El presidente egipcio promulgó ayer enmiendas constitucionales que amplían sus poderes y ordenó un nuevo juicio a los líderes del régimen del derrocado Hosni Mubarak por la matanza de manifestantes en el levantamiento popular del año pasado.
Mohamed Morsi decretó inmunidad para el panel que redacta una nueva constitución de cualquier posible decisión judicial para disolverlo. Concedió la misma protección a la cámara alta del parlamento, que es mayormente inoperante. Ambos organismos están dominados por aliados islamistas de Morsi.
Varios tribunales están estudiando casos que exigen la disolución de ambos organismos. La cámara baja del parlamento, también dominada por islamistas, fue disuelta en junio por una decisión judicial según la cual las reglas que rigieron la elección de la cámara fueron ilegales.
El líder egipcio también decretó que todas las decisiones que ha tomado desde que asumió en junio y hasta que se adopte una nueva constitución no están sujetas a apelaciones ante la justicia ni ante ninguna otra autoridad, una medida que pone a Morsi a salvo de toda supervisión. Ya concentra poderes legislativos después que la poderosa cámara baja fue disuelta días antes de su asunción el 30 de junio.
El decreto de los nuevos juicios pareció destinado a volver a juzgar a Mubarak. Dice que se verán afectados quienes tuvieron cargos «políticos o ejecutivos» en el régimen anterior. Mubarak fue condenado en junio a prisión perpetua por no detener la matanza de manifestantes durante el levantamiento del año pasado contra su régimen, pero muchos egipcios se indignaron de que no fuese condenado por haber ordenado la represión y de que su jefe de seguridad, Habib el-Adly, no fuese condenado a muerte. Varios altos jefes policiales fueron absueltos, y Mubarak y sus hijos fueron hallados inocentes de cargos de corrupción.
Morsi emitió sus decretos mientras miles de manifestantes se reunían en El Cairo por cuarto día para protestar contra sus políticas y criticar a la Hermandad Musulmana, el grupo fundamentalista del que salió Morsi. El día anterior fue elogiado por el presidente estadounidense Barack Obama y su secretaria de Estado Hillary Rodham Clinton por mediar el fin a ocho días de lucha entre Israel y los gobernantes de Hamas en Gaza, cuyo grupo rector es la Hermandad.