La violencia de género


Arnold_Chacon

En diciembre de 1999 la Asamblea General de las Naciones Unidas proclamó el 25 de noviembre como el Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres. La violencia de género es una pandemia global que se da en todas las razas, etnias, condiciones socioeconómicas y religiones, sin respetar fronteras. La violencia de género incluye abuso físico, sexual y psicológico, amenazas, coerción, privación arbitraria de libertad y privación económica, así ocurra en público o en privado. Tipos de violencia de género pueden incluir infanticidio femenino, abuso sexual de niñas y adolescentes, tráfico sexual y trabajo forzado, coerción sexual, abandono, violencia intrafamiliar y abuso a ancianas.

Arnold Chacón
Embajador de los Estados Unidos


La violencia contra mujeres y niñas afecta a Guatemala tal como afecta a los Estados Unidos y a los demás países.  Según la Comisión Presidencial para el Abordaje del Femicidio en Guatemala, al 21 de noviembre de 2012 ha ocurrido aproximadamente 570 muertes violentas en Guatemala en este año.  Esta cifra representa una reducción del 12% en femicidios comparada con el mismo período del año pasado, un descenso en gran parte debido a los esfuerzos que ha hecho el Gobierno para abordar frontalmente este flagelo.  No obstante, esta cifra sigue siendo inaceptablemente alta, lo que sitúa a Guatemala entre los países con las más altas tasas de femicidios en el mundo.

El Día Internacional para la Eliminación de la Violencia Contra las Mujeres nos brinda la oportunidad de renovar nuestro compromiso para liberar a mujeres y niñas de la violencia, así sea a puertas cerradas o como táctica de intimidación en público.  Bien sea en nuestro vecindario o en tierras lejanas, la violencia contra las mujeres y niñas nos perjudica a todos, hombres y mujeres, por igual.  La Secretaria Clinton ha sido enfática al decir que “Es tiempo de que todos asumamos nuestra responsabilidad y hagamos algo al respecto más allá de condenar este comportamiento, tomando medidas concretas para eliminarlo, para volverlo socialmente inaceptable, para reconocer que no es algo cultural sino algo criminal”.

Recientemente Guatemala ha aprobado buenas leyes para abordar frontalmente el tema de la violencia de género, como la Ley contra el Femicidio y otras Formas de Violencia contra la Mujer y la Ley de Violencia Sexual, Explotación y Trata de Personas.  El próximo paso crítico es que cada uno de los diferentes sectores de la sociedad trabaje conjuntamente para mejorar la aplicación de estas leyes, y así aumentar la rendición de cuentas y acabar con la impunidad.  Tenemos que empoderar a las niñas para que hablen por sí mismas, así como educar a los niños para que aboguen por sus hermanas.  Tenemos que apoyar la inclusión de hombres, niños y otros actores sociales claves, como líderes religiosos, para abordar y prevenir la violencia de género y promover un cambio de actitudes hacia la mujer.  En última instancia tenemos que sobreponernos a las inequidades arraigadas que, tácita o abiertamente, promueven la violencia y las prácticas discriminatorias.

Para los Estados Unidos la equidad de género y el empoderamiento de la mujer es un tema medular de nuestra política exterior.  Los países no pueden progresar si la mitad de su población está marginada y maltratada, y es víctima de discriminación.  La evidencia demuestra que el empoderamiento de las mujeres es un paso crítico y necesario para la construcción de sociedades estables y democráticas con gobiernos responsables, así como para la promoción de la paz y la seguridad internacional.  Este empoderamiento es necesario también para el crecimiento de economías de mercado  y para encontrar soluciones a desafíos álgidos en las áreas de salud y educación.  Cuando mujeres y niñas pueden vivir libres de violencia  y tienen las mismas oportunidades en educación, servicios de salud, empleo y participación política, mejoran sus familias, sus comunidades y sus países, ya que  actúan como agentes de cambio.  Como bien ha dicho la Secretaria Clinton, “Invertir en el potencial de las mujeres y niñas del mundo es uno de los pasos más seguros para asegurar el progreso económico global, la estabilidad política y la prosperidad para mujeres y hombres en todo el mundo”.