen la verdadera identidad de quienes les contacta.
Mario Bossos, asesor de la Fuerza de Tarea contra Extorsiones, explica que la población es altamente vulnerable a ser víctima de las estructuras criminales cuando publica “demasiada” información personal en las redes sociales, donde generalmente se expone una fotografía de perfil e información básica del usuario, pero también se puede llegar a publicar información sensible.
“Prácticamente en las redes sociales se aprecian fotos de lo que se hace a diario; hay personas que colocan detalles de todas sus actividades y eso puede convertirlas en blancos en potencia, para algunas estructuras criminales”, indica el experto.
Según el funcionario, es necesario estar alerta sobre los “supuestos amigos” en las redes, que crean perfiles falsos para obtener información de las actividades a las que se dedica su víctima, así como sus bienes, pues en la cárcel se han encontrado varios móviles inteligentes con acceso a internet.
“Se ha encontrado ese tipo de aparatos, celulares, teléfonos inteligentes –en las cárceles–, que se conectan a las redes; hay privados de libertad que tienen esa capacidad de crear perfiles falsos y logran captar a sus víctimas”, indica.
Investigaciones de la Deic, por aparte, sostienen que también hay otro tipo de extorsiones donde no hace falta exponer los bienes que se poseen, pues los reos envían correos electrónicos anunciando “premios”, pero resulta que son mensajes emitidos desde prisión. Los reclusos que tienen otro tipo de limitaciones, prefieren usar esta estrategia tecnológica.
Según las fuentes consultadas, en los casos de secuestro, los plagiarios no tienen que esforzarse mucho para ubicar a sus víctimas, pues existe una gran cantidad de usuarios que exponen información sensible sin ninguna restricción de seguridad; su dirección, teléfono, y sus círculos sociales pueden estar a la vista de todos.
¿TELÉFONOS EN LA CÁRCEL?
¿Qué hace un reo con un celular en la cárcel? ¿Quién permite el ingreso de un objeto ilícito de tal magnitud? ¿Para qué le sirve un móvil a un privado de libertad?
Estas son solo algunas preguntas que la población se plantea sobre la corrupción y los hechos que ocurren dentro de las prisiones.
Las pesquisas de las autoridades confirman que en las diversas granjas de cumplimiento de condena, centros que albergan a miembros de pandillas y narcotraficantes se han encontrado celulares inteligentes, los cuales pertenecen a reos con capacidad de comprar voluntades y que precisamente están acusados por secuestro, extorsión, abuso sexual a menores de edad y femicidio.
El propio director de presidios, Luis González, dijo recientemente a La Hora, que existen privados de libertad que logran “comprar voluntades” principalmente de los guardias penitenciarios. Al funcionario se le consultó sobre la responsabilidad de los directores de centros en el ingreso de estos ilícitos, pero prácticamente descartó el involucramiento de estas personas en hechos al margen de la ley.
El pasado 19 de noviembre se registró un motín en Fraijanes II, derivado de que el grupo de narcotraficantes Los Zetas, exigían prolongar el horario y los días de visita, además buscaban “un trato digno”. Lo preocupante de este caso, es que se suponía que esta cárcel tenía condiciones “más seguras y restringidas”, que el resto, sin embargo, eso no fue congruente con lo que se observó en aquella ocasión.
Los reos encapuchados se dieron el privilegio de fotografiar los destrozos en la cárcel con smartphones y a ellos mismos amotinados, con los rostros cubiertos y realizando gestos amenazantes; también enviaron imágenes a las redes sociales y algunos –con mayores recursos económicos en prisión– se comunicaron con sus familiares con los móviles para decirles que se encontraban a salvo.
El Director de Presidios también calificó de “ridículo” este escenario y dijo que por eso trabajan en la instalación de portales en las prisiones, para evitar el contacto humano entre guardias y reos, pues según él no es mentira que los objetos ilícitos ingresan por las puertas de las cárceles.
Analistas en seguridad consideran que la tenencia de celulares en los centros carcelarios es preocupante, tomando en cuenta, que personas con “perfiles criminales peligrosos”, tienen muchas horas de ocio, derivado de la falta de proyectos de reinserción y rehabilitación.
Información a la que tuvo acceso La Hora, comprueba, a través de fotografías, como ciertos reos con “perfiles criminales peligrosos” tienen el privilegio de contar con un celular sofisticado.
ATENCIÓN
Verónica Godoy, directora de la Instancia de Monitoreo y Apoyo a la Seguridad Pública (Imasp), opina que es necesario prestar atención a los objetos ilícitos en la cárcel y los riesgos latentes que implica esto, sobre todo cuando jóvenes y niños desconocen esta situación.
“Hay que ponerle atención a esto, los más vulnerables muchas veces son los jóvenes, adolescentes y niños, también a nivel general, porque al entablar amistad con gente desconocida y publicar algunas cosas personales, representa un riesgo”, explica Godoy.
La entrevistada dice que la información publicada en redes sociales podría generar, incluso una falsa idea, a los delincuentes, que pueden presumir que las víctimas –sobre todo la juventud–, goza de bienes y solvencia económica, por lo que da a conocer en su muro personal.
“Si alguien tiene acceso, por ejemplo, si se publica en internet o en redes sociales la información, se da cabida a amigos que realmente no se conocen, una persona adulta usualmente no lo hace, por eso decía que los jóvenes y niños son más vulnerables a esto, y a veces se publican cosas personales que dan una falsa idea, como fotos de viajes, de propiedades, información que no debería estar allí”, dice la experta en seguridad.
Godoy dice que es muy común que los delincuentes utilicen fotografías que no corresponden a su persona, de “carnada”, para atraer amigos y captar a sus víctimas. Usualmente son personas que manipulan la información, reitera.
Los secuestros y extorsiones no podrían ser el único flagelo, según la entrevistada, modalidades de trata, como pornografía infantil, donde están involucrados grupos del crimen organizado, también podrían captar jóvenes, niñas y niños para este propósito.
¿Y EL BLOQUEO DE SEÑAL?
Actualmente, según información del SP, funciona un plan piloto para bloquear la señal de los teléfonos celulares en el Centro de Detención Preventiva para Hombres de la zona 18.
Sin embargo, los hallazgos demuestran que en ese centro carcelario –y otros de la Capital y el interior de la República– continúan el ingreso y funcionamiento de los móviles, y fuentes de seguridad señalan que los bloqueadores no son efectivos en su totalidad.
El SP ha informado que se trabaja en un plan para instalar bloqueadores en todas las cárceles y hacerlos funcionar, pero fuentes de las empresas telefónicas estiman que la inversión por cárcel, de bloqueo de llamadas, podría costar entre US$300 mil a US$1 millón, según el tamaño y la ubicación geográfica de la prisión; los fondos no se han asignado a la cartera de Gobernación.
PRECAUCIONES
Analistas en seguridad y expertos en redes sociales recomiendan autoprotegerse y no exponerse a los riesgos latentes que podrían estar vinculados con criminales que operan dentro y fuera de las prisiones del país.
Las fuentes consultadas explican que es necesario tomar en cuenta:
* Analizar la información, imágenes y videos que se publican en redes sociales.
* No publicar información privada.
* Evitar aceptar solicitudes de amistad de personas desconocidas.
* Verificar los contactos.
* Evitar colocar datos del lugar y dirección donde labora.
* No mezclar contactos de trabajo y amigos personales.
* No permitir que alguien sin autorización vea su perfil.
* Usar las funciones de seguridad disponibles en estos espacios.
* Usar opciones de privacidad para que personas ajenas no observen sus fotografías o datos personales.
* Sea responsable con la difusión de información privada suya o de sus familiares, recuerde que también puede exponerlos a ellos.
Mario Bossos
Fuerza de Tarea contra Extorsiones