Haz luminoso en sombrío horizonte


Eduardo_Villatoro

Como casi me he dado por vencido respecto a persistir en mi posición crítica en torno a acontecimientos políticos y decisiones gubernamentales que colisionan con la ética y el bien común, prefiero dedicar hoy mi espacio a una actividad académica que ofrece un haz luminoso en el sombrío horizonte de la vida colectiva.

Eduardo Villatoro


La mañana del jueves anterior tuve el agrado de asistir a un sobrio y solemne acto de investidura de profesionales del Derecho en la Universidad de San Carlos, en ocasión de haberse otorgado el Doctorado en Ciencias Penales a los maestros Joaquín Medina Bermejo (distinción cum laude), Gloria Edith Ochoa Zetino (magna cum laude) y Edwin Abel Raymundo Carrera; además de que fue la investidura de maestría en Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social a los licenciados Juan Carlos García Aguirre y Martín Eduardo Recinos Gramajo.

Presidió la ceremonia el doctor César Landelino Franco López, coordinador de los programas de doctorado y maestría de la Facultad de Derecho de la USAC, cuyas palabras de clausura constituyeron una pieza oratoria de profundo contenido filosófico en torno a la grave responsabilidad que pesa sobre los profesionales en las diversas disciplinas jurídicas en las actuales circunstancias en las que Guatemala se debate entre el estado de Derecho y los poderes fácticos que dominan los escenarios políticos y estatales en sus diferentes dimensiones.

Lamenté no haber portado una grabadora para recoger textualmente los conceptos valorativos en torno a la cobertura de las Ciencias Jurídicas sobre el empirismo político partidista y la improvisación en los distintos estadios y jerarquía del Estado, que vertió fuera de texto el doctor Franco López.

En nombre de los recipiendarios se dirigió a la concurrencia el doctor Joaquín Medina Bermejo (además de abogado, fogueado periodista), quien, a grandes rasgos, resumió el proceso de enseñanza-aprendizaje que desarrollaron los graduandos para obtener los grados académicos que ahora ostentan.

Los nuevos doctores en Derecho en Ciencias Penales debieron aprobar 30 seminarios que dirigieron especialistas extranjeros de renombre provenientes de Argentina, Brasil, Cuba, México, Italia, Uruguay, Ecuador y España, sin que los estudiantes se vieran obligados a viajar fuera de Guatemala, gracias al valioso aporte de las autoridades de la USAC, que, con ello, contribuyen a elevar el conocimiento científico de los egresados de la carolina, para que, en la práctica, coadyuven a superar los obstáculos que impiden la consolidación efectiva de un sistema democrático representativo y participativo en nuestra sociedad.

Entre los jurisconsultos que compartieron sus conocimientos y enseñanzas se cuenta a los tratadistas Raúl Eugenio Zaffaroni, Juan Carlos Carbonell Mateu, Bruno Amaral Machado, Sebastián Sheerer y Vicente Grima.

Mis parabienes a los nuevos doctores en derecho penal y maestros en otras disciplinas jurídicas, particularmente al amigo Joaquín Medina Bermejo.

(El jurista Romualdo Tishudo cita a Benjamín Franklin:-Las leyes demasiado benignas rara vez son obedecidas, y las demasiado severas, rara vez ejecutadas)