La guerra contra los talibán aún activos en Afganistán es «absolutamente ganable», aunque se trata de «una empresa muy larga», afirmó hoy el secretario de Defensa estadounidense, Robert Gates, durante una sorpresiva visita en Kabul.
«Estoy convencido de que Estados Unidos y nuestros aliados estarán aquí el tiempo que haga falta para asegurar la victoria», dijo Gates en conferencia de prensa junto al presidente afgano, Hamid Karzai, con quien conversó sobre el progreso en la lucha contra el resurgimiento de la insurgencia talibán.
El funcionario estadounidense llegó a última hora de ayer en su segunda visita al país asiático desde que asumió funciones en diciembre, en un vuelo militar procedente de Singapur, donde pidió a las naciones asiáticas durante una conferencia de seguridad que proporcionen más tropas u otras formas de apoyo a Afganistán.
La participación de 42 países en la coalición que derrocó al régimen talibán a fines de 2001 es una muestra de la decisión de la comunidad internacional para apoyar al gobierno afgano, señaló Gates, que relativizó la última ofensiva de los islamistas atribuyendo la iniciativa militar a las fuerzas aliadas.
El jefe del Pentágono se reunió además con su homólogo afgano, el ministro de Defensa Abdul Rahim Wardak, y con comandantes estadounidenses para debatir las operaciones militares contra los insurgentes y los proyectos de reconstrucción del país.
Por su parte, Karzai tuvo palabras aún más optimistas en su comparecencia con Gates en Kabul. «Los talibán fueron derrotados en un mes y medio cuando gobernaban el país», recordó. El conflicto se basa ahora en «eliminar células terroristas», explicó.
En cuanto a las versiones de que Irán aprovisiona a los talibán en su combate a las tropas aliadas, Gates admitió que últimamente aparecieron en Afganistán armas de producción Irán, pero no está claro cómo entraron en el país.
Según Karzai, Irán y Afganistán disfrutan actualmente de «la mejor relación» en su historia.
Entre tanto, las tropas de la coalición liderada por Estados Unidos anunciaron que soldados afganos y de la coalición detuvieron un comandante talibán en la conflictiva provincia de Kandahar, en el sur del país.
El detenido, mulá Sher Mohammed, habría sido responsable el año pasado de varios ataques con docenas de víctimas civiles. La operación, que tuvo lugar el pasado jueves, no dejó muertos ni heridos.
La violencia en Afganistán produjo este año 2 mil muertos, la mayoría rebeldes. El año pasado las víctimas fueron 4 mil, más que en cualquiera de los años que siguieron a la caída del régimen talibán.