Los niños representan la mayoría de los desplazados dentro de las carpas que forman el campamento cerca de esta aldea en la frontera entre Siria y Turquía.
Todos han huido de la sangrienta guerra civil que se libra en Siria, más al sur.
Muchos han sido testigos de hechos atroces. Algunos han perdido a sus familiares y la mayoría refiere problemas para conciliar el sueño o miedo al escuchar ciertos ruidos, como el paso de los aviones, señalan sus padres.
Los combates entre las fuerzas del presidente Bashar Assad y los rebeldes que buscan derrocarlo han provocado que cientos de miles de sirios huyan a los países vecinos.
Organizadores de un grupo rebelde dijeron que el campamento de Atmeh surgió por necesidad, hace unos tres meses, cuando Turquía comenzó a reducir drásticamente el número de sirios a quienes permitía el ingreso. Decenas de miles se quedaron varados en la zona fronteriza.
Turquía señala que más de 112.000 desplazados sirios se refugian en campamentos turcos, y que el procedimiento para cruzar la frontera se ha tornado más lento debido al endurecimiento de las revisiones de seguridad.
El campamento, operado por rebeldes locales, quienes distribuyen carpas y alimentos que donan los organismos asistenciales, alberga a más de 5.000 personas, en su mayoría familias con muchos niños, a quienes se impidió llegar a Turquía.
Es común encontrar niños entre las carpas. Muchos recolectan madera para encender fogatas o acarrean agua en jarras de plástico desde los contenedores traídos por los rebeldes.
A veces, algunos juegan.
Sus rostros dan pistas de la forma en que les ha afectado una guerra civil que, según activistas contrarios al régimen, ha dejado más de 36 mil muertos desde marzo de 2011.
Una niña mantiene la mirada fija al frente, con un semblante serio. Otra se lleva una mano a la cadera y levanta otra por encima de su cabeza, mientras hace con los dedos la «v» de la victoria.
Una más muestra un puño, desafiante, mientras abraza un oso de felpa.
Muchas preocupaciones asaltan a los organizadores: llega más gente cada día, no hay carpas suficientes y las familias suelen recibir apenas la mitad de los alimentos necesarios.
«Puedes ver los noticiarios y saber de dónde vendrá gente», dijo un organizador del campamento, identificado con el alias de Abú Jafar por motivos de seguridad. «Vienen de las zonas bombardeadas».
CRUZ ROJA
La guerra civil siria se ha intensificado desde mediados de año de modo tal que imposibilita a la Cruz Roja atender algunas de las necesidades humanitarias de la nación, dijo hoy el Presidente de la institución.
La guerra civil en Siria ha matado a más de 36 mil personas y ha desplazado a cientos de miles de personas de sus hogares desde que empezó el levantamiento contra el régimen sirio en marzo del 2011.
Peter Maurer, director del Comité Internacional de la Cruz Roja, con sede en Ginebra, dijo que pese a la mayor amplitud de las operaciones en el país, «no podemos lidiar con el agravamiento de la situación».
«La gravedad de la crisis se profundiza con cada día que pasa, y esta tendencia ha seguido ininterrumpida desde el verano (boreal)», agregó Maurer.
Desde el verano, la Cruz Roja ha mejorado su sistema de transporte y logística, facilitando la llegada de camiones con alimentos y medicinas, pero se ha visto superada por las necesidades básicas de cientos de miles de personas dentro del país, agregó.
Maurer agregó que la Cruz Roja no ha tenido acceso a todas las prisiones y está en «negociaciones difíciles» para expandir el alcance de sus visitas a las cárceles. Como árbitro de las reglas de guerra conocidas como la Convención de Ginebra de 1949, la organización tiene un papel único que desempeñar en la observación de las condiciones de los presos en el mundo y en el suministro de ayuda humanitaria para las víctimas de los conflictos y la violencia armada.
La Cruz Roja aguarda una respuesta para visitar las 25 prisiones principales en Siria, pero también trata de lograr acceso a otros centros de detención, dijo Maurer.
Una mejora, especificó, fue la disposición del presidente Bashar Assad para asignar a un alto jefe del ejército en su comando militar para servir como contacto directo con un funcionario de la Cruz Roja, dando a la organización humanitaria «un canal directo en un diálogo con las fuerzas sirias».
«Ni hace falta decir que intentamos el mismo tipo de diálogo con las fuerzas de la oposición», aclaró.
NO SE IRÁ
El presidente sirio Bashar Assad prometió «vivir y morir» en Siria y afirmó, durante una entrevista difundida el jueves, que nunca huirá de su país pese al cruento levantamiento de 19 meses contra su gobierno.
La entrevista se difundió dos días después que el primer ministro británico David Cameron sugirió que se le facilitara a Assad un salvoconducto para salir del país si eso pudiera garantizar el fin de la guerra civil, que según los activistas ha dejado más de 36.000 muertos.
Assad exhibió un tono desafiante en la entrevista con la televisora Today TV rusa que transmite en inglés.
«No soy un títere, no soy producto de Occidente para irme a Occidente o a cualquier otro país», dijo Assad, de 47 años. Habló en inglés, y extractos de la entrevista fueron transmitidos el jueves por el cibersitio de la emisora, con voz superpuesta en idioma árabe.
Assad también advirtió sobre cualquier intervención militar extranjera.
«No creo que Occidente apunte en esa dirección, pero si lo hace nadie puede pronosticar las consecuencias», dijo Assad a la emisora. La entrevista completa será difundida el viernes, anunció la estación.
En los extractos, se ve al presidente sirio hablar con tranquilidad y después caminando afuera de una casa acompañado de un reportero, vestido con traje y corbata. No se sabe con precisión dónde se efectuó la entrevista.
El levantamiento contra el régimen de Assad comenzó en marzo en forma de protestas mayormente pacíficas, pero se transformó rápidamente en una guerra civil. La lucha tiene tintes sectarios: los rebeldes de mayoría suní luchan contra las fuerzas del gobierno. El régimen de Assad está dominado por los alauitas, una rama chií del islam.
Ayer, Gran Bretaña instó a Estados Unidos a extremar esfuerzos para unificar la oposición siria y afirmó que la reelección del presidente Barack Obama es una oportunidad para tomar acciones firmes a fin de poner fin a la guerra civil.
Rusia se ha mantenido como uno de los aliados más leales y poderosos del gobierno sirio.