Australia goza eclipse


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Desde barcos cerca de la Gran Barrera de Coral, globos aerostáticos sobre la selva tropical, playas y colinas, decenas de miles de personas fueron testigos de cómo el Sol, la Luna y la Tierra se alinearon el miércoles para crear un eclipse solar total que hundió al norte de Australia en la oscuridad durante algunos minutos.

Por KRISTEN GELINEAU SYDNEY / Agencia AP

Las nubes persistentes que muchos temían que arruinarían el espectáculo se abrieron parcialmente en el norte del estado australiano de Queensland, para alivio de todo tipo de espectadores que se prepararon para gozar del fenómeno celeste, desde turistas y astrónomos aficionados hasta científicos.

Algunos pronósticos del tiempo decían que las nubes arruinarían la vista. «Poco antes yo pensaba: ‘¿Podremos verlo?’ Y tuvimos un espectáculo fantástico, fue hermoso», afirmó Terry Cuttle, de la Asociación Astronómica de Queensland, quien ha visto una decena de eclipses solares al paso de los años. «Y justo después de que terminó, las nubes regresaron. Esto redobló el drama de esto».

Los espectadores gritaron y aplaudieron de emoción mientras la Luna pasaba entre el Sol y la Tierra, dejando a una franja del noreste del continente en una oscuridad repentina.

El eclipse comenzó poco después del amanecer. Una sombra total de 150 kilómetros (95 millas) de ancho recorrió el Territorio del Norte de Australia, cruzando el extremo noreste del país antes de seguir hacia el este a través del Pacífico Sur, donde no había islas en su camino. El eclipse fue visto de forma parcial en el este de Indonesia, la mitad oriental de Australia, Nueva Zelanda, Papúa Nueva Guinea y partes del sur de Chile y Argentina. La oscuridad total en el clímax del eclipse duró poco más de dos minutos en las zonas de Australia donde fue visible.

El mal tiempo causó ansiedad entre los espectadores, algunos de los cuales viajaron a Australia desde otras partes del mundo, pero las nubes se retiraron justo antes para que muchos vieran cómo la sombra de la Luna ensombreció el paisaje tropical.

Hank Harper, de 61 años, y sus dos hijos volaron desde Los Angeles para ver el eclipse. Los tres subieron a un globo de aire caliente con otros turistas ávidos y fueron recompensados con una vista perfecta.

«Nos arriesgamos a todo: Condujimos bajo la lluvia y ni siquiera sabíamos si el globo iba a subir», dijo por teléfono desde el globo, mientras él y sus hijos de 10 y 12 años vieron cómo los rayos del Sol resurgían por detrás de la Luna, mientras abajo los canguros saltaban. «Fue todo lo que pude haber esperado».