Los terremotos


GLADYS_MONTERROSO

“Una cosa es continuar la historia, y otra repetirla” Jacinto Benavente

La solidaridad es un bellísimo sentimiento que desgraciadamente solo se manifiesta en el momento de una desgracia, como cuando alguien fallece, existe un momento de acompañamiento, después los deudos se quedan solos; en el caso de las tragedias naturales como el terremoto recién ocurrido, existen varias variables dignas de analizar,

Gladys Monterroso
licgla@yahoo.es


1) La falta de previsión por parte de las diversas autoridades encargadas de  la prevención de desastres, debe existir una ruta crítica de los lugares más sensibles a este tipo de fenómenos y un control exhaustivo de las construcciones, así como en el caso que una casa o edificio sea declarado patrimonio histórico deben crearse las condiciones para su mantenimiento, dependiendo del lugar, y la clase de construcción, 2) Estudiar concienzudamente, realizando análisis científicos para determinar si la extracción de minerales preciosos tiene o no relación con lo ocurrido en San Marcos, la tierra es un ente vivo, y como a un ser humano los cambios efectuados en su cuerpo tienen necesariamente consecuencias, 3) No se puede devolver la vida a los fallecidos en San Marcos, pero el gobierno tiene la obligación más que sentida de brindarles el apoyo necesario a los san marquenses, más aun habiendo recibido ayuda internacional, y cuando se habla de ayuda, se debe establecer que debe ser material, sicológica, y de acompañamiento hasta el momento de reconstrucción de la infraestructura destruida, de lo contrario todo quedará en publicidad gubernamental momentánea.

    Dentro del mismo contexto, la gran mayoría de los seres humanos somos bastante dados al aspaviento, mismo que dura muy poco, y al tiempo olvidamos hasta las lágrimas derramadas, se hace por lo tanto necesario, no solamente que el tema del terremoto, y sus consecuencias, no sea olvidado, con el objetivo de prevenir nuevos desastres naturales, sino que al mismo tiempo, formemos lo que llamaría  “la conciencia del recuerdo”, recordemos nuestros muertos, nuestras experiencias, los desaparecidos del conflicto armado, por los padres y hermanos  que no volvieron a ver a sus seres amados, así como no debemos olvidar a los torturados, las fosas comunes, porque ellos también fueron nuestros terremotos personales, cimbraron nuestras vidas, y deben quedar en nuestro recuerdo para siempre, con un único y esencial objetivo, que la historia de sangre vivida no se repita nunca más.

    Todos los sucesos acaecidos, tanto internacionales como nacionales, así como los personales, deben marcar nuestras vidas, para que no se repitan. Los san marquenses han sido un ejemplo de lucha por lo que ellos consideran justo para su comunidad, nadie que no viva allí puede opinar por ellos, porque solamente ellos están viviendo las consecuencias de los actos propios y de otros.

    El tema de la minería a cielo abierto ha sido discutido con mayor vehemencia por quienes la apoyan que por quienes se oponen a ella, al igual que los bloqueos de los 48 cantones, al leer y analizar las faltas de respeto hacia quienes leen o dejan de leer determinadas “columnas de opinión” me ha entrado la duda si las mismas son escritas por convicción, ideales, u oscuros intereses, no por la vehemencia de las mismas, sino que por la constante repetición y desatinos sobre los mismos temas, por los mismos de siempre.

    Regresando al tema central, el terremoto en San Marcos, sería interesante que geólogos independientes estudiaran los motivos de fondo del porqué ese lugar fue más castigado que los demás, probablemente nos llevaríamos muchas sorpresas, pero también sería interesante, que todos/as y cada uno de nosotros, analizáramos nuestros terremotos personales, para que  no se repitan nunca más situaciones que nunca debieron haber ocurrido, de seguir cerrando los ojos a los sucesos que nos parecen incomodos, jamás lograremos construir las bases de un futuro mejor, y el mismo se encontrará cada día más lejos de nosotros como sociedad y como individuos. EL PROBLEMA ESTÁ AQUÍ, EN USTED, EN MÍ.