Con paciencia franciscana la población ha estado esperando el cumplimiento de sus promesas electorales para desenmascarar la corrupción, los embustes y malos negocios de gobiernos anteriores, en especial el de Colom. En los primeros días de su gobierno nos pidió paciencia para enterarnos de todas las barbaridades que se habían cometido. Pero muy pronto va a ajustar once meses de gobernar y nada en dos platos.
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Pero lo que son las cosas de la vida, cuando menos lo esperábamos le han surgido las mejores oportunidades para hacerlo pues ¿quién le iba a decir que la desgracia del terremoto que afectó tanto a San Marcos, le pondría en bandeja de plata una de tantas barbaridades cometidas con los fondos públicos que al pueblo lo tiene frustrado?
Las pruebas las tiene ahora en sus manos Presidente para sentar un precedente. Quien mejor que la señora Contralora de Cuentas le podrá aportar la información que a su debido tiempo denunció, al observar las deficiencias técnicas de la construcción del edificio que alojaría la Gobernación Departamental de San Marcos que el 7 de noviembre se hizo pedazos. La acción penal en su momento no avanzó y los denunciados quedaron felices y contentos sin pensar que la justicia divina castiga sin palo y sin piedra. ¿Qué pasó exactamente? Este es el momento ideal para determinarlo y deducir responsabilidades sin distingos de ninguna clase.
Ahora, estamos sabiendo que hasta hubo un profesional de la ingeniería que pagado por la entidad constructora dijo que la obra estaba en buenas condiciones y que soportaba un terremoto, sin sospechar siquiera que un cercano y fuerte temblor le iba a demostrar lo contrario. Cometería un gran error presidente Pérez si siguiera permitiendo que el Ministerio Público continuara cómodamente sin hacer nada por combatir la corrupción y algo todavía más importante, que los medios de comunicación, especialmente Diario La Hora, han estado insistiendo hasta el cansancio que el sistema de compras y contrataciones actual, no brinda ninguna garantía para que las obras públicas sean realizadas cumpliendo estrictas normas de calidad. Eso también habrá que componerlo.
Pero se le presenta otra oportunidad más presidente Pérez, usted no debe ni puede dejar pasar la oportunidad de asumir totalmente la responsabilidad que por mandato el pueblo le confirió y que por su rango y grado militar y su propia personalidad lo lleven a exigirle al Congreso, el mismo que con tanta diligencia gentilmente acaba de cumplir un “encargo”, para que promulgue sin mayor dilación las leyes que complementen su labor de ponerle coto a la corrupción, empezando por las modificaciones que solicitó la Contraloría de Cuentas para el mejor cumplimiento de sus deberes. Con esto más, ahora es cuando puede darle la mejor y más completa transparencia a su gestión, pues de lo contrario, tenga por seguro que su gobierno jamás podrá gozar de la indispensable confianza y credibilidad.