Estamos viviendo tal grado de anarquía en Guatemala que solo falta que cada quien disponga, tenga o no su casa entrada para vehículo, colocar frente a su vivienda un rótulo con la leyenda -Prohibido Estacionar- con el fin de impedir que cualquier persona o vehículo se ponga enfrente. Si un día de estos usted necesita ir a la 5ª calle y 8ª avenida de la zona 1 le advierto que va a encontrar un grupo de los llamados “lava-carros” quienes con los botes con que acarrean agua bloquean los espacios de estacionamiento y si no llega a un arreglo para que le laven su carro, tendrá que irse a dar mil vueltas a la manzana y, por favor, ni se le ocurra irse a quejar con un verde PMT que le dirá tranquilamente que él no se mete con ellos.
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Definitivamente en nuestra linda y querida tierra cada quien hace lo que le ronca la gana. No hace mucho, por la Cuaresma, los devotos de las preciosas imágenes antigüeñas aprovecharon la época para visitarlas los viernes o los fines de semana, pero se fueron a encontrar que el Alcalde había dispuesto cobrar el ingreso a la ciudad y después del barullo que se armó, utilizó como pretexto su derecho de cobrar el estacionamiento en las calles de la ciudad, sin ninguna garantía que los amigos de lo ajeno no romperían los vidrios para robarse todo lo que encontraran en el interior del mismo. Todo esto ocurrió a pesar que es inconstitucional el cobro y que por lo tanto resulta un abuso de poder y extorsión.
Pero la “estacionitis” resultó altamente contagiosa, puesto que lo mismo hicieron otros alcaldes de diversos municipios del país, importándoles un pito que las leyes claramente establecieran que las calles, parques, plazas, puentes o caminos son bienes de uso público. Para ellos eso es un privilegio aunque los tribunales digan lo contrario. Ellos creen que pueden imponer, cobrar, subir o bajar impuestos a su mejor antojo y si no lo hacen al contado, entonces chantajean al por mayor para construir pasos a desnivel y hasta pistas de patinaje sobre hielo en el Parque Central, para que la María y el Juan terminen siendo los que pagan el pato al vedarles el ingreso al sitio donde todos los domingos van a degustar su atol de elote y la tostada con salsa y el que venga atrás ¡que arrée!
Ojalá a los actuales mandatarios se les ocurriera recuperar el orden y el respeto ciudadano para cumplir con las leyes. No les estoy pidiendo que cumplan su promesa de aplicar mano dura, porque está visto que eso fue tan solo una alharaca estratégica para hacer caer a tantos ilusos que podrían ver un cambio en Guatemala. ¿Será mucho pedir entonces que todos cumplamos con la ley? Solo Dios sabe, mientras tanto, nada pierdo con mandar a hacer mi rótulo.