Grecia necesitará ayuda monetaria internacional adicional a los programas de asistencia ya acordados que cubren hasta fines del 2014, dijo el domingo un miembro del consejo de administración del Banco Central Europeo (BCE).
Joerg Asmussen dijo a la radioemisora pública ZDF que Atenas probablemente no podrá volver a financiar su deuda soberana en el mercado de bonos en 2015 y 2016, por lo que necesitará un tercer plan de rescate.
Muchos de los socios de Grecia en la zona euro detestarían darle más dinero a Grecia, y aún más la canciller alemana Angela Merkel, que se dirige a un año electoral.
Los acreedores internacionales han mantenido a flote a Grecia desde el 2010 y han comprometido créditos por 240 mil millones de euros (306 mil millones de dólares) hasta fines del 2014. El país no puede acudir ahora a los mercados internacionales debido a los elevados intereses que debe pagar por sus bonos, al temer los inversionistas que incurra en el impago.
Una recesión más profunda de lo previsto y el retraso en la implementación de reformas han creado además un descubierto presupuestario de unos 30 mil millones de euros con el presente sistema.
Los ministros de finanzas de la eurozona, el BCE y el Fondo Monetario Internacional se reunirán el martes para decidir cómo cubrir esa diferencia.
«La siguiente semana debemos pactar para financiar los años 2013 y 2014, pero uno tiene que ser honesto y decir que realmente no esperamos que el país tenga acceso a los mercados en 2015 y 2016. Eso significa que será necesario seguir con el programa», dijo Asmussen.
Los acreedores esperaban en un inicio que la deuda griega pudiera reducirse a 120% de su Producto Interno Bruto para 2020, pero ahora calculan que el año entrante será de 190% de su PIB y están proponiendo dar dos años más a Atenas para cumplir sus metas.
Grecia se encamina a un sexto año consecutivo en recesión, que podría deteriorar aún más su endeudamiento, mientras que el desempleo ronda el 25%.
Al FMI y muchos economistas les preocupa que dar más tiempo y dinero no sea suficiente y que Grecia y sus acreedores en la eurozona tal vez tengan que condonar parte de su deuda.
Pero hacerlo resulta impensable para muchos líderes políticos europeos porque se oponen a la idea de decir a los electores que sus impuestos se perderán.
«Eso es imposible», insistió el ministro de finanzas de Alemania, Wolfgang Schaeuble, con la radio germana ARD.
Empeoran las deudas
La crisis de deuda de los gobiernos europeos ya no asusta a los mercados financieros, pero tampoco terminará sino hasta que la economía regional comience a crecer nuevamente con fuerza y eso llevará un buen tiempo.
La economía de los 17 países que utilizan el euro ha retrocedido dos trimestres consecutivos, una definición común de la recesión, y los analistas prevén poco o ningún crecimiento hasta 2014.
Sin crecimiento, no habrá suficientes ingresos fiscales para ayudar a que países como Grecia, España y Portugal reduzcan sus déficit y frenen la expansión de sus deudas. El peso del endeudamiento como porcentaje de producción económica, una medida clave de salud fiscal, se ve peor día con día.
Las deudas combinadas de la eurozona representaron casi 93% del producto interno bruto de la región este año y se prevé que esa cifra aumente a 94,5% el siguiente año. En 2009, la proporción deuda-PIB de la zona euro era del 80%. Una cifra superior a 90% se considera en general alta y puede presionar el costo de financiamiento de un gobierno.
«Lo preocupante sobre las proyecciones es que el pico parece que sigue moviéndose», dijo Raoul Ruparel, del centro de análisis Open Europe.
El pánico en los mercados financieros europeos ha disminuido en meses recientes principalmente por la agresiva acción del Banco Central Europeo. El BCE anunció en septiembre que estaba dispuesto a comprar cantidades ilimitadas de bonos gubernamentales emitidos por países con problemas para pagar sus deudas. Esa promesa rápidamente redujo los costos de financiamiento para España e Italia, que a comienzos de este año enfrentaban el mismo tipo de presión fiscal que obligó a Irlanda, Grecia y España a buscar rescates financieros.
Pero que uno o más países salgan de la crisis y eviten un cese de pagos no es lo mismo que estimular el crecimiento. La economía de Estados Unidos sigue débil después de varios años de acción por parte de la Reserva Federal para detener la crisis financiera.
La economía de Europa está frenada por varias razones:
-Austeridad. Los gobiernos europeos están enfrentando sus deudas de la misma forma: subiendo impuestos y recortando el gasto y esto incluye recortes salariales a empleados del sector público.
-Bancos tambaleantes. A los bancos castigados por la crisis financiera se les hace más costoso y difícil dar crédito en los países más afectados. Esto dificulta las inversiones y contrataciones que hacen estas empresas en Europa.
-Consumidores limitados. Los recortes salariales tienen peso en los presupuestos de las familias y la gente ahorra más porque está preocupada por futuros impactos económicos.
-Regulación empresarial. Las leyes en muchos países europeos dificultan a las empresas despedir a trabajadores en tiempos difíciles y esto vuelve a la patronal reacia a contratar.