Para explicar el significado del vocablo impunidad en palabras sencillas se la define como, “la falta de castigo”, por eso cuando ocurren hechos graves y no se castigan, terminan siendo impunes, en otras palabras para todo lo que es punible debe dictarse el castigo correspondiente, pero cuando no se castiga, los hechos se repiten y la impunidad se impone, entonces ésta tiene el poder de corromper, de violar las leyes, de burlarse de la dignidad de las víctimas, del sistema de justicia y del Estado de Derecho.
Se puede afirmar que la impunidad tiene su origen en la historia antigua de la humanidad, desde los tiempos bárbaros y feroces, de cuando se imponía la ley del más fuerte, se ignoraban las leyes y se daba la espalda a los comportamientos éticos, para dar paso a la barbarie, el autoritarismo, la crueldad salvaje e inhumana. Eso recuerda la obsesión de Aníbal, quien cegado por el odio decidió que a cualquier costo tenía que conquistar y someter a Roma y su imperio, durante su marcha hacia Italia, arrasó territorios, masacró poblaciones y provocó la muerte de miles de sus propios legionarios. Luego hace 520 años, los invasores españoles sometieron, reprimieron y despojaron por la fuerza, a sangre y fuego a los pueblos originarios de Mesoamérica, arrebatándoles sus vidas, territorios y cultura. Esos hechos de barbarie humana rodeados de absoluta impunidad, hoy son parte de la historia de la humanidad que es posible conocer gracias a los registros y anales que lograron ser conservados y transmitidos de generación en generación.
Ahora en tiempos modernos, también hay grupos elitistas, oligarcas y Gobernantes que como Aníbal, para defender sus intereses y alcanzar sus aviesos propósitos, reproducen el autoritarismo, la crueldad, la barbarie y los actos inhumanos, que terminan imponiendo la impunidad para que sus actos degradantes queden sin castigo, por tanto, manosean a su antojo la justicia y el derecho.
En el país los poderosos cometieron y cometen hechos y actos, que siguen cubiertos y protegidos con el manto de la impunidad. Lo más reciente ocurrió durante el conflicto armado, cuando el proyecto contrainsurgente animado por la Doctrina de la Seguridad Nacional, provocó desplazamientos masivos de población desarraigada, se calcula que alrededor de un millón de personas de los pueblos indígenas fueron desplazados, que en numerosas masacres selectivas e indiscriminadas hubo más de doscientas mil ejecuciones extrajudiciales de las que fueron víctimas mujeres, niños, hombres y ancianos, que se reclama el paradero de más de cincuenta mil gentes, detenidos ilegalmente y desaparecidos forzados, es decir, estos actos y hechos se califican como crímenes de lesa humanidad, sin embargo, la gran mayoría permanecen impunes y sus actores materiales e intelectuales libres de toda responsabilidad.
En Guatemala hubo genocidio y desapariciones forzadas e involuntarias debidamente documentadas, pese a eso, todavía hay cínicos funcionarios de Gobierno que niegan esa lacerante realidad.
La muestra concreta de abusos, violación sistemática de derechos humanos, en especial el derecho a la vida y la impunidad prevalecientes, son los incontables cementerios clandestinos que siguen apareciendo en el territorio nacional. Las fosas comunes más recientes, son las descubiertas en la Zona Militar N°. 21 de Cobán, Alta Verapaz donde ahora, irónicamente funciona el Comando Regional de Entrenamiento de Operaciones para Mantenimiento de la Paz CREOMPAZ. Desde 1968, estos terrenos fueron arrebatados por el Ejército a 50 familias que ancestralmente ocupaban la comunidad CHICOYOGUITO y ahora éstas reclaman su devolución.
Ejércitos privados sirviendo oligarcas y empresas transnacionales son signo de impunidad, éstos amenazan y agreden a dirigentes sociales, así lo hacen en La Puya los exmilitares Pablo Silas Orozco y José Vicente Arias, contratados por la minera KCA-Exmingua, S.A.
La impunidad debe combatirse.